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19 y 20 de diciembre de 2001.-



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domingo, 26 de julio de 2009

Carlos Sardiña Galache: Entrevista a Andy Worthington

26-07-2009



Entrevista a Andy Worthington, autor del libro The Guantánamo Files
"La administración Obama no ha cuestionado la ´guerra contra el terrorismo´"


Carlos Sardiña Galache
P+DH




El periodista británico Andy Worthington es probablemente uno de los mayores especialistas del mundo en la prisión militar de Guantánamo, un tema sobre el que escribe regularmente en su blog y en publicaciones como The Guardian, Huffington Post o AlterNet. Desde 2006, no sólo ha investigado la vida de los 774 prisioneros retenidos en el limbo legal de la base estadounidense en Cuba, una exhaustiva investigación que recoge en su libro The Guantánamo Files, sino que también ha hecho un seguimiento casi diario de la “guerra contra el terrorismo” en sus vertientes legal y política, documentando rigurosamente las violaciones de los derechos humanos cometidas en su nombre.

En esta entrevista en exclusiva para P+DH [periodismo + derechos humanos] nos habla de temas como el futuro de los prisioneros de Guantánamo, las similitudes y diferencias entre George Bush y Barack Obama en el trato de los prisioneros de la “guerra contra el terrorismo” o el marco legal en el que el gobierno de Estados Unidos sigue librando una guerra contra un enemigo desconocido y difuso en la que, a efectos prácticos, no existe la presunción de inocencia.

P: En su discurso de investidura, Obama dijo que consideraba “falsa la disyuntiva entre la seguridad y los ideales” de su nación, y una de sus promesas electorales más importantes fue comenzar una nueva época de respeto al Estado de derecho y los derechos humanos. Sin embargo, su propuesta de “detención preventiva”, expuesta por primera vez en un discurso pronunciado en mayo, y la noticia de que la Casa Blanca está redactando una orden ejecutiva que “reafirmaría la autoridad presidencial para encarcelar indefinidamente a sospechosos de terrorismo” sugieren que Obama está dando marcha atrás en algunas de sus promesas. Con respecto al tratamiento de los prisioneros de la “guerra contra el terrorismo”, ¿cuáles son las principales diferencias entre la administración Bush y la de Obama?

R: Hay, por supuesto, numerosas diferencias entre la administración Bush y la de Obama. No me cabe la menor duda de que Obama está totalmente decidido a cerrar Guantánamo antes de enero de 2010 y a mantener la prohibición de la tortura que la administración Bush manipuló y dejó de lado de una manera tan indignante, y tengo bastante confianza en que la administración no va a tener muchas dificultades para decidir que debe repatriar a más de la mitad de los 229 prisioneros que quedan o encontrar nuevos países en los que puedan vivir.

Sin embargo lamento profundamente que la administración mantenga demasiadas opciones disponibles y se niegue a adoptar la única política aceptable: juzgar a los prisioneros en tribunales federales o ponerlos en libertad. Como he dicho, me horroriza el proyecto de aprobar una ley que justifique la “detención preventiva” (que es lo que, de hecho, ha estado ocurriendo en Guantánamo durante siete años y medio) y también lamento profundamente que el gobierno y el congreso parezcan estar decididos a reactivar las comisiones militares, como ya expliqué con detalle en un artículo.

A decir verdad, hay otras muchas decepciones, aunque creo que a menudo el gobierno se mueve en la dirección correcta, y no cabe duda de que Bush y Cheney le han dejado un descomunal quebradero de cabeza. Para no extenderme demasiado, me centraré especialmente en la negativa de la administración a aceptar el fallo de un juez que determinaba que el derecho de habeas corpus (el derecho a cuestionar ante un juez los motivos de una detención) es aplicable a los prisioneros extranjeros “entregados” desde otros países a la prisión estadounidense de la base aérea de Bagram, en Afganistán (sobre lo que he informado aquí y aquí), y la clara incapacidad del Departamento de Justicia para modificar sus postura sobre las peticiones de habeas corpus de los prisioneros (a raíz de un trascendental dictamen del Tribunal Supremo del pasado mes de junio) con respecto a la de la administración Bush. Como consecuencia de ello han llegado a los tribunales algunos casos evidentemente imposibles de ganar, como demostraron recientemente los casos de Alla Ali Bin Ali Ahmed, uno de los diecisiete prisioneros capturados en una residencia universitaria de Pakistán, y Abdul Rahim al-Ginco, un sirio al que torturó al-Qaeda acusándole de espionaje antes de que lo encarcelaran los talibán y al que el ejército estadounidense “liberó” y envió a Guantánamo.

También debo decir que, en conjunto, la administración Obama no ha puesto en duda los fundamentos de la “guerra contra el terrorismo” de la administración Bush, que se basaba en difuminar intencionadamente las diferencias entre los talibán (un gobierno, por muy despreciable que fuera) y al-Qaeda (un pequeño grupo terrorista). Básicamente, los terroristas deberían haber comparecido ante tribunales federales para ser juzgados como delincuentes y los soldados deberían haber sido retenidos en calidad de prisioneros de guerra, protegidos por las Convenciones de Ginebra, hasta el final de las hostilidades.

De haber sido así, ahora no estaríamos discutiendo si es legítimo continuar reteniendo a prisioneros relacionados con una operación militar determinada –derrocar a los talibán e instaurar un nuevo gobierno en Afganistán– cuyo objetivo se alcanzó hace años. Sin embargo, tal y como están las cosas, la administración Obama ha renunciado al uso de la expresión “combatientes enemigos” para referirse a los prisioneros de la “guerra contra el terrorismo”, pero no ha acabado con la lógica falsa de retener a prisioneros sin considerarlos sospechosos de un delito o prisioneros de guerra, y eso es precisamente lo que debe hacer, y también asegurarse de que no vuelva a suceder jamás.

P: Ahora que Obama va a cerrar Guantánamo, ¿qué futuro les espera a sus prisioneros? ¿Podrías explicar brevemente las diferentes opciones que el gobierno estadounidense ha planeado para ellos?

R: En un importante discurso sobre seguridad nacional pronunciado el 21 de mayo, el presidente Obama demostró una desconcertante habilidad para mantener demasiadas opciones sobre la mesa al presentar cinco posibles procedimientos para los prisioneros de Guantánamo: excarcelación o traslado, juicios en tribunales federales, juicios en una versión remozada de las comisiones militares (los “juicios a terroristas” que puso en marcha Dick Cheney en noviembre de 2001) y detención indefinida. Tras el discurso de Obama y el anuncio, hecho al mismo tiempo, de que uno de los “detenidos de alto valor”, Ahmed Khalfan Ghailani, presunto cómplice de los terroristas que perpetraron el atentado contra las embajadas africanas, sería juzgado en un tribunal federal de Nueva York, expliqué que “el establecimiento de un sistema de dos niveles –de tribunales federales por un lado y de comisiones militares por el otro– tiene todo el aspecto de ser una receta para el desastre”. Pero me preocupaba todavía más la posibilidad de la detención indefinida y entonces escribí que “pediría a cualquier ciudadano que crea que, en los países que blanden con orgullo el estandarte de la civilización, los seres humanos tienen el derecho fundamental a vivir como hombres y mujeres libres, a menos que sean arrestados, acusados, juzgados y condenados por un delito, que se oponga a la idea de que cualquier tipo de ‘detención preventiva’ sea nada más que la traición más radical a nuestros valores fundamentales”.

P: Obama encargó al secretario de Defensa Robert Gates que revisara las condiciones en que viven los presos de Guantánamo para garantizar que el centro cumple las prescripciones de la Convención de Ginebra. El Pentágono entregó un informe en el que concluía que la prisión cumple las demandas de la Convención. Sin embargo, periodistas como Jeremy Scahill han mostrado que algunas de las prácticas más brutales empleadas en el centro no han cambiado desde que Obama hizo su promesa de convertirlo en un lugar más humano. ¿Qué ha cambiado en Guantánamo desde que Obama accedió a la presidencia?

R: Ha habido algunos cambios positivos. Tal y como expliqué en un artículo escrito en febrero, después de que el Pentágono publicara su informe, “Gitanjali Gutierrez, una abogada del Centro para los Derechos Constitucionales, señaló que las autoridades de Guantánamo ‘han incrementado recientemente las posibilidades de recreo e interacción social de los presos’ y Candace Gorman, abogada de dos de los prisioneros, corroboró estas afirmaciones al describir en su página web, The Guantánamo Blog, una visita a su cliente, Abdul Hamid al-Ghizzawi, el 4 de febrero”.

Gorman escribió: “En el campo 6 han puesto en marcha ‘veladas de cine’. Imaginad mi sorpresa cuando el señor al-Ghizzawi mencionó una película que había visto una semana antes de mi visita. En realidad, le interrumpí en medio de la frase y le dije: ‘Disculpa, ¿velada de cine? ¿Cuándo ha empezado eso?’. Entonces él me explicó que les ponían una película por la noche a la semana desde hacía un par de semanas.

”Naturalmente, le pregunté si había alguna otra novedad y me dijo que habían desmantelado las cuatro jaulas que componían la zona de recreo del campo 6 y ahora había una gran jaula y otra pequeña. Ahora pueden salir ocho hombres juntos a la jaula grande y la pequeña está reservada para los presos castigados. Es muy triste que eso suponga una mejora importante, pero lo es. Brinda a los hombres una oportunidad de hacer vida social, una oportunidad de formar parte de la humanidad, en lugar de verse atrapados en un aislamiento total.

”El último cambio del que me habló fue la inauguración de una zona de recreo nueva, totalmente fuera del campo 6, en la que pueden ver las montañas a lo lejos, los árboles, el cielo, el sol (durante cuatro horas cada cuatro o cinco días). La zona de recreo del campo 6 se limita al patio, por lo que está rodeada por los muros de hormigón de la instalación, que tienen una altura de varias plantas. Todo lo que podían ver en esa zona al aire libre era el suelo cubierto de arena y el edificio de hormigón.”

Sin embargo, como también señalé en su día, esos cambios “no abordan en absoluto otros enormes problemas relacionados con el trato de los prisioneros y que no se pueden eliminar con un breve respiro del aislamiento prologando que ha hecho que muchos de ellos padezcan graves problemas psiquiátricos”. En concreto, esos problemas tienen que ver con el aislamiento habitual al que la mayoría de los prisioneros están confinados durante la mayor parte del día y que las autoridades no consideran “incomunicación carcelaria”, y a la cruel alimentación forzosa de los prisioneros en huelga de hambre (de la que informé recientemente aquí), así como a la violencia que ha denunciado Jeremy Scahill.

P: Obama suspendió provisionalmente, a fin de revisarlas, las comisiones militares creadas por la anterior administración para juzgar a algunos presuntos terroristas, pero finalmente decidió mantenerlas, aunque con algunas modificaciones, a pesar de que había prometido cerrarlas durante la campaña electoral. ¿Por qué crees que decidió seguir adelante con ellas? ¿Cuáles son las diferencias entre las comisiones durante la administración Obama y la de Bush?

R: Creo que ya he respondido a esta pregunta anteriormente, pero me gustaría recalcar que los cambios propuestos son meramente cosméticos, porque siguen dando cabida a algunas declaraciones obtenidas bajo coacción y a rumores, y porque todo el sistema de comisiones está irremediablemente deslegitimado y no es adecuado para el propósito con el que fue creado. Obama está actuando de una manera cobarde al no cerrar las comisiones y al no confiar en los tribunales federales para que hagan un trabajo que han hecho muy bien durante los últimos quince años, cuando se han ocupado de más de un centenar de juicios relacionados con el terrorismo.

P: Algunas fuentes del Pentágono declararon este año que uno de cada siete prisioneros liberados de Guantánamo “regresa al terrorismo”. Algunos están utilizando esa supuesta reincidencia para justificar su oposición al cierre de la prisión y a la liberación de los prisioneros y todo ese asunto ha provocado una enorme controversia. ¿Qué piensas de ese supuesto nivel de reincidencia?

