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El mundo|Jueves, 13 de enero de 2011
En 2010 hubo más de quince mil muertos en México a causa del narcotráfico
Cifra record de asesinatos
Los números que dio a conocer el gobierno de Calderón dicen mucho acerca de su batalla contra el crimen organizado. En tres estados se concentra el 50 por ciento de los casos de muertes violentas: Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.
El 2011 comenzó con nuevos casos de violencia: el 8 de enero se produjeron 24 asesinatos en Acapulco.En México, la violencia alcanzó registros históricos. El Consejo de Seguridad Nacional informó que 15.273 personas murieron en enfrentamientos y ataques protagonizados por el crimen organizado durante 2010. La cifra oficial supera en un 50 por ciento a los homicidios registrados el año anterior. “Todos estamos conscientes de que atravesamos tiempos difíciles en materia de seguridad”, reconoció Felipe Calderón antes de justificar el accionar de su gestión en comparación con anteriores gobiernos. “En esta administración empezamos literalmente desde el principio en la lucha contra la delincuencia, después de que en el pasado se dejara crecer un problema que existía a pesar de que muchos no querían verlo.” Es que la cifra es el corolario de una escalada de homicidios que no cesa desde 2006, cuando el gobierno federal inició una ofensiva contra los grupos de crimen y narcotráfico organizado.
Las bases de datos que maneja el Ejecutivo mexicano revelan que los homicidios relacionados con el narcotráfico afectaron a 73 de los más de 2400 estados del país. Sin embargo, son tres los que concentran, en conjunto, el 50 por ciento de los casos. La cifra más alta se registró en el estado de Chihuahua, donde se sitúa la ciudad más violenta de México. El 30 por ciento de los crímenes se produjeron allí. En Sinaloa, al oeste, ocurrió el 12 por ciento de los homicidios, y el ocho en Tamaulipas, al nordeste.
El vocero del Consejo Nacional de Seguridad, Alejandro Poiré, explicó que los crímenes son un fenómeno regionalizado, focalizado en zonas específicas. Según consideró, la concentración responde a los movimientos de los diferentes grupos: “El aumento de la violencia en el nordeste se produjo por la ruptura entre el cartel del Golfo y su antiguo brazo armado, Los Zetas”.
Sin embargo, el vocero oficial se esforzó por remarcar la leve merma que experimentó en el último semestre del año pasado después de cinco trimestres seguidos de crecimiento. “Se está debilitando como nunca a las organizaciones criminales”, consideró Poiré. “Abatimos o capturamos al mayor número de jefes criminales en la historia del país y, con ello, se han debilitado las estructuras de estos grupos de manera contundente”, coincidió Calderón.
El inicio de 2011 les ofreció más violencia. El 8 de enero se produjeron 24 asesinatos en Acapulco, al sur del país. La policía mexicana halló esa mañana los cadáveres decapitados de 15 hombres y mujeres de entre 25 y 30 años, mientras que durante el día hubo nueve homicidios más relacionados con el crimen organizado.
Tras la presentación del informe del Consejo de Seguridad, el presidente hizo referencia a las medidas que su gestión diseñó para intentar erradicar los carteles narcotraficantes. En diciembre de 2006 el mandatario ordenó operativos policiales de búsqueda y detención de miembros de los grupos criminales, en los que participaron 50 mil militares y efectivos de la fuerza federal. La versión que maneja el Ejecutivo es que ese plan de lucha fue lo que provocó que cada año la violencia fuera aumentando, en su mayor parte por la guerra que libran grupos rivales por territorios.
Pese a que recibió críticas por su estrategia, Calderón justificó la iniciativa. “Hoy todavía observamos una fuerte e inaceptable presencia de estos fenómenos delictivos. Sin embargo, estoy convencido de que, de no haber actuado, los delincuentes habrían avanzado sin obstáculos y habrían llenado todos los espacios del país, incluso los de más alto nivel”, agregó el mandatario.
Según el informe del Consejo de Seguridad mexicano, el 89 por ciento de los crímenes en 2010 involucraron a miembros de grupos narcotraficantes rivales. Calderón apuntó hacia ellos como los responsables del crecimiento en la violencia en el país: “Son ellos y no la autoridad, que está obligada a someter a esos criminales y enfrentarlos”.
“La fuerza del Estado mexicano radica precisamente en la superioridad ética y moral de los fines que persigue, que es el de proteger la libertad, la seguridad y la vida de los habitantes.” En 2009 el gobierno no hizo públicos los datos finales de la acción de grupos violentos en el territorio, pero en un informe entregado al Senado, que trascendió a la prensa, afirmó que hubo 9000 muertos. Si se compara esa cifra con la correspondiente a la de 2010, el crecimiento alcanza un exponencial 69,7 por ciento.
Las cifras más recientes que permitían diseñar la situación de México en cuanto a seguridad corresponden a 2010 y fueron elaboradas y divulgadas por la Procuraduría General a mediados de diciembre pasado, que contabilizó 12.456 asesinatos entre enero y noviembre de ese período y 30.196 desde que asumió Calderón. El organismo registró que en el primer trimestre hubo 3334 homicidios, cifra que reflejó un aumento del 19 por ciento respecto del último trimestre de 2009. En el segundo período de 2010, la cifra trepó hasta 4107 y en el tercero alcanzó las 4142 muertes. En el cuarto trimestre, la Procuraduría contabilizó 3690 asesinatos, pero no incluyó los cometidos en diciembre.
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