CORREA y sus OPINIONES

Veintitres
Entrevista al presidente de Ecuador, Rafael Correa
“La izquierda dogmática es el peor enemigo de la revolución”
09.12.2010 | 17.04 Comentar |
Foto: Emilio Sánchez
Los intentos golpistas, la relación con Estados Unidos, los medios como partido opositor, la muerte de Néstor Kirchner, todos los temas en un diálogo a fondo con el líder ecuatoriano.

Por Deborah Maniowicz

Considerado uno de los exponentes de la nueva izquierda latinoamericana, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, visitó Buenos Aires por segunda vez después del intento destituyente del 30 de septiembre. En una gira maratónica recibió el título de Doctor Honoris Causa en la Facultad de Derecho de la UBA, presentó su libro De Banana Republic a la No República (Debate) y participó de la XX Cumbre Iberoamericana celebrada en Mar del Plata.

Confeso admirador de Simón Bolívar y Ernesto “Che” Guevara, aliado indiscutido de Hugo Chávez y Evo Morales, el mandatario ecuatoriano que lleva adelante la “revolución ciudadana”, como él mismo la denomina, sorprendió en la UBA al disertar sobre los desafíos de América latina y llamar a la región a asumir responsabilidades: “Cuando pasa algo, antes de analizar cualquier cosa, vamos a tirar piedras a la embajada de Estados Unidos. Nunca tenemos la culpa, siempre es de terceros. Los principales responsables de nuestra situación somos nosotros mismos”.

Así es Rafael Correa Delgado, un académico relajado pero con los pies bien puestos, que no tiene inconveniente en disertar sobre cualquier tema, aunque eso implique irritar a sus aliados, enrolados en el “socialismo del siglo XXI”, o quedar expuesto. En esta entrevista exclusiva con Veintitrés, el presidente más joven del continente analiza las razones del intento golpista, el conflicto de WikiLeaks y sorprende con una declaración contundente sobre qué es ser progresista en el siglo XXI.

–En su libro constantemente remite a la “amnesia social” de los pueblos, ¿Cree que hubo olvido en los grupos golpistas de Ecuador y Honduras?

–No hubo amnesia, sino un bloqueo deliberado que es todavía más grave. Mire, a nivel social el perdón y el olvido es lo más cercano a la impunidad. Jamás hay que olvidar porque se vuelven a repetir los mismos errores, volvemos a ser víctimas de los mismos engaños. Probablemente sí podremos perdonar, pero una vez que se establezcan responsabilidades, una vez que se sepa quiénes cometieron faltas y esa gente muestre arrepentimiento. Podemos hablar de amnistía, podemos hablar de perdón, pero cuando los criminales siguen sueltos, con toda su brutalidad, con toda su violencia, no podemos hablar de perdón, olvido y reconciliación. Hubo gente que de la forma más abusiva disparó contra un pueblo desarmado. A nadie se debe tratar así, ni siquiera al presidente de un país invasor. Mataron a sus propios compañeros, a policías leales, civiles, estudiantes.

–¿Por qué cree que los procesos populares de la región tienen el rechazo no sólo de la derecha, sino también de la izquierda más dogmática?

–Los peores enemigos de los procesos de revolución de cambio son los dogmáticos de izquierda. Mire lo que le pasó a (Salvador) Allende... Esto es historia repetida. Esa izquierda boba y corrupta ya perdió su visión histórica y lo que busca es defender intereses corporativos con la mejor aliada que es la derecha. En Ecuador, la mayoría de los grupos de izquierda están con el gobierno pero hay un grupo de extrema izquierda que busca mantener su control en cortes, universidades, maestros, sin importarle la calidad de los establecimientos educativos o de la Justicia. Y para imponerse contra un gobierno de cambio también está el partido indígena, no todos los indígenas sino el partido. No hay nada más peligroso que la izquierda boba y deshonesta.

*La nota completa, en la edición impresa de Veintitrés