R: Como expliqué en un artículo poco después de que el New York Times publicara en primera plana la noticia que ofrecía aquella estadística, “en seguida surgieron voces críticas –básicamente quienes conocían el excelente trabajo que realizó la Facultad de Derecho de la Universidad de Seton Hall desmontando los informes del Pentágono sobre la ‘reincidencia’ (PDF)– que denunciaron aquella noticia”. También escribí: “El 28 de mayo, el Times brindó a Peter Bergen y Katherine Tiedemann, de la New America Foundation, la oportunidad de escribir una columna en respuesta al artículo de Bumiller, en el que concluían, a partir de un análisis del informe (PDF), que era más probable que la tasa de reincidencia se situara ‘en torno al 4 % de los 534 hombres puestos en libertad’ (basándose en el hecho de que ‘era posible confirmar de forma independiente la participación de doce ex prisioneros en atentados terroristas contra objetivos estadounidenses y había otros ocho sospechosos de tomar parte en esos actos’)“.

En cualquier caso, los informes de la Facultad de Derecho de Seton Hall son la mejor fuente disponible para desmontar los mitos del Pentágono. Recomiendo su último informe (PDF), que ofrece pruebas concluyentes de que los numerosos informes publicados por el Pentágono a lo largo de los años no son más que propaganda. Fue penoso que el New York Times se dejara engañar con tanta facilidad.

P: En España cobra una especial relevancia el tema de los presos inocentes de Guantánamo que van a ser liberados en terceros países. El caso de los uigures chinos es quizá el más famoso y el más representativo. Hace mucho tiempo que el ejército estadounidense declaró que no son “combatientes enemigos”, pero no pueden volver a China, donde se enfrentarían a torturas, o incluso a algo peor. Sin embargo, el gobierno estadounidense se niega a aceptar en su propio territorio a esos y otros prisioneros declarados inocentes incluso después de que un juez ordenara el año pasado que se permitiera entrar a 17 uigures en Estados Unidos y haya allí comunidades de compatriotas dispuestas a acogerlos. ¿Por qué el gobierno de Estados Unidos se niega con tanta terquedad a aceptar la entrada en su territorio de unos prisioneros cuya inocencia está más allá de toda duda razonable?

R: Los jueces que anularon el valiente y justo fallo del juez Ricardo Urbina que acabas de citar pertenecen al Tribunal de Apelaciones, cuyo carácter conservador es bien conocido, por lo que no es sorprendente que lo anularan . En cualquier caso, lo más preocupante de la postura de Obama es que pone de relieve, casi más que ninguna otra, que a veces le falta coraje cuando es más necesario.

En lugar de recusar al tribunal de apelaciones y/o ordenar la liberación de los uigures en Estados Unidos cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, vaciló y permitió que Dick Cheney y otros políticos en activo iniciaran una campaña para asustar y desinformar sobre los prisioneros de Guantánamo que no sólo hizo imposible trasladar a los uigures a Estados Unidos, y permitió a algunos políticos imponer sus condiciones a los planes de Obama para cerrar Guantánamo, sino que también hizo que Obama perdiera gran parte de la iniciativa necesaria no sólo para vender sus planes de desmantelamiento, sino para asegurarse de que el pueblo estadounidense conociera en toda su magnitud las políticas erróneas de la administración Bush, que supusieron el encarcelamiento ilegal de casi 800 hombres, la mayoría de los cuales no tenía ninguna relación con al-Qaeda o el terrorismo internacional.

P: ¿Podría el gobierno estadounidense enfrentarse a problemas legales si esos hombres entraran alguna vez en Estados Unidos y decidieran pedir que se hiciera justicia en el sistema judicial estadounidense?

R: No parece que eso vaya a suceder, pero me atrevería a decir que cualquier persona a la que se libere en cualquier parte del mundo debería poder pedir, en algún momento, una compensación por lo que le ha ocurrido.

P: Se sabe que España aceptará a cuatro o cinco ex prisioneros de origen tunecino y argelino. Se ha dicho que los prisioneros liberados en España disfrutarán de libertad de movimientos dentro del país, aunque estarán vigilados, pero no podrán viajar al extranjero. ¿Cuál será la situación legal de los prisioneros liberados en terceros países? ¿Cuáles son las responsabilidades de los países de acogida, y especialmente de España, con respecto a ellos?

R: Yo creo que no cabe esperar que ningún país esté dispuesto a aceptar a prisioneros declarados inocentes a no ser que los gobiernos de esos países tengan la certeza de que no son peligrosos. Eso es parte del problema en este momento, ya que la administración Obama no está dispuesta a admitir, como debería, que no ha logrado demostrar que la mayoría de los hombres encarcelados en Guantánamo tenga alguna vinculación con el terrorismo, porque la mayoría de ellos fueron capturados por sus aliados afganos o pakistaníes en una época en la que estaban a la orden del día las recompensas, de 5.000 dólares de media por cabeza, a cambio de “sospechosos de al-Qaeda o talibán” y porque la mayor parte de las llamadas “pruebas” que el gobierno esgrime en su contra proceden de interrogatorios a otros prisioneros, a los cuales, como han mostrado las apelaciones de habeas corpus, a menudo se torturó, coaccionó o sobornó para que hicieran declaraciones intrínsecamente poco fiables. Es necesario que los potenciales países de acogida entiendan estos hechos para que puedan comprender realmente por qué los funcionarios de los servicios secretos han afirmado durante años que sólo dos o tres decenas de prisioneros han tenido alguna relación con el terrorismo y también es necesario que recuerden que muy pocos ex prisioneros han causado algún problema y que, por lo general, los países occidentales nunca se han implicado en el gasto inútil de mantener bajo vigilancia a presos liberados. Sin embargo, sigo creyendo que este proceso sería mucho más fácil si Estados Unidos asumiera la responsabilidad de algunos de sus errores.

P: ¿Van a recibir los países de acogida algo del gobierno estadounidense a cambio?

R: Creo que cabe esperar que se produzcan negociaciones entre bastidores…

P: En España, el principio de jurisdicción universal podría permitir a los ex prisioneros demandar al gobierno estadounidense pero, cediendo a la presión diplomática, las leyes que lo recogen van a ser seriamente recortadas, lo que va a hacer imposible emprender algunas acciones legales contra el gobierno de Estados Unidos. ¿Hay algún lugar en el que los prisioneros liberados tengan la posibilidad de emprender acciones legales contra sus captores? ¿Existe algún trato entre los países de acogida y Estados Unidos para evitar que pueda suceder algo así?

R: No soy un experto en la materia, pero tengo entendido que algunos países pueden emprender acciones legales contra funcionarios de alto rango. No obstante, lo que más me interesa es si el gobierno de Obama –o, más concretamente, el fiscal general Eric Holder, puesto que es su responsabilidad– va a designar a un fiscal independiente para que investigue los crímenes de la administración Bush, como se ha insinuado en los últimos días (véase mi artículo al respecto).

Sabemos que Obama es reacio a hacerlo pero, como ya he dicho, en última instancia no es cosa suya y la cruda realidad es que si Holder no investiga los delitos de la administración Bush (porque la tortura es un delito según la ley estadounidense), habrá demostrado que los funcionarios estadounidenses de más alto rango pueden quebrantar tantas leyes como se les antoje siempre y cuando acaben dejando su cargo al final del mismo, y eso, simplemente, no es aceptable.

NOTA: Pocos días después de la realización de esta entrevista el periodista Sami Al Hajj (un cámara de Al Yazira al que las autoridades estadounidenses mantuvieron seis años encerrado en Guantánamo sin presentar nunca cargos en su contra y que fue liberado en mayo 2008) anunciaba su intención de presentar junto a otros antiguos prisioneros una demanda conjunta contra George Bush y otros altos cargos de su administración por la detención ilegal y las torturas que sufrieron durante su cautiverio en Guantánamo. Para ello, han creado una nueva organización llamada Guantánamo Justice Centre, con sede en Ginebra y dirigida por el ex-prisionero británico Moazzam Begg, que se dedicará a reunir las pruebas necesarias y estudiará la mejor manera de demandar a la administración Bush, lo que probablemente harán en un tribunal europeo.

Fuente original:

http://www.pmasdh.com/2009/07/la-detencion-preventiva-es-una-traicion-radical-a-nuestros-valores-mas-fundamentales y http://www.pmasdh.com/2009/07/los-presos-liberados-de-guantanamo-deberian-poder-pedir-una-compensacion

CRISIS HONDUREÑA :¿Washington para donde patea?

26 de julio de 2009
LA CRISIS HONDUREÑA ENTRA EN TIEMPO DE DESCUENTO
Made in Washington
Más allá del alto drama que se vive en Honduras y de la cuidada puesta en escena que lució San José de Costa Rica, la suerte de Honduras se decide en Washington. Lo dijo el canciller de Lula, lo dijo Fidel, lo dice cualquiera que siga con atención los acontecimientos. Y por cómo se viene jugando el partido en ese escenario, no es difícil aventurar que el gobierno de facto de Roberto Micheletti tiene los días contados y que el presidente legítimo, Mel Zelaya, volverá al poder pero a plazo fijo y condicionado.

¿Por qué? Porque Honduras es lo más cercano a lo que puede ser una colonia de los Estados Unidos en el siglo XXI.

Allí tiene la base militar de Soto Cano, plataforma para sus operaciones antiinsurgentes en todo Centroamérica durante la Guerra Fría, a través de la cual ha tejido sólidos vínculos con las fuerzas armadas hondureñas, cuyos jefes son instruidos en instituciones estadounidenses.

Allí tiene a una oligarquía sumisa y trasnacionalizada con casa de verano en Miami, que defiende los intereses de las empresas y gobiernos estadounidenses como propios.

Allí tiene en vigencia un Tratado de Libre Comercio que garantiza el libre acceso a bienes estadounidenses y relega al empobrecido país centroamericano al rol de proveedor de bienes primarios en la periferia del capitalismo global. Hasta allí llegan las remesas de Florida y New York que mantienen viva a la economía local.

Allí tiene la Constitución y el sistema electoral más conservador de la región, prácticamente a prueba de experimentos populistas y/o progresistas, como el que súbitamente decidió encarnar Zelaya durante la segunda mitad de su mandato.

Por todo eso, el Departamento de Estado sabía que se venía gestando un golpe. Se lo venía contando su embajador. Pero el burocratizado Departamento de Estado había cometido un error que terminaría pagando muy caro. Tegucigalpa no es lo que se dice un destino diplomático apetecible. Antes de la conversión de Zelaya, parecía un lugar lo suficientemente inofensivo como para cumplir con la cuota de embajadores republicanos. Entonces había mandado a Hugo Llorens, un clásico ejemplo del diplomático-empresario que usa sus destinos para asegurarse trabajos bien pagos para su retiro, mimetizándose con los sectores más prebendarios de la oligarquía local, donde sus servicios son más útiles.

Como reveló Ernesto Semán en estas páginas, cuando Llorens estuvo destinado acá en Argentina fue lobbista de Ciccone Calcográfica. O sea, trabajó para una empresa especializada en colonizar distintos estamentos del Estado, ya sea aliada con Yabrán, ya sea aliada con Cavallo, siempre cerca de los sectores más retrógrados de la Iglesia que se referencian en políticos como Cacho Caselli, para copar los mejores negocios de impresión de dinero, cuasidinero, billetes de lotería, patentes de autos, pasaportes, cédulas y documentos de los últimos años.

Según fuentes de la diplomacia y de los organismos multilaterales, en Honduras las fuerzas golpistas tenían bastante persuadido a Llorens de que un golpe más o menos prolijo podía funcionar. Que era la mejor manera de prevenir que Zelaya forzara su reelección y Honduras cayera bajo la órbita chavista.

O sea, un disparate: por más que lo intentara, y probablemente lo intentaría, Zelaya no tenía ni los votos ni el poder legal ni el poder institucional ni el poder militar para forzar su reelección, y debía entregar el mando sí o sí en seis meses. La Corte Suprema, la Corte Electoral, el Congreso, los generales, la embajada norteamericana, la Iglesia Católica y las protestantes, dos de las tres principales cámaras empresariales, los diarios nacionales, las cadenas de televisión y hasta su propio partido, el Liberal, se habían manifestado en contra de la reelección y la Carta Magna vigente consideraba un delito siquiera intentarlo. Encima, en las encuestas Zelaya ni siquiera alcanzaba a arañar el cincuenta por ciento de la intención de voto.

Pero Llorens no hacía esa cuenta por afinidad ideológica sino por intereses compartidos. Llorens compraba el análisis paranoico-revanchista de los golpistas y en sus comunicaciones con Washington advertía que Zelaya era un peligro. Mientras tanto, en sus conversaciones con los golpistas a Llorens le costaba bajar la línea trazada por Obama en la última Cumbre interamericana: no más golpes, no más intervencionismo, todos somos socios.

Tom Shannon, subsecretario para la región, tuvo que viajar a Tegucigalpa para transmitir el mensaje a Micheletti y al general golpista Romeo Vázquez con el énfasis que a Llorens tanto le costaba encontrar. Pero en algo coincidieron los norteamericanos y los golpistas: Mel Zelaya no podía seguir más allá de su mandato. Sí o sí había que pararlo. Llorens, Shannon, los militares norteamericanos de la base hondureña, los militares hondureños, los civiles golpistas, todos estaban de acuerdo.

Había que contener la expansión chavista que supuestamente representaba la reelección de Zelaya. Una peligrosa expansión, no sólo a nivel territorial hacia el corazón del poder militar estadounidense en la región sino también a nivel ideológico: si a los aliados de Chávez se les permitía reformar sus constituciones a su antojo para perpetuarse en el poder, el equilibrio regional se perdía y los intereses de Washington quedaban desprotegidos.

Entonces pasó lo que pasó y antes de que Obama pudiera reaccionar, los cancilleres del hemisferio se habían reunido en Wa-shington en el marco de la OEA para pedir el retorno “inmediato e incondicional” de Zelaya, resolución que Estados Unidos no tuvo más remedio que acompañar, atento a los compromisos que Obama había asumido con los demás presidentes de la región. Pero había una palabra que incomodaba a los norteamericanos, “incondicional”. Foggy Bottom, como le dicen allá al Departamento de Estado, no quería un retorno “incondicional”. Aceptaba que vuelva, pero no que se quede.

Shannon seguramente recomendó hacer lo que se viene haciendo en la región en cada crisis desde que él se hizo cargo en el tramo final del gobierno de George W. Bush: bajarle los decibeles a la pelea con Chávez y negociar con Brasil una posición común que contenga a los demás países de la región. Como Lula quería que Zelaya volviera y Obama quería que no se quedara, consensuaron en Moscú que Zelaya volvería pero no se quedaría.

Para pasar de “vuelve sin condiciones” a “vuelve pero se va”, Shannon, Hillary o algún cráneo de Foggy Bottom tuvo la idea de convocar al presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para que haga valer el acuerdo entre Obama y Lula.

El anuncio de la mediación fue un baldazo de agua fría para la OEA. “Veníamos invictos y de repente nos dejaron afuera”, graficó una fuente del organismo. Ni lerdo ni perezoso, Arias puso en la mesa su versión light de “vuelta incondicional”: amnistía para todos, gobierno de “unidad nacional”, adelanto de las elecciones, fuerzas armadas bajo las órdenes de la Corte electoral, promesa pública de Zelaya de irse sin tocar la Constitución. Así la OEA quedó rehén de Costa Rica: si había acuerdo, tendría un rol estelar en la puesta en marcha y verificación de los acuerdos; si fracasaba el acuerdo quedaba pintada, a merced de su creciente coro de críticos.

Los países del ALBA tampoco quedaron muy contentos y a través de Fidel Castro acusaron a Arias de querer perpetuar el golpe. En cambio Chávez hizo saber sus reparos, pero después acompañó con sonoros silencios los editoriales rabiosos del comandante cubano. Había decidido bajar el perfil en Costa Rica para jugar fuerte en Washington.

Zelaya aceptó la propuesta de Arias enseguida, Micheletti no. Pensaba que podía dar vuelta a los norteamericanos. Pasaban los días y Arias se mostraba nervioso porque los golpistas no se bajaban del caballo. Cuando el plazo se acabó, el Premio Nobel costarricense reiteró su oferta más algunos chupetines que venían pidiendo los golpistas: elogios para el “profesionalismo” de los militares hondureños, “Comisión de la Verdad”, moratoria por seis meses de cualquier juicio político. Micheletti volvió a decir que no.

¿Y qué estaba pasando en Washington? Pasaba que el lobby anticastrista, con epicentro en Miami, había recobrado los bríos de antaño y había hecho del golpe de Honduras su nueva causa patriótica. Bajo la batuta de los dinosaurios Otto Reich y Roger Noriega, los referentes de Llorens, este pequeño y marginal grupo de presión, que alguna vez fue influyente pero cuya imagen ante la opinión pública norteamericana quedó por el piso tras el caso del balserito Elián González, este lobby invadió despachos y redacciones de los diarios con publicistas y asesores caros que venían a presentar “el caso hondureño” ante los decision-makers de la capital norteamericana. “Si vas al Congreso está lleno de hondureños y gente paga por los hondureños haciendo lobby a favor del golpe”, cuenta Héctor Timerman, el embajador argentino en Washington.

Al mismo tiempo, la atención de Obama estaba en otro lado. El presidente buscaba desesperadamente los votos moderados que necesitaba para el pasaje de su reforma del sistema de salud, un tema decisivo en su pulseada con los republicanos. Lo último que quería era perder votos por una discusión sobre si hubo o no hubo golpe en Honduras. Por eso había un bando muy marginal que hacía mucho ruido contra otro bando con todo el poder que no contestaba, generando un microclima que algún analista confundió con “interna feroz” en el seno del gobierno norteamericano.

Así las cosas, fueron los diplomáticos argentinos y venezolanos quienes llevaron el peso de la campaña a favor de Zelaya, combatiendo en inferioridad de condiciones al lobby anticastrista en las horas decisivas que sucedieron al golpe, armando la agenda de la delegación zelayista cuando ésta finalmente llegó, una semana más tarde.

Esa gestión habría producido el mayor acercamiento diplomático entre Venezuela y Estados Unidos que se haya conocido hasta el momento, según confió una fuente que presenció el trabajo conjunto, acercamiento que ambos gobiernos prefieren ocultar por razones obvias de política doméstica: Chávez es mala palabra en Estados Unidos y Estados Unidos es mala palabra en la Venezuela chavista.

Más allá del ruido que generaron, a la hora de contar los porotos, la cosecha de los golpistas fue más bien exigua: dieciocho votos de los más de 400 congresistas norteamericanos para condenar los intentos reeleccionistas de Zelaya, algún editorial favorable en los diarios influyentes y la demora por un par de semanas de las confirmaciones de Arturo Valenzuela (subsecretario para América latina) y Shannon (embajador en Brasil). No mucho más.

Brasil jugó como venía jugando en la región, ya con el tema de las FARC, ya con el intento de golpe en Bolivia: sereno, confiado, sin correr detrás de la pelota, sabiendo que tarde o temprano le iba a llegar. Dejó hacer a Arias como antes había acompañado en la OEA y recién se puso en movimiento el lunes pasado, dos días antes de que venza el plazo de la mediación. Entonces el canciller Celso Amorin llamó a Hillary Clinton y le dijo que era tiempo de apretar a Micheletti para que agarre viaje. Washington tiene juego. Su as de espadas es la facultad de cancelar las visas de los golpistas. Según pudieron constatar una variedad de negociadores, ésa es la pena más temida. De concretarse, los golpistas no podrían visitar por un largo tiempo sus condominios en Miami.

Al día siguiente de hablar con Amorim, Hillary apretó por teléfono a Micheletti. Pero el dictador le juró a la prensa hondureña que el tema de las visas ni siquiera se mencionó. Si Micheletti no miente, Hillary se guardó la carta.

Los tiempos se estiraban y el lobby anticastrista enrarecía el ambiente en Washington. Uribe, el presidente colombiano, envalentonado por las dos bases militares que los norteamericanos le acababan de enchufar, se animaba a tirarleS una soga a los golpistas, rompiendo el consenso en la OEA. Entonces Zelaya decidió que había llegado la hora de presionar a Washington para que acelere el desenlace, y se trasladó a la frontera. Lula le deseó suerte. La Unión Europea pidió “serenidad”. Mercosur apoyó a Zelaya con una fuerte declaración, pero como no había querido invitarlo a la cumbre, Chávez faltó a la cita.

La movida obligó a Washington a usar toda su influencia para evitar que los militares hondureños cumplieran con la orden de Micheletti de meter preso a Zelaya no bien pisara suelo hondureño. Cuando lo pisó, un coronel lo mandó de vuelta a Nicaragua. En sintonía con el coronel, los norteamericanos usaron todo su poder de seducción para lograr que Zelaya retrocediera. Lo invitaron a Wa-shington, le prometieron reuniones top, le juraron que esto se resuelve sin sangre y en cuestión de días. Si lograba entrar sin Arias y sin la OEA, ya no lo podrían controlar.

Y Zelaya quedó ahí, en la frontera, a la espera de que los militares hondureños lo dejen volver. Y los muy profesionales militares hondureños, que antes desobedecieron a Zelaya y ahora desobedecen a Micheletti, también quedaron ahí, mudos y acuartelados. A la espera de que sus verdaderos patrones, los comanders de Soto Cano, les digan lo que tienen que hacer. Al cierre de esta edición, los militares norteamericanos esperaban órdenes de Washington, donde el partido entraba en tiempo de descuento.

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miércoles, 22 de julio de 2009

LA HORA del PUEBLO de HONDURAS

Fidel Castro: El 30 Aniversario Sandinista y la propuesta de San José
Escrito por Rafael Calcines Armas
miércoles, 22 de julio de 2009

22 de julio de 2009, 07:16La Habana, 22 jul (PL) El líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, afirmó que nadie dude de que solo el pueblo hondureño será capaz de construir su propia historia.

En el artículo intitulado El 30 Aniversario Sandinista y la propuesta de San José, divulgado por la publicación digital Cubadebate, Fidel Castro expresó que tras dos semanas de creciente lucha popular, Estados Unidos maniobró para ganar tiempo. El Departamento de Estado asignó a Oscar Arias, Presidente de Costa Rica, la tarea de auxiliar al golpe militar en Honduras, asediado por la vigorosa, pero pacífica presión popular. Nunca un hecho similar en América Latina había recibido tal respuesta.

Asimismo advirtió que el pueblo de Honduras es quien dirá la última palabra. Representantes de las organizaciones sociales y de las nuevas fuerzas no son instrumentos de nadie dentro o fuera del país.

Prensa Latina trasmite a continuación el texto del artículo:

El golpe de Estado de Honduras, promovido por la extrema derecha de Estados Unidos – que mantenía en Centroamérica la estructura creada por Bush – y apoyado por el Departamento de Estado, evolucionaba mal por la enérgica resistencia del pueblo.

La criminal aventura, condenada de forma unánime por la opinión mundial y los organismos internacionales, no podía sostenerse.

El recuerdo de las atrocidades cometidas en décadas recientes por las tiranías que Estados Unidos promovió, instruyó y armó en nuestro hemisferio, estaba todavía fresco.

Los esfuerzos del imperio se encaminaron durante la administración de Clinton y en los años subsiguientes al plan de imponer el TLC a todos los países de América Latina a través de las llamadas Cumbres de las Américas.

El intento de comprometer al hemisferio con un acuerdo de libre comercio fracasó. Las economías de otras regiones del mundo crecieron a buen ritmo y el dólar perdía su hegemonía exclusiva como divisa privilegiada. La brutal crisis financiera mundial complicó la situación. En esas circunstancias se produjo el golpe militar en Honduras, uno de los países más pobres del hemisferio.

Tras dos semanas de creciente lucha popular, Estados Unidos maniobró para ganar tiempo. El Departamento de Estado asignó a Oscar Arias, Presidente de Costa Rica, la tarea de auxiliar al golpe militar en Honduras, asediado por la vigorosa, pero pacífica presión popular. Nunca un hecho similar en América Latina había recibido tal respuesta.

En los cálculos del Gobierno de Estados Unidos pesaba el hecho de que Arias ostentaba el título de Premio Nobel de la Paz.

La historia real de Oscar Arias indica que se trata de un político neoliberal, talentoso y con facilidad de palabras, sumamente calculador y aliado fiel de Estados Unidos.

Desde los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno de Estados Unidos utilizó a Costa Rica y le asignó recursos para presentarla como una vitrina de los avances sociales que se podían lograr bajo el capitalismo.

Ese país centroamericano fue utilizado como base por el imperialismo para los ataques piratas contra Cuba. Miles de técnicos y graduados universitarios cubanos fueron sustraídos a nuestro pueblo, que estaba ya sometido a cruel bloqueo, para prestar servicios en Costa Rica. Las relaciones entre Costa Rica y Cuba se han restablecido en fecha reciente; fue uno de los dos últimos países del hemisferio en hacerlo, lo cual nos satisface, pero no por ello debo dejar de expresar lo que pienso en este momento histórico de nuestra América.

Arias, procedente del sector rico y dominante de Costa Rica, estudió Derecho y Economía en un centro universitario de su país, cursó estudios y se graduó después como Master en Ciencias Políticas en la Universidad Inglesa de Essex, donde finalmente recibió el título de Doctor en Ciencias Políticas. Con tales laureles académicos el presidente José Figueres Ferrer, del Partido Liberación Nacional, lo nombró asesor en 1970, a los 30 años de edad, y poco después lo designó Ministro de Planificación, cargo en el que fue ratificado por el Presidente que le siguió, Daniel Oduber. En 1978 ingresa al Congreso como Diputado de ese Partido. Asciende luego a Secretario General en 1979, y es Presidente por primera vez en 1986.

Años antes del triunfo de la Revolución Cubana, un movimiento armado de la burguesía nacional de Costa Rica, bajo la dirección de José Figueres Ferrer, padre del presidente Figueres Olsen, había eliminado el pequeño ejército golpista de ese país y su lucha contó con las simpatías de los cubanos. Cuando combatíamos en la Sierra Maestra contra la tiranía batistiana, recibimos del Partido de Liberación creado por Figueres Ferrer algunas armas y municiones, pero era demasiado amigo de los yanquis y pronto rompió con nosotros. No debe olvidarse la reunión de la OEA en San José de Costa Rica, que dio lugar a la Primera Declaración de la Habana en 1960.

Toda Centroamérica sufrió durante más de 150 años y todavía sufre desde los tiempos del filibustero William Walker, que se hizo presidente de Nicaragua en 1856, el problema del intervencionismo de Estados Unidos, que ha sido constante, aunque el pueblo heroico de Nicaragua logró ya una independencia que está dispuesto a defender hasta el último aliento. No se conoce de apoyo alguno de Costa Rica después que la alcanzó, aunque hubo un gobierno de ese país al que vísperas de la victoria de 1979, le cupo la gloria de ser solidario con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Cuando Nicaragua era desangrada por la guerra sucia de Reagan, Guatemala y El Salvador habían pagado también un alto precio de vidas debido a la política intervencionista de Estados Unidos, que suministraba dinero, armas, escuelas y adoctrinamiento a las tropas represivas. Daniel nos contó que los yanquis finalmente promovieron fórmulas que pusieran fin a la resistencia revolucionaria de Guatemala y El Salvador.

Más de una vez Daniel me había comentado con amargura que Arias, cumpliendo instrucciones de Estados Unidos, había excluido a Nicaragua de las negociaciones de paz. Se reunió solo con los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala para imponerle acuerdos a Nicaragua. Expresaba por ello enorme gratitud hacia Vinicio Cerezo. Me contó igualmente que el primer acuerdo se firmó en un convento de Esquipulas, Guatemala, el 7 de agosto de 1987, después de dos días de intensas conversaciones entre los cinco presidentes centroamericanos. Nunca hablé públicamente sobre eso.

Pero esta vez, al conmemorarse el 30 Aniversario de la victoria Sandinista el 19 de julio de 1979, Daniel lo explicó todo con impresionante claridad, como lo hizo con todos los temas a lo largo de su discurso, que fue escuchado por cientos de miles de personas y transmitido por la radio y la televisión. Utilizo sus palabras textuales: "Los yanquis lo nombraron mediador. Tenemos una profunda simpatía al pueblo de Costa Rica, pero yo no puedo olvidar, en aquellos años duros el Presidente de Costa Rica convocó a los Presidentes centroamericanos y no nos invitó a nosotrosâ��"

"Pero los otros Presidentes centroamericanos fueron más sensatos y le dijeron: Aquí no puede haber plan de paz si no está presente Nicaragua. Por la verdad histórica, el Presidente que tuvo el valor de romper el aislamiento que habían impuesto los yanquis en Centroamérica –donde les habían prohibido a los presidentes conversar con el Presidente de Nicaragua y querían una solución militar, querían acabar a través de la guerra con Nicaragua, con su revolución–, quien dio ese paso valiente fue el presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo. Esa es la historia verdadera."

De inmediato añadió: "Los yanquis corrieron a buscar al presidente Oscar Arias, Âíporque ya lo conocen!, para buscar cómo ganar tiempo, para que los golpistas comiencen a hacer demandas que son inaceptables. ¿Desde cuándo un golpista va a negociar con la persona a la que le está arrebatando sus derechos constitucionales? Esos derechos no pueden ser negociados, simplemente hay que restituir al presidente Manuel Zelaya, tal como lo dijeron los acuerdos del ALBA, del Grupo de Río, del SICA, de la OEA y de las Naciones Unidas.

"En nuestros países queremos soluciones pacíficas. La batalla que está librando el pueblo de Honduras en este momento es una batalla pacífica, para evitar más dolor del que ya se ha producido en Honduras", concluyó textualmente Daniel.

En virtud de la guerra sucia ordenada por Reagan y que en parte â��me dijo élâ�� fue costeada con drogas enviadas a Estados Unidos, perdieron la vida más de 60 mil personas y sufrieron invalidez otras 5 800. La guerra sucia de Reagan dio lugar a la destrucción y el abandono de 300 escuelas y 25 centros de salud; 150 maestros fueron asesinados. El costo ascendió a decenas de miles de millones de dólares. Nicaragua disponía solo de 3,5 millones de habitantes, dejó de recibir el combustible que le enviaba la URSS y la economía se hizo insostenible. Convocó a las elecciones e incluso las adelantó, y respetó lo decidido por el pueblo, que había perdido toda esperanza de preservar las conquistas de la Revolución. Casi 17 años después, los sandinistas regresaron victoriosos al gobierno; hace solo dos días conmemoraban el 30 aniversario de la primera victoria.

El sábado 18 de julio el Premio Nobel propuso los conocidos 7 puntos de la iniciativa personal de paz que restaba autoridad a las decisiones de la ONU y la OEA, y equivalían a un acta de rendición de Manuel Zelaya, que le restaban simpatía y debilitarían el apoyo popular. El Presidente Constitucional envió lo que calificó de ultimátum a los golpistas, que los representantes suyos debían presentar, anunciando a la vez su regreso a Honduras para el domingo 19 de julio por cualquier departamento de ese país.

En horas del mediodía de ese domingo, se produce en Managua el gigantesco acto sandinista con históricas denuncias a la política de Estados Unidos. Eran verdades que no podían dejar de ser trascendentes.

Lo peor es que Estados Unidos estaba encontrando resistencia del gobierno golpista a su maniobra edulcorante. Estaría por precisar el momento en que el Departamento de Estado envía por su parte un fuerte mensaje a Micheletti, y si los jefes militares fueron advertidos de las posiciones del Gobierno de Estados Unidos.

Lo real es que para quien siguiera de cerca los hechos, Micheletti estaba insubordinado contra la paz el lunes. Su representante en San José, Carlos López Contreras, había declarado que la propuesta de Arias no podía ser discutida, pues el primer punto, es decir, el restablecimiento de Zelaya, no era negociable. El gobierno civil golpista había tomado en serio su papel y no se percataba siquiera de que Zelaya, privado de toda autoridad, no constituía riesgo alguno para la oligarquía y políticamente sufriría un duro golpe si aceptaba la propuesta del Presidente de Costa Rica.

El propio domingo 19, cuando Arias pide otras 72 horas para explicar su posición, la señora Clinton habla telefónicamente con Micheletti y sostiene lo que el portavoz Philip Crowley califica de una "llamada dura". Algún día se conocerá qué le dijo, pero bastaría ver la cara de Micheletti cuando habló en una reunión de su gobierno, el lunes 20 de julio: parecía realmente la de un niño de kindergarten regañado por la maestra. A través de Telesur pude ver las imágenes y los discursos de la reunión. Otras imágenes transmitidas fueron las de los representantes de la OEA pronunciando sus discursos en el seno de esa institución, comprometiéndose a esperar la última palabra del Nobel de la Paz el miércoles. ¿Sabían o no lo que la Clinton le había dicho a Micheletti? Tal vez sí, o tal vez, no. Quizás algunos, aunque no todos, lo conocían. Hombres, instituciones y conceptos se habían convertido en instrumentos de la alta y arrogante política de Washington. Nunca un discurso en el seno de la OEA brilló con tanta dignidad como las breves, pero valientes y brillantes palabras de Roy Chaderton, embajador de Venezuela, en esa reunión.

Mañana aparecerá la pétrea imagen de Oscar Arias explicando que han elaborado tal y mas cual propuesta de solución para evitar violencia. Pienso que hasta el propio Arias ha caído en la gran trampa montada por el Departamento de Estado. Veremos qué hace mañana.

Sin embargo, el pueblo de Honduras es quien dirá la última palabra. Representantes de las organizaciones sociales y de las nuevas fuerzas no son instrumentos de nadie dentro o fuera del país, conocen las necesidades y sufrimientos del pueblo; sus conciencias y su temple se han multiplicado; muchos ciudadanos que eran indolentes se han sumado; los propios afiliados honestos de los partidos tradicionales que creen en la libertad, la justicia y la dignidad humana juzgarán a los líderes a partir de la posición que adoptaron en este minuto histórico.

No se conoce todavía cuál sería la actitud de los militares frente a los ultimátums yanquis, y qué mensajes les llegan a los oficiales; solo hay un punto de referencia patriótica y honorable: la lealtad al pueblo, que ha soportado con heroísmo las bombas lacrimógenas, los golpes y los disparos.

Sin que nadie pueda asegurar cuál será el último capricho del imperio, si a partir de las últimas decisiones adoptadas Zelaya regresa legal o ilegalmente, sin duda que los hondureños le harán un gran recibimiento porque será una medida de la victoria que ya han alcanzado con sus luchas.

ÂíNadie dude de que solo el pueblo hondureño será capaz de construir su propia historia!

Fidel Castro Ruz

Julio 21 de 2009

martes, 21 de julio de 2009

Vidas paralelas: La pobreza mundial y las ganancias capitalistas

Los extremos que no se tocan




(IAR Noticias) 21-Julio-09


Warren Buffet, Carlos Slim y Bill Gates, los primeros tres hombres más ricos del planeta.


Para la prensa del sistema el aumento de la pobreza mundial y el aumento de la riqueza no son procesos inversamente proporcionales que se retroalimentan a nivel de causa y efecto. Pobreza que se expande a escala global, y riqueza (activos empresariales y fortunas personales) que se concentra en pocas manos no tienen nada que ver uno con el otro, van por vías separadas. Que las fortunas personales de los "más ricos" del ranking Forbes dupliquen el PBI mundial, no tiene nada que ver con la existencia de 3000 millones de personas (la mitad del planeta) que padecen "pobreza estructural", o de las 1000 millones que no cubren sus necesidades básicas de alimentación y supervivencia en el mundo. Los extremos nunca se tocan, el gran secreto para publicar informes sobre pobreza y riqueza sin que aparezcan las causas estructurales de la existencia de ricos y pobres.

Por Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial





Mientras el Departamento de Agricultura estadounidense (ERS) nos informa que más de 80 millones de personas se han convertido en población mundial en riesgo de falta de alimentos a lo largo del año pasado a consecuencia de la suba de los precios de la energía y de los alimentos, otra información consigna que la mayoría de los grandes bancos estadounidenses (Citigroup, Morgan Stanley, Bank of América, Goldamn Sach, JPMorgan Chase, etc) han cosechado ganancias siderales pese a la crisis económica recesiva que derrumba a la economía real.

Todas estas instituciones madres del sionismo financiero USA, reportaron ingresos exorbitantes en el segundo trimestre, y se configuraron como las "grandes ganadoras" entre los que hacen negocios con la crisis recesiva en la primera potencia imperial.

Por supuesto, que entre ambas noticias (el hambre mundial y las ganancias capitalistas) no se consigna (como detalle) que una porción significativa de los ingresos bancarios del segundo trimestre provienen de la especulación financiera con el petróleo y las materias primas en los "mercados a futuro" que vuelve a impactar como suba en el precio de los alimentos y de la energía mundial.

Según el informe oficial estadounidense, las perspectivas (del hambre mundial) son mucho peores si se aplican las predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que advierte que el número de personas en riesgo se incrementaría nada menos que en un 12 por ciento a lo largo de 2009: 97 millones de personas, siendo América Latina y el Caribe las regiones más afectadas, ya que diez millones de sus residentes pasarían a formar parte del grupo afectado por la inseguridad alimentaria.

Por supuesto que la "inseguridad alimentaria" nada tiene que ver con el mercado de commodities, donde, según estimaciones del Senado USA, en marzo de 2008 diariamente se especulaba con US$8.600 millones, y en un sólo día se especulaba tanto como en 20 días del 2003.

Sólo en febrero de 2008 se crearon 160 fondos de inversión a nivel mundial de commodities agrarios, que elevaron a niveles siderales la especulación en los "mercados de futuro" e hicieron estallar hacia arriba el precio de los alimentos esenciales para la supervivencia que ya le faltan a la mitad de la población humana del planeta.

De acuerdo con el informe del Departamento de Agricultura estadounidense, el caso del África subsahariana es especialmente grave. Contiene al 25 por ciento de la población total de los 70 países estudiados, pero más de la mitad del total de la población en riesgo alimentario.

Además, la región depende cada vez más de la importaciones de cereal. A finales de los 80 pedían un 10 por ciento, ahora solicitan un 20 por ciento. "Por lo tanto, cuando suben los precios internacionales de los cereales, la capacidad para importar alimentos suele descender, dada la limitada capacidad financiera de la región", según explica el estudio.

Como es de uso, la misma prensa imperial que difunde el informe pasa por alto el detalle de que el precio internacional de los alimentos está determinado por los megaconsorcios capitalistas que controlan la producción, la comercialización y los mercados mundiales de los alimentos.

Fuera de la órbita del control estatal de los gobiernos, los recursos esenciales para la supervivencia quedan supeditados a la lógica de rentabilidad capitalista de un puñado de corporaciones trasnacionales (con capacidad informática, financiera y tecnológica) que los controlan a nivel global, y con protección militar-nuclear de EEUU y las superpotencias.





En ese escenario, la producción y comercialización mundial de petróleo y alimentos no está supeditada a la lógica del "bien social", sino a la más cruda lógica de la rentabilidad capitalista.

Según la FAO, diez corporaciones trasnacionales controlan actualmente el 80% del comercio mundial de los alimentos básicos, y similar número de mega empresas controlan el mercado internacional del petróleo, de cuyo impulso especulativo se nutre el proceso inflacionario causal de la hambruna que ya se extiende por todo el planeta.

Entre los primeros pulpos trasnacionales de la alimentación, se encuentran la empresa suiza Nestlé SA., la francesa Groupe Danone SA. y la Monsanto Co., que lideran mundialmente la comercialización de alimentos y que, además de controlar la comercialización y las fuentes de producción, poseen todos los derechos a escala global sobre semillas e insumos agrícolas.

Estas trasnacionales, que hegemonizan su rubro a escala mundial, son las principales beneficiarias del aumento del precio y de la demanda global de petróleo, alimentos y granos en momentos en los que los suministros apenas satisfacen la demanda.

Detrás de este fabuloso negocio con los recursos esenciales para la supervivencia humana, se encuentran los principales bancos y grupos financieros de Wall Street, que juegan un rol determinante en la especulación en los mercados energéticos y de materias primas que impulsan la actual escalada de los precios.

De esta manera, los pulpos petroleros y alimentarios, tercerizados por la especulación financiera, fijan las reglas de juego y el funcionamiento de los mercados de la energía y el petróleo, que, junto con el agua (también controlada por la trasnacionales) conforman los recursos esenciales para la supervivencia de la humanidad.

En consecuencia, la suba de precios es el producto del comercio capitalista monopólico y de la acción especulativa en los principales mercados de materias primas, entre cuyas herramientas financieras se encuentra el ICE [Intercontinental Exchange] de Londres y las bolsas mercantiles de Nueva York y Chicago.

Según analistas especializados de Wall Street, un 60% del precio del petróleo crudo y de las materias primas alimentarias tiene como causal a la especulación en futuros no regulada, de fondos precisamente autodenominados "especulativos", bancos y grupos financieros que utilizan las bolsas de futuros ICE de Londres y NYMEX de Nueva York y el comercio inter-bancos.

En este tercer frente del negocio agro-energético financiero (productor directo de la hambruna y la inflación mundial) se encuentran en primera línea Goldman Sach y Morgan Stanley, súper-gigantes de la especulación financiera en alta escala del capitalismo trasnacional sionista con asiento en Wall Street.

En este escenario, los precios no se fijan sólo por la demanda del consumo, sino básicamente por las necesidades comerciales y la demanda especulativa en los mercados financieros agro-energéticos.

De manera tal, que cuando los analistas le echan exclusivamente la culpa del alza de los precios a la reducción de la producción y de la oferta están escondiendo la especulación financiera como principal causal de la escalada alimentaria y petrolera.

En consecuencia, ningún informe oficial "suelto" sobre el crecimiento de la pobreza y el hambre mundial, destaca que el proceso del alza de los precios y la especulación financiera con el petróleo y los alimentos (la causa de la suba de los alimentos) causan inflación mundial y hambruna generalizada en los países más pobres de la tierra, y sobrepasan las capacidades de los gobiernos que dejan el control de sus recursos esenciales en manos de las corporaciones multinacionales.

Dentro del modelo de economía globalizada de enclave, las corporaciones petroleras, alimentarias y del agua, controlan (a través de la privatización de la actividad económica) todo el proceso de extracción, producción y comercialización local e internacional .

En resumen, controlados por las corporaciones trasnacionales, y despojados de su condición de "bien social", el petróleo y los alimentos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación en el mercado, convirtiéndose en la causa principal de las hambrunas y conflictos sociales que ya empiezan a desarrollarse por todo el planeta.

De esta manera, la comercialización internacional de los recursos esenciales para la supervivencia no se hace atendiendo a las necesidades de las comunidades desde donde se extraen, sino atendiendo a la lógica de la rentabilidad capitalista de las corporaciones que los controlan.

Los niveles de producción no se realizan atendiendo a las necesidades humanas de la población, sino atendiendo a las necesidades del mercado y de la ganancia capitalista.

Despojados de su condición de "bien social" de supervivencia, esos recursos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación en el mercado, y los precios no se fijan sólo por la demanda del consumo masivo, sino básicamente por la demanda especulativa en los mercados financieros y agro-energéticos.

Y los gobiernos, al no tener poder de gerenciación sobre sus recursos agroenergéticos se convierten en títeres de las corporaciones que los controlan y que se apoderan de la renta del producido por el trabajo social de esos países.

Este es el escenario que no describen la prensa internacional y sus analistas, o las organizaciones del sistema como la ONU y el Banco Mundial en cuyos informes, pobreza y riqueza marchan por vías paralelas, sin que se retroalimenten a nivel de causa y efecto.

La pirámide de riqueza y pobreza




Mientras el proceso inflacionario-recesivo desatado desde las economías centrales (EEUU y Europa) ya genera hambre, pobreza y devaluación acentuada del poder adquisitivo de las mayorías a escala planetaria, un selecto grupo de mega-empresas y multimillonarios multiplican a escala sideral su activos empresariales y sus fortunas personales.

Son los actores complementarios (los generadores del hambre y la pobreza a escala global) que nunca aparecen en los informes y análisis oficiales que atribuyen las causas de las hambrunas y la marginación social no a la explotación capitalista sino a la "mala administración" de los gobiernos.

Los "súper-ricos", ejecutivos y accionistas de los grupos capitalistas que se reparten el mundo como si fuera un pastel, los que aparecen habitualmente retratados en los ranking del jet set decadente, conforman el resultante final de un proceso de acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la crisis mundial y del achicamiento progresivo de la participación de las mayorías en el proceso de reparto de la producción mundial.

Mientras la economía mundial ya ingresó en un proceso inflacionario-recesivo que impacta en la suba de los alimentos y del costo de vida de amplias capas de la sociedad mundial (sobre todo de las más vulnerables y desprotegidas), bancos, empresas trasnacionales, (sobre todo petroleras) registran balances de ganancias descomunales superiores al presupuesto y al PBI de decenas de países de la periferia juntos.

Cuando se refieren a la "crisis social", los periodistas, intelectuales y analistas del sistema hablan en forma abstracta y genérica, sin precisar su impacto (discriminado por sector) en la pirámide social del sistema capitalista a escala global.

Así, por ejemplo, la prensa internacional en los últimos días expresa, con total impunidad (y sin contrainformación masiva) cómo la crisis está "afectando a los más ricos" cuya pirámide está encabezada por los súper millonarios del ranking de la revista Forbes.

Los medios y analistas del sistema (que informan a las sociedades a escala masiva) tienen centrada su "preocupación en las pérdidas de los grandes consorcios empresariales transnacionales, en la reducción de las grandes fortunas de los súper ricos y en la devaluación de los multimillonarios sueldos de los ejecutivos de las metrópolis de EEUU y Europa.

Casi no hay informes (y los que hay son manipulados y reducidos) de cómo la crisis de los países centrales ya impacta en las economías y en las sociedades de los países subdesarrollados de Asia, África y América Latina, donde se concentra la mayoría del hambre y la pobreza a escala planetaria.



Los medios internacionales sionistas, que esconden sistemáticamente la relación simbiótica pobreza-riqueza (una es consecuencia de la otra) comentaban con "preocupación" como la crisis redujo el selecto club de súper millonarios del ranking Forbes que pasó de 1.125 miembros en 2008 a 793 en 2009.

En el año 2007, 500 multimillonarios sumaban una fortuna de casi tres billones de dólares, una cifra equivalente al presupuesto anual de EEUU, la mayor potencia imperialista del planeta, y a decenas de PBI (producción del pastel) anuales de países dependientes.

Pese a la crisis económica-financiera mundial y la crisis social que genera la suba de precios de los alimentos y de la energía, las riquezas personales en todo el mundo crecieron un 5 por ciento a US$ 109,5 billones, según un informe sobre "riqueza mundial publicado en el 2008 por Boston Consulting Group (BCG).

Para ilustrar el macro-robo capitalista del producido mundial hay que señalar que la cifra acumulada, según el informe, de US$ 109,5 billones de riqueza acumulada en manos de los "millonarios" (con las súper-fortunas en la cima) se aproxima a casi dos veces el PBI mundial (la riqueza anual producida por todos los países) que ronda en los US$ 70 billones.

Pero, para dar una mejor idea de lo que significa, en términos de comparación, esta cifra de US$ 109,5 billones, hay que puntualizar que equivale a casi dos veces y media el PBI anual de EEUU y la Unión Europea, las dos potencias económicas centrales que concentran más del 60% de la producción mundial.

Esa masa increíble de dinero acumulada por una minoría de "población rica" (regida en el vértice de la pirámide por los súper-ricos) es lo que le falta a los más de mil millones de personas que "sobreviven" con un promedio de un dólar diario, según el Banco Mundial y otras instituciones del sistema, y más de tres mil millones que no alcanza a cubrir el parámetro de necesidades básicas, medidas por alimentación, vivienda y salud.

La prensa internacional (del sistema), sus periodistas y comentadores, difunden estas cifras, impresionantes y fantásticas, destilando una rara mezcla entre admiración y envidia por no estar en el lugar de los rankeados, a los que consideran personas tocadas por la "varita mágica" del éxito y el prestigio social.

De esta manera, los diarios, las radios y los canales televisivos ponen el acento de la "noticia" en la disminución de la cifra de la fortuna de los tres sionistas que encabezan el ranking Forbes: Bill Gates, Warren Buffett y Carlos Slim, cuyos patrimonios juntos suman este año US$ 112.000 millones.

Por supuesto que la prensa del sistema no aclara que el presupuesto de US$896 millones que la ONU y el BM destinan para "combatir la pobreza en el mundo" equivale sólo al 0, 8 % de los US$112.000 millones (reunidos en las manos de sólo tres personas).

El Programa para hacer frente a la crisis mundial de alimentos, (GFRP, por sus siglas en inglés) desarrollado por el Banco Mundial no alcanza ni siquiera al 1% de la suma acumulada por los tres capitalistas más ricos, pero esto no es "noticia" para la prensa sionista imperial.

Mientras las potencias capitalistas centrales se concentran en "combatir la pobreza" con un presupuesto de US$ 896 millones, los primeros veinte supermillonarios de la lista Forbes concentran juntos una cifra de más de US$ 400.000 millones.

Esa cifra (en manos de sólo veinte personas) equivale casi al PBI completo de Sudáfrica, la economía central de Africa, cuya producción equivale a un cuarto de la producción total africana.

Mientras 20 súper multimillonarios acumulan una fortuna equivalente a un cuarto de la producción total africana, según la FAO, en el África subsahariana, una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de desnutrición crónica.

La gran mayoría de las personas desnutridas en el mundo (mil millones) vive en países en desarrollo, según la FAO, y de ellas, el 65 por ciento se concentra en siete países: la India, China, la República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía. Casi dos tercios (583 millones en 2007) de los hambrientos del mundo viven en Asia.

Como contrapartida (y demostración de lo que produce el capitalismo), esas zonas marcadas por una altísima y creciente concentración de hambre y pobreza, figuran en las estadísticas económicas mundiales como las mayores generadoras de riqueza y rentabilidad empresarial capitalista de los últimos diez años.

Tanto el "milagro asiático" como el "milagro latinoamericano" (del crecimiento económico sin reparto social) se construyeron con mano de obra esclava y con salarios en negro. Esto lleva a que, al caerse el "modelo" por efecto de la crisis recesiva global, el grueso de la crisis social emergente con despidos laborales en masa se vuelque en esas regiones.

Pero de esta cuestión estratégica, vital para la comprensión de la crisis global y de su impacto social masivo en el planeta, la prensa internacional no se ocupa. Los medios locales e internacionales están ocupados en dilucidar la disminución de las fortunas de los ricos y la pérdida de rentabilidad de las empresas.

Y se cumple el axioma de máxima del sistema capitalista: Pobreza y riqueza, son extremos que no se tocan.

Si se tocaran, las mayorías hambrientas comprenderían quién es su verdugo y los ricos perderían su impunidad.



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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias

James Petras : ¿QUE PASA en AMERICA?

América Latina: Trabajadores del sector energético en época de crisis


21-Julio-09



PDVSA, la petrolera estatal venezolana dobló su participación en los proyectos de crudo pesado en el Río Orinoco. En la imagen Chávez inspecciona junto a obreros venezolanos un pozo petrolero.

A las puertas del colapso del capitalismo, la lucha sindical ya no es efectiva. Los sindicatos sólo pueden tener éxito dando un giro decisivo hacia los movimientos anticapitalistas- un giro hacia una aceptación explícita del socialismo.

Por James Petras -
Rebelión

La situación del sector energético en América Latina está determinada por correlaciones tanto internas como externas de fuerzas políticas, el nivel de organización de clase y poder dentro de las clases trabajadoras y dominantes, la situación de la economía mundial y la fuerza y debilidad del imperialismo estadounidense. La “situación del sector energético” hace referencia a diversas variantes en términos de propiedad, volumen económico y distribución de las ganancias dentro de la estructura clasista.

Correlación de fuerzas internas y externas

La correlación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores en el sector energético en América Latina varía ampliamente: en Venezuela el Gobierno de Chávez, con el apoyo del sindicato de los trabajadores del petróleo, ha incrementado la propiedad pública y ha distribuido las ganancias del petróleo entre las clases populares mediante subsidios alimenticios, sanidad para todos y programas públicos de educación. En el otro extremo se encuentra Colombia en la que, bajo el Gobierno de Uribe, las compañías privadas extranjeras de petróleo están aumentando su control, los beneficios son repatriados a los países imperialistas o sacados del país por la élite doméstica y las ganancias del gobierno subvencionan a la oligarquía, y a escuadrones de la muerte apoyados por el gobierno y al ejército para asesinar y amenazar a líderes sindicales y sociales.

Entre estos dos polos de la izquierda nacionalista y la derecha neofascista existen otras cuantas variantes: socialdemócrata, social liberal y neoliberal.

Bolivia y Ecuador, con Evo Morales y Rafael Correa, representan el enfoque social democrático. Proponen “sociedades” entre el “Estado” y compañías capitalistas extranjeras de petróleo, que compartan los beneficios de la explotación de crudo. Las compañías extranjeras controlan todavía la mayor parte, si no todo, del refinamiento y del comercio y el gobierno social democrático tiene todavía que establecer sus propios “sistemas de marketing”.

Las políticas “social liberales” las encontramos en Brasil y Argentina donde las compañías petrolíferas mayores son del Estado sólo nominalmente pues son comercializadas en los mercados de bolsa en Latinoamérica y Wall Street. Las ganancias del Estado son distribuidas en una proporción desigual: la mayor parte usada para subvencionar el sector agro mineral y la parte menor para financiar programas sociales- incluidos programas básicos contra la pobreza.

Las políticas neoliberales las encontramos en México y Perú donde compañías petrolíferas anteriormente pertenecientes al Estado se han transferido a compañías extranjeras de petróleo y energía. En México, sólo la militancia del Sindicato Mexicano de Electricistas ha impedido que el Gobierno privatizara esta industria estratégica. Bajo los regímenes neoliberales las ganancias energéticas y del petróleo se han distribuido casi exclusivamente entre las clases dominantes extranjeras y locales y sólo han quedado unas pocas migajas para los trabajadores, los campesinos y las comunidades indígenas en la forma de programas de “pobreza de subsistencia”. Los regímenes neoliberales desinvierten y desvalijan las empresas públicas, disminuyendo su cuota de producción y dejándolas con deudas, tecnología obsoleta y una capacidad en declive para satisfacer obligaciones de ultramar.

El impacto del boom económico y la recesión global (2003-2009)

La actuación y propiedad del sector energético se ven influenciados por la lucha de clases interna, la situación de la economía mundial y la ascensión y caída del imperialismo estadounidense. La crisis del neoliberalismo y las revueltas populares entre 1999 y 2005 cerraron la primera fase de privatización a gran escala en muchos países de Latinoamérica. El derribo de los gobiernos de De la Rua en Argentina, Sánchez de Losado en Bolivia y Noboa y Gutiérrez en Ecuador, la derrota de los golpistas en Venezuela (abril 2002) y el encierro de los jefes (la huelga del petróleo) (diciembre 2002-febrero 2003) llevó a los movimientos radicales de masas a establecer una nueva agenda: la renacionalización del sector energético, del petróleo, del sector eléctrico, de la minería y de otros sectores estratégicos.

Sin embargo las revueltas populares no llevaron, con la excepción de Venezuela, a gobiernos de trabajadores y campesinos. En su lugar, alianzas de centro izquierda de orientación de clase media con las clases populares llevaron a algunas reformas parciales. En Bolivia Evo Morales aumentó el rol del Estado en su sociedad con 42 compañías de gas y petróleo de propiedad extrajera. Kirchner montó una compañía estatal pero se negó a renacionalizar Repsol YPF en Argentina. En Ecuador Correa incrementó los impuestos a las compañías petrolíferas pero las compañías multinacionales extranjeras todavía producen el 57% del petróleo. En Brasil Lula rechazó renacionalizar las empresas privatizadas- y la mayoría de las participaciones de Petrobras siguen en las manos de los inversores privados.

La mayor lucha contra la explotación de las compañías mineras y de energía en Perú, Colombia, Ecuador y Chile la llevaron a cabo los movimientos indígenas, en algunos casos apoyados por trabajadores del petróleo y organizaciones de campesinos. La razón está clara: las compañías energéticas no estaban simplemente explotando a la mano de obra, estaban destruyendo sus economías y condiciones de vida mediante la contaminación masiva del medio ambiente y el embargo de sus tradiciones.

En Brasil la promoción a gran escala y a largo plazo de inmensas plantaciones multinacionales de azúcar y refinerías que producen etanol desplazó a miles de pequeños granjeros y comunidades indígenas e intensificó la explotación de los trabajadores del campo. El movimiento de los trabajadores rurales sin tierra (MST) y otros movimientos sociales del campo, aliados con Lula, se enfrascaron en luchas defensivas. Sin embargo, sin aliados urbanos, no pudieron con la combinación Lula-agro mercado.

Trabajadores urbanos y sindicatos

La principal fuerza motriz de las revueltas populares contra el neoliberalismo varía según los países y el momento.

En Ecuador los trabajadores del petróleo, la minería y las fábricas se unieron a los movimientos masivos de campesinos para deponer a Noboa al comienzo de la década. En Argentina los parados y la clase media lideraron la lucha en el derrocamiento de De la Rua. En Venezuela los trabajadores del petróleo se dividieron entre una minoría que apoyaba el encierro de los jefes y una mayoría que tomó el control y operó los pozos en apoyo del Presidente Chávez. Sin embargo, a lo largo de la década, los trabajadores del sector energético se han organizado y militado en defensa de su sector económico, oponiéndose a la privatización y protegiendo sus estándares de vida mediante lucha de masas. Pero su presencia en las revueltas populares ha sido escasa. En muchos de los casos los líderes de los sindicatos de la energía han apoyado a los regímenes de centro izquierda para asegurarse concesiones salariales y trabajo seguro. En el mejor de los casos estos sindicatos se han unido en manifestaciones de solidaridad con la lucha masiva de los campesinos, indígenas y parados.

Paradójicamente la fuerte y militante organización de los sindicatos de la energía ha llevado a ganancias económicas y reformas del sector, que han llevado a su vez a la creación de islas altamente segregadas de afluencia entre una masa de pobres rurales y urbanos. La pasada década ha sido testigo del declive de los trabajadores de la energía como vanguardia de las revueltas populares: otras clases han ocupado su lugar. Esto ha dado lugar a un peligro de carácter estratégico porque, en el transcurso de privatizaciones a gran escala del sector de la energía, los trabajadores fracasarán en asegurarse el apoyo del resto de la clase trabajadora y los campesinos.

Mientras que la explotación del petróleo en el Amazonas crea “trabajos para trabajadores del petróleo”, destruye la forma de vida de las comunidades indígenas y da comienzo a un conflicto entre compañías petrolíferas y sus trabajadores contra la masa de artesanos, pequeños granjeros y comunidades indígenas dependientes de la ganadería, la pesca y la artesanía, próximas a las operaciones mineras y de petróleo.

La recesión mundial y el sector energético

La crisis mundial no se puede resolver solamente con huelgas y protestas. Incluso la renacionalización no puede, por sí misma, crear las bases para una recuperación nacional. La única alternativa que enfrentan los trabajadores del sector energético es una “revolución cultural y política” interna en la que se replanteen su estrategia básica y vayan más allá de las luchas sectoriales.

La actual recesión profunda y prolongada sólo puede ser afrontada a nivel político nacional mediante un giro hacia la formación de una alianza política amplia y de masas con las clases populares, con una estrategia para ganar poder estatal. A las puertas del colapso del capitalismo, la lucha sindical ya no es efectiva. Los sindicatos sólo pueden tener éxito dando un giro decisivo hacia los movimientos anticapitalistas- un giro hacia una aceptación explícita del socialismo.

Hoy día, la totalidad de la clase capitalista se ha apoderado del control del Estado, especialmente de la Hacienda estatal, para financiar su supervivencia y recuperación a expensas de los trabajadores, los campesinos, los indígenas y los pobres urbanos. Según la crisis se hace más profunda, la rebelión de la masa rural y urbana romperá de nuevo los lazos de la burguesía hegemónica. Se elevará la pregunta: ¿serán los trabajadores de la energía parte de una solución socialista o serán parte del problema capitalista? ¿Volverán a ser los trabajadores de la energía parte de la vanguardia o seguirán siendo parte de la retaguardia? Lo que está absolutamente claro es que los trabajadores de la energía ocupan una posición estratégica en el sistema capitalista mundial- sin petróleo nada se mueve, sin electricidad los banqueros no pueden contar sus beneficios y los inversores no pueden leer sus pagos de dividendos.

El sistema capitalista nunca ha demostrado en su totalidad hoy día, en la vida real, que es un sistema fallido- ni produciendo bienes y servicios ni proveyendo crédito y financiación ni dando trabajo.

La famosa frase de Kart Marx me viene a la mente: “Un fantasma está acechando a la clase capitalista: el advenimiento de la revolución socialista”.

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Traducido por Andrés Prado para Rebelión.org.
Presentado en una sesión plenaria de la reunión internacional de trabajadores del sector de la electricidad en México organizada por el Sindicato Mexicano de Electricistas. (SME) Julio 2009.

viernes, 17 de julio de 2009

Barry Grey: IRAN y HONDURAS en los MEDIOS.

Teherán y Tegucigalpa: Historia de dos capitales


TeleSUR, 16-Julio-09




Esta historia de dos capitales da una ilustración gráfica del carácter y el rol de los medios estadounidenses. Apropiadas y controladas por goliats corporativos, funciona como un adjunto del estado y una máquina de propaganda en nombre de los intereses imperialistas de los EE.UU. Su parcialidad clasista -y aquella de los profusamente pagados individuos quienes sirven como sus editores principales, reporteros directivos y presentadores- es subrayada por las respuestas diametralmente opuestas a las protestas en Teherán y Tegucigalpa.

Por Barry Grey - World Socialist Web Site

En Teherán, los medios de comunicación estadounidenses le dan una cobertura total y sin paro a las manifestaciones organizadas por el derrotado candidato presidencial que es apoyado por los EEUU. Las acusaciones del ex primer ministro Mir Hossein Mousavi de una elección robada y un “golpe de estado” son aprobadas sin crítica alguna e informadas como hechos por el New York Times y el Washington Post y otros periódicos “oficiales”, sin alguna investigación o confirmación independiente. Una campaña mediática de propaganda sigue apuntando en aislar y desestabilizar la facción dirigente en Irán encabezada por el Líder Supremo Ayatollah Ali Khamenei y el Presidente Mahmoud Ahmadineyad.

Las protestas son dominadas por las más acomodadas secciones de la clase media urbana, quienes en gran parte votaron por Mousavi y apoyaron su programa derechista de cerrar lazos con el imperialismo estadounidense y europeo y una rápida introducción de políticas que favorecen al mercado. La clase trabajadora se abstuvo de las protestas, viendo que no tenía nada por qué apoyar a la facción de “reformistas” encabezada por Mousavi y el multimillonario ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyani.

Los medios de comunicación prescinden de cualquier pretensión de objetividad y proclaman al movimiento de protestas y a sus líderes como la punta de la lanza de una “revolución verde” para la democracia. A cada acto de represión por el régimen iraní se le es dada cobertura de titulares, y rumores de cientos de muertos son informados como hechos. Los medios de comunicación estadounidenses enfocan su ira en particular en los esfuerzos del régimen de bloquear el Internet y la comunicación por teléfonos celular.

Dos semanas después, el ejército de Honduras, que había sido entrenado y equipado por los EEUU, entra en el hogar del presidente electo, lo meten a empujones a un avión y lo sacan por aire del país a punta de pistola. El crimen básico del presidente depuesto, Manuel Zelaya, fue aliar su gobierno con los némesis de Washington en Latino América, Hugo Chávez de Venezuela y Fidel Castro de Cuba, así como llevar a cabo reformas populares modestas dentro de Honduras, como subir el salario mínimo.

No puede haber discusión alguna de que Honduras ha sufrido un golpe de estado. Pero el evento es apenas reportado en la prensa estadounidense y los medios de radio y televisión. Tampoco son reportados los arrestos y deportaciones de ministros del gobierno de Zelaya, los cierres de emisoras locales de televisión que simpatizan con el depuesto presidente, los arrestos de periodistas extranjeros y el corte de transmisión de canales con sede en EEUU, como CNN, y la imposición de un de facto estado de sitio, incluyendo un toque de queda y la movilización de miles de tropas hondureñas en cada ciudad mayor.

El régimen del golpe, que es apoyado por la élite empresarial, el Congreso, los tribunales y la Iglesia, busca detener la comunicación por Internet y teléfonos celular, provocando ninguna protesta por parte de los medios de comunicación estadounidenses.

Manifestaciones en apoyo del golpe, organizadas y arregladas por el nuevo régimen son dominadas por la adinerada clase media de la capital, Tegucigalpa.

A pesar de la represión estatal, el sindicato de profesores hondureños lanzó una fuerte huelga de 60,000 profesores quienes cerraron las escuelas y demostraron por miles en Tegucigalpa. Las demostraciones son dominadas por sindicalistas, trabajadores, los desempleados y los pobres rurales. Esta resistencia de la clase trabajadora al golpe apenas obtiene una mención en los medios de comunicación estadounidense.

El domingo 5 de Julio, tropas que cerraban con barricadas el aeropuerto en Tegucigalpa, dispararon a manifestantes desarmados que se habían reunido para recibir a Zelaya mientras intentaba aterrizar un avión alquilado y reanudar su mandato. Un joven de 19 años fue muerto a tiros. De nuevo, a penas una mención en las noticias estadounidenses.

Uno puedo sólo imaginar como los medios estadounidenses habrían respondido si Ahamdineyad hubiese arrestado a Mousavi y lo hubiese botado de Irán. O los aullidos de indignación que hubiera habido si el presidente iraní hubiese bloqueado el aeropuerto para prevenir que retornara.

Ejemplos del doble estándar aplicados a Irán y Honduras abundan. Acá hay unos pocos:

CNN hizo gran bulla de los esfuerzos del régimen iraní en censurar las noticias e intimidar periodistas extranjeros. No dijo nada sobre el cierre de sus propias transmisiones por el gobierno golpista de Honduras.

El 4 de Julio, CNN.com reportó que había recibido una cinta de video mostrando a tropas hondureñas disparando a las llantas de buses trayendo a manifestantes anti-golpistas a Tegucigalpa desde el campo. A este video se le ha dado poca, si alguna, transmisión en el aire por la cadena.

Más significativo es la virtual ausencia de cobertura en los medios estadounidenses del asesinato y ataque a manifestantes anti-golpistas en el aeropuerto de Tegucigalpa el domingo. El Financial Times dio el lunes un perturbador informe de la atrocidad que pone en claro su carácter premeditado. Reportando que un gentío de casi 1,500 personas se había agrupado en las cercas del perímetro del aeropuerto para recibir el avión de Zelaya, el periódico escribe:

“Sin embargo, al alrededor de las 3 de la tarde el domingo, los soldados que vigilaban la pista para prevenir el retorno del Sr. Zelaya lanzaron una ofensiva en contra del gentío desarmado, de acuerdo a los testigos”.

“Abrieron fuego desde posiciones dentro del aeropuerto y entonces enviaron bombas lacrimógenas hacia la muchedumbre”.

“Momentos después, un puñado cruzó la cerca del perímetro, la cual había estado cortado por los demostradores, entonces levantaron sus rifles automáticos y los apuntaron a las masas de aterrorizados hombres, mujeres y niños. Entonces abrieron fuego de nuevo. Por lo menos una persona fue asesinada y tantas como 30 fueron heridas.”

La prensa en Latino América ha publicado amplias fotos de la joven fatalmente herida, Isis Obed Murillo, siendo arrastrada por sus compañeros protestantes. Ninguna foto como esta ha aparecido en un periódico estadounidense mayor o en canales de noticias de televisión. Murillo permanece sin mención o sin luto en los medios estadounidense.

Uno sólo necesita comprar este insensible tratamiento al frenesí mediático sobre la muerte del 20 de Junio de Neda Agha Soltan en Teherán. La muerte de la estudiante de 27 años, que según se informa era una peatona en una protesta pro-Mousavi, ocurrió bajo circunstancias turbias. El gobierno negó responsabilidad, pero los medios inmediatamente la declararon una mártir de la “revolución verde”. Su foto fue impresa en las portadas de periódicos y en transmisiones por cada canal de Televisión. “Neda” fue proclamada la “Juana de Arco” de la oposición iraní.

Esta historia de dos capitales da una ilustración gráfica del carácter y el rol de los medios estadounidenses. Apropiadas y controladas por goliats corporativos, funciona como un adjunto del estado y una máquina de propaganda en nombre de los intereses imperialistas de los EE.UU. Su parcialidad clasista -y aquella de los profusamente pagados individuos quienes sirven como sus editores principales, reporteros directivos y presentadores- es subrayada por las respuestas diametralmente opuestas a las protestas en Teherán y Tegucigalpa.

El mismo rol está siendo jugado por los medios de comunicación liberales denominados “progresivos”, los cuales se han puesto en línea uniformemente detrás de la campaña de los EE.UU. en contra de la facción dirigente en Irán. El sitio web de la revista Nation el miércoles puso como su principal artículo, uno escrito por su corresponsal en Irán, Robert Dreyfuss, aclamando a los llamados de las fuerzas pro Mousavi para nuevas manifestaciones. Uno busca en vano por un artículo en los eventos en Honduras.

Los medios de comunicación se adhieren a ningún estándar y no ve límites en llevar a cabo su función de manipular la opinión pública de acuerdo a los objetivos, domésticos y extranjeros, de la élite dirigente estadounidense. Nada muestra más claro la decadencia de la democracia estadounidense y la “prensa libre” en los Estados Unidos que la manera en que se acomoda detrás de las falsas “revoluciones de color” en contra de regímenes que son considerados hostiles a los intereses de los EE.UU. e ignora con total descaro las medidas antidemocráticas por regímenes apoyados por la CIA, el ejército y el Departamento de Estado.

Alberto J. Lapolla: las elecciones del 28 de junio en Argentina.

La derrota del kirchnerismo: la naturaleza del escorpión

Por Alberto J. Lapolla

Luego del amargo sabor de las elecciones del domingo 28 de junio, se hace imprescindible reflexionar sobre los hechos acaecidos y la perspectiva mediata, dada la peligrosidad de la bestia al acecho. El gobierno nacional ha sido derrotado en las urnas de manera contundente –aunque conservando las primeras minorías nacional y parlamentaria- pero diversificada –es decir no hay un único ganador, más allá del complejo sojero- por una conjunción comandada por la sempiterna –y hoy refortalecida- oligarquía terrateniente -hoy sojera- unida a todas las capas de productores rurales pampeanos (al gobierno le fue bastante bien fuera de la Pampa Húmeda), unida también al gran empresariado beneficiado en todos los órdenes por el gobierno kirchnerista; a la jerarquía católica, a los sectores ultrarreaccionarios que quieren ver liberados de culpa y cargo a los genocidas hoy presos o en proceso de serlo, al neoliberalismo PRO y panradical, al nuevo submundo del narcotráfico que con la mejor metodología maoísta supo ‘crear el agua para que nade su pez’ –con tatuaje narco incluido-, a los representantes patronales en el movimiento obrero –ellos mismos patrones y terratenientes como el Momo Benegas-, al ex senador Eduardo Duhalde –jefe político de todo este entramado restaurador-, y a sectores del campo popular que siguen sin entender la trascendencia continental e histórica del kirchnerismo, más allá de sus defectos y limitaciones.

Todo este conglomerado piloteado y conducido por el ejército mediático de ocupación, constituido por casi todos los canales de televisión de todo el país, las empresas de cable de todo el país, las radios de todo el país, los principales diarios de todas las ciudades del país, las revistas, los principales portales y servidores de Internet, elementos todos pertenecientes en un 94% a tres grupos empresarios, que por supuesto hicieron de toda la oposición, incluyendo a Proyecto Sur, sus candidatos propios. Cabe aclarar que en el mundo actual, donde el modelo neoliberal ha colapsado, las cadenas multinacionales multimediáticas son el principal reservorio de la restauración neoliberal y fascista contra el avance de los pueblos. Así puede comprobarse con el golpe de Venezuela de 2002, el intento de secesión en Bolivia de 2008, el apoyo al genocida colombiano Uribe durante su invasión al Ecuador, el reciente golpe en Honduras –‘casualmente’ coincidente con nuestra elección, mientras Eduardo Duhalde se reunía en Europa con los jefes de la derecha mundial y los medios argentinos señalaban ‘que la causa del golpe era la amistad de Zelaya con Chávez’-, el proceso de destrucción de la avanzada sociedad italiana de posguerra y la restauración de la Italia fascista con las Leyes Raciales del Ducce incluidas –ahora con exclusión de los judíos, pero igual que en 1933, contra africanos y gitanos, ahora con el agregado de nosotros los ‘sudacas’. El rol de este Estado Mayor del neoliberalismo y la derecha mundiales, fue particularmente devastador en la derrota del gobierno kirchnerista. Gobierno que bueno es decirlo, no atinó a aplastar a su enemigo mediático. Cabe una primera reflexión al respecto, creemos que no se puede ‘jugar a la guerra’ con Clarín. O se lo aplasta o se acepta su lugar como jefe de la oposición. Pero poco sirven los juegos de artificio contra tamaño monstruo dueño de la mente, la cultura y el deseo de buena parte de los argentinos y las argentinas. Nada impedía al gobierno enviar la nueva ley de Medios Audiovisuales al Congreso apenas aprobada la estatización de las AFJP. Nada impedía al gobierno hablar por cadena nacional por todos los canales públicos, privados y de cable regularmente, explicando y aclarando los temas necesarios y difundiendo de primera mano la acción de gobierno. Nada impide al gobierno lograr que el excelente Canal Encuentro sea visto en todo el país como canal de aire, dando batalla cultural e ideológica -que de eso se trata- a los medios del poder colonial. Nada impide al gobierno que Telesur –canal del cual Argentina es miembro fundante- pudiera ser visto en todo el país como un canal de aire y gratuito, para ayudar a entender la nueva situación continental de la que somos parte. En fin, nada impide al gobierno nacional reeditar la ‘Gazeta de Buenos Aires’ fundada por Mariano Moreno y transformarla en un periódico gratuito para todos los argentinos, disputando así con calidad, el terreno de las ideas con los medios de comunicación del complejo oligárquico. Nada habría impedido al gobierno dotar a todos los movimientos sociales, sindicales y populares de radioemisoras y canales de televisión de alcance nacional o regional. Ese dinero hubiera sido mucho mejor gastado que los subsidios a grupos mediáticos, o que en comprar -por un rato- la voluntad informativa de mercenarios periodísticos que utilizan el resto del tiempo para atacar a nuestros gobiernos hermanos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador o Nicaragua. Los medios utilizados para influir las tapas de Clarín hubieran sido mucho mejor invertidos, si se hubieran creado cientos de nuevas emisoras radiales y televisivas de la CGT, la CMP, la CTA, los movimientos de derechos humanos y de todos los movimientos sociales del país. La lucha contra la oligarquía en todas sus formas, como enseña nuestra historia no puede tomarse a medias: o se la aplasta o nos aplasta. Aun tenemos tiempo de corregir, pero no podemos dejar expresar que presentimos, que tal vez ya sea tarde.

El triunfo sojero-monsantiano

En 2008, el gobierno fue sorprendido por la virulencia del conflicto con los rentistas rurales, sufriendo un desgaste innecesario, mostrando que el kirchnerismo parecía no tener noción del monstruo al que estaba enfrentando y al cual había ayudado a crear. El gobierno perdió allí el ‘consenso de la opinión pública’ y no la pudo recuperar hasta ahora. Con claro tono vencedor, el principal referente de la multinacional Monsanto en la Argentina, y principal operador del conflicto del ‘campo’, el Ing. Héctor Huergo, reflejó nítidamente desde las páginas de Clarín Rural –casi un folleto de publicidad de Monsanto en la Argentina- el resultado electoral: ‘Ganó la Argentina verde y competitiva,’ tituló exultante. Cabría aclarar, ‘ganó la Argentina enclave agroexportador de "pasto-soja", perdió la Argentina industrial, productiva inclusiva y distributiva que se estaba recuperando’. Como muy bien señaló Horacio Verbitzky, ganaron todos los que se identificaron con el rentismo sojero durante el conflicto ‘del campo’: Cobos, Duhalde, De Narváez, Reutemann, Solá, Juez, Marcri (aunque perdió en 30 puntos en Capital) y Pino Solanas. Perdieron el gobierno, la CGT, la CMP, la CTA (aunque algunos de ellos crean que ganaron), el movimiento de derechos humanos y todos los que queremos el retorno a una nación justa, libre y soberana. Es decir perdió el proyecto de volver a una Argentina industrial, tecnológica, científica, inclusiva, ‘en blanco’, con derechos para todos, y con una distribución justa del ingreso. También se debilitó la posibilidad de discutir el modelo sojero y poner en debate la necesidad de repoblar el país a través de una profunda reforma agraria que cree nuevos cientos de miles de productores familiares que vuelvan a producir alimentos sanos en lugar de ‘pasto-soja’ para China o ‘carne basura’ en los feed-lots. Perdió la Argentina de los trabajadores empleados y desempleados, de los pequeños productores rurales no sojeros –los dos tercios del total.

También perdieron aunque no lo crean y festejen la derrota de la ‘montonera’, los cientos de miles de pequeños y medianos comerciantes y empresarios, que se beneficiaron estos seis años de crecimiento a tasas chinas, que aprovecharon para cambiar el auto o el departamento, irse de vacaciones cada verano y de miniturismo cada fin de semana largo, también para comprarse todo lo que necesitaron. Pero como observa muy bien Enrique Martínez, ese sector no entendió, que le fue bien por las políticas correctas aplicadas por el gobierno, y no porque son ‘vivos’ y ‘supieron hacerla’. A veces esclavizando a los ‘bolitas’, o a los peruanos, o superexplotando a los trabajadores en negro. Todos esos también perdieron, pero festejan su propia derrota, por ‘la naturaleza del escorpión’ de nuestra burguesía grande, mediana o pequeña. Esa es la Argentina que perdió. La de la SRA, CRA, la FAA, Carbap, AAPRESID, Monsanto, De Ángeli, Martínez de Hoz, Grondona, Biolcatti, Buzzi, el PCR, Clarín, y algunos que mejor no nombrar, esa ganó. De lo que haga el gobierno en los próximos treinta o cuarenta días, dependerá si ese triunfo perdurará en el 2011, si las fuerzas populares podremos revertirlo, o si por el contrario, no habrá 2011, sino 2010, como pregona don Mariano y prepara don Eduardo Alberto.

La naturaleza del escorpión

El gobierno no pudo recuperar ‘la opinión pública’ luego de la derrota frente al campo. Esa fuerza atroz, hegemonizada por la alianza de las 6900 familias dueñas de la mitad de la Argentina, la jerarquía católica, y las viejas –y nuevas- jerarquías militares, judiciales y policiales que históricamente logró derrotar todo intento de liberación nacional y social desde Moreno en adelante, incluyendo a Perón y los ‘70, ha vuelto a triunfar una vez más. Esta vez por medio de las urnas, utilizando el nuevo púlpito que le regalan los televisores insertados, en cada hogar, en cada mente de los argentinos y de las argentinas. Más allá de los errores del gobierno, cabe señalar que una parte importante de nuestro pueblo, vuelve a quedar prisionero de las trampas de los medios y de las complejas relaciones culturales y políiticas, surgidas de la brutal desindustrialización de la nación y la terrible fragmentación social por ella producida. Un sector de nuestro pueblo parece dispuesto a seguir ‘sosteniendo nuestras cadenas’, tal como clamaran miles de españoles cuando Fernando VII retornara al trono y ordenara quemar las lenguas de quienes habían jurado la constitución liberal de 1808. Los votantes de De Narvaez, seguramente se arrepentirán de ello, como acaba de ocurrir con el 50 % de los votantes de Macri del 2007. (Macri es el otro gran derrotado en esta elección, así como Pino Solanas uno de los grandes ganadores, ayudado por el poco representativo candidato que pergeñó el kirchnerismo en Capital, que una vez más prefirió regalar la Ciudad, sin entender que así entregaba también buena parte del Primer cinturón bonaerense). Los votantes de Reutemann –escuálido ganador, inflado por los medios y autotitulado ‘vencedor’ del Peronismo, ¿han olvidado las lacras de su gobierno, la destrucción de la Santa Fe industrial chacarera y ferroviaria. ¿Olvidaron las inundaciones y la propagación desenfrenada de la sojización, con su secuela de cáncer y las malformaciones? ¿Olvidaron acaso cómo el Lole empobreció esa rica provincia? POr otra parte, hay que reconocer que hubo políticas del gobierno que ayudaron a este resultado: la falta concreta de la resolución de la pobreza profunda del conurbano y de vastas regiones del país; la no recuperación de los ferrocarriles a nivel nacional que hubiera creado miles de puestos de trabajo, recuperando inmensos territorios para una vida digna, hoy marginados. El gobierno también equivocó el camino al gastar fortunas en las capas medias y en los intendentes del conurbano, no apostando a invertir esa colosal suma en la reindustrialización efectiva del país desde el Estado. Debió abandonar esa teoría, de ‘reconstruir la burguesía nacional’. Cada vez que se la reconstruye, casi como una maldición, recupera su naturaleza, es decir ‘la naturaleza del escorpión’, destruyendo a quien la ayudó a cruzar el charco o a reconstruirse. Pasó con Irigoyen, Pasó con Perón dos veces, pasó con Illia, y pasó ahora con los Kirchner. La burguesía nacional, esa a la que apoyaron de todas las maneras posibles, acaba de decirles que no los quiere. Que no quieren reindustializarse, ni apostar a un mayor mercado interno. ¿Para qué?, ¿para qué esos ‘negros de mierda’ vuelvan a hacer un 17 de Octubre, un Cordobazo u otro 19 y 20? ¿Para qué esforzarse en la reindustrialización?, si la Argentina es el único lugar del mundo donde los industriales, los banqueros –y hasta los sindicalistas y políticos corruptos- se hacen estancieros. En lugar de ello, el gobierno debió haber fortalecido al movimiento popular, reconstruyendo la clase trabajadora empleada y desempleada. La de los sindicatos y la de los movimientos sociales. Al mejorar nítidamente los ingresos de todos los trabajadores, activos, pasivos, ocupados y desocupados, por todos los medios posibles, ortodoxos –aumentos de salarios, pensiones, jubilaciones, planes sociales dignos y verdaderos subsidios de desempleo- y heterodoxos –monedas paralelas no convertibles, subsidios masivos, entrega de dinero en masa a la población, créditos blandos baratos y accesibles, etc, etc-, estas medidas habrían enriquecido igual a los sectores medios y a la burguesía, pero a diferencia de los ‘planes heladeras, automóviles y lavarropas’, habrían favorecido nítidamente a los sectores más pobres que habrían así votado al gobierno sin dudas, tal como hacía Perón, por ejemplo. Y entonces la elección habría sido ganada claramente por el kirchnerismo en el lugar más sensible al Peronismo: el conurbano bonaerense, que sigue esperando su reindustrialización y el retorno de su dignidad perdida. Claro, eso implicaría que muchos intendentes se quedaran sin el voto cautivo o clientelístico, liquidando esa asociación mafiosa entre desempleo, policía, políticos, narcos y delincuencia que caracteriza la política del conurbano desde 1980. Esto fue expresado sin ambages por algunos dirigentes del PJ bonaerense el día 29, cuando por lo bajo decían, ¿cómo que perdimos, si entre las dos listas sacamos casi el 70% ? Este fue tal vez el error estratégico mas serio del gobierno: los pobres aun siguen siendo pobres y su voto puede ser disputado por la narco-TV-derecha, pudiendo ser seducidos por alguna prebenda como las del efedro-colorado. Cosa que no ocurriría si tuvieran empleo en blanco, sindicatos, comisiones internas, clubes de barrio, ferrocarriles, transporte digno, organización sindical barrial y social zonal, trabajo en su lugar, salud y educación dignas, salarios dignos por ocho horas de trabajo y fácil acceso a la tierra y al crédito. Esto es, creando miles de empresas allí donde cerraron entre 1976 y el 2001 y un Estado presente, a su lado y en su defensa. Un conurbano donde se discuta como los niños y jóvenes mejoren cada vez más su nivel educativo y no, cuántos años pasarán en la cárcel o qué nuevos sistemas represivos se aplicarán contra ellos. Es inconcebible que un gobierno popular tolere tal cantidad de compatriotas abandonados en la calle, la pobreza y la indigencia, con su secuela de droga y delincuencia para sobrevivir, que vemos cotidianamente en las calles.

La no resolución concreta, con políticas activas y directas de estas situaciones graves, dificultó la comprensión por vastos sectores populares de la excelente acción macroestructural del gobierno kirchnerista, la mejor desde 1973 sin dudas. Ese habría sido el principal antídoto para el veneno de los medios de comunicación. El gobierno puede revertir la derrota, cambiando el eje de acumulación política, juntándose con los movimientos sociales, la intelectualidad de Carta Abierta, la CGT, la CTA, lo mejor del PJ, los sectores medios aliados, el grueso de los pequeños productores rurales, los sectores políticos que levantan programas similares, pero también tomando medidas inmediatas como la reconstrucción ferroviaria hacia el interior y políticas de redistribución urgentes a favor de los pobres. Es necesario recrear una nueva alianza política que regenere una nueva etapa del movimiento nacional y popular, superador claro está, del pejotismo agotado, tal como había planteado la rebelión popular de diciembre de 2001. Rebelión que la derecha se prepara para aplastar en sus efectos mas profundos. Es una posibilidad, la otra ya la conocemos y nos eriza la piel.

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