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Domingo, 9 de enero de 2011
La situación del hombre que fue víctima y verdugo
El debate por el caso Chomicky
Por Sonia Tessa
Durante buena parte de este año, Rosario/12 dio cuenta del debate que suscitó la situación de Ricardo Chomicky, considerado en su doble condición de víctima y verdugo. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación desistió de acusarlo hace dos años, y se basó en un documento de la Unidad Fiscal de Investigación y Seguimiento de Violaciones a Derechos Humanos, que dirige Jorge Auat. Esa resolución argumenta por qué el Estado no debe perseguir penalmente los delitos cometidos por los secuestrados en los centros clandestinos de detención en calidad de colaboración. Y levantó la furia de muchos querellantes, que expresaron su bronca en una carta abierta. Así las cosas, Chomicky usó su derecho a declarar el 6 de octubre pasado, y contó su versión de los hechos. Dijo que siempre fue un detenido más, narró su secuestro, el 1 de diciembre de 1976, y aseguró que la única razón por la que obtuvieron privilegios en el Servicio de Informaciones junto a su entonces novia, y luego esposa, Nidia Folch, fue porque el comandante de Gendarmería y entonces interventor de la policía de Rosario, Agustín Feced, la encontró a ella parecida a su hija mayor.
Los testimonios de sobrevivientes desmintieron algunas de las afirmaciones de Chomicky. Oscar Bustos pudo reconocerlo en su detención, en septiembre de 1976, dos meses antes de la declarada caída. Lo mismo pasó con José Aloisio, que los escuchó ese mismo mes. Chomicky (le decían Cadi) había sido militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, y para muchos de sus antiguos compañeros su voz era conocida. Hubo momentos desgarradores, como la declaración de Juan Carlos Ramos, el Gurí, a quien Chomicky fue a buscar a su casa, el mismo 1 de diciembre de 1976. Ramos tenía 15 años y cayó junto a su padre, Generoso. Ramos recordó a dos compañeros desaparecidos, Carlos Izaguirre y a un joven de apellido Núñez. "Cadi, vos los delataste y están muertos. Los fuiste a buscar como a mí", le dijo, mirando al Tribunal. En otro momento, se dio vuelta para increpar al acusado. "Cadi, hablá", lo espetó.
En cambio, Mirta Castellini contó que Folch la picaneó al grito de "esta hija de puta anoche no me dejó dormir". La colaboradora -que está prófuga en la causa- reaccionó así ante las quejas de Castellini por las torturas sufridas. Cuando se retiró de la sala de audiencias, después de declarar, Mirta sacó una foto de su hermana, María Juana, que está desaparecida, y se dirigió directamente a Chomicky. "Ella es mi hermana, decime dónde está", lo encaró.
La más contundente al argumentar -en una crítica directa al documento firmado por Auat fue María Inés Luchetti de Bettanín. "En ese infierno hubo un infierno paralelo, unos militantes que habían optado por pasarse al enemigo. Que tenían una actitud de hostigamiento y el deseo manifiesto de que en la medida que nosotros estuviéramos muertos, ellos se salvaban", dijo la testigo, el 30 de noviembre pasado y aseguró que nadie los obligó a colaborar. "Todos los secuestrados tuvimos el mismo grado de no libertad", aseguró, y remarcó que esos colaboradores "hasta hoy mantienen un pacto de silencio. Hay que hacerse cargo de lo que uno elige. Por eso querello contra esta gente".
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LOS JUZGA UN TRIBUNAL LOS CONDENAMOS TODOS.
Martes, 14 de diciembre de 2010
Chomicky
Vemos con preocupación que la mayoría de las asociaciones de ex detenidos y desaparecidos del país no respondan al pedido de solidaridad de casi sesenta ex presos y querellantes del juicio que se está llevando a cabo en estos días en Rosario por crímenes de lesa humanidad.
El pedido de solidaridad es simple: los compañeros que pasaron por el centro clandestino de la ciudad de Rosario piden que nos expresemos en este sentido. El grado y forma de resistencia de los miles de prisioneros de la dictadura fue distinto en cada caso, pero no es cierto que todos, ni la mayoría, se haya pasado al enemigo torturando y asesinando a sus propios compañeros, como insinúan los abogados de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Esos fueron una ínfima minoría en Rosario, 5 entre 2000 y, dado que cometieron crímenes de lesa humanidad, merecen ser enjuiciados. Por ejemplo, Chomicky y sus cuatro secuaces.
Decimos que vemos esta situación preocupados, porque siendo la primera vez que un grupo de compañeros pide el apoyo del resto del país, aún habiendo transcurrido dos reuniones nacionales, nada se ha hablado al respecto.
Esperamos que las distintas asociaciones se abran al debate, sin especulaciones mezquinas ni temores. Creemos que, desde el punto de vista ético, el asunto es serio. Creemos imprescindible que nos una la necesidad de debatir cada cosa que nos toca de algún modo.
Saludamos fraternalmente a todos los compañeros, organizados o no.
Asociación de Ex Presas y Presos Políticos de Mendoza
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Miércoles, 15 de diciembre de 2010
Testimonio de Stella Porotto
La Patota en su casa
Por José Maggi
Stella Maris Porotto, por entonces esposa de Hugo Ceroni, declaró en la tarde de ayer en la causa Díaz Bessone. La mujer -que fuera dirigente de Amsafé- relató que el 21 de mayo de 1977 la Patota fue al departamento a buscar a su marido. Como éste no estaba se quedaron durante largas horas en donde la torturaron salvajemente y la violaron. Estaba embarazada de 5 meses en ese momento. "Desde las 10.30 hasta las 16.30 estuvieron esperando, fui muy golpeada, violada, me ataron delante de la puerta porque pensaban que mi esposo venía armado, pensaron que si había un tiroteo yo iba a morir primero". Nunca encontraron armas.
Una vez que llegó al Servicio de Informaciones, escuchó que estaban torturando a un muchacho cordobés. "Lo torturaron tanto que murió. Estábamos mi cuñado y mi esposo, tirados en el piso. Apenas llegué al SI me sacaron la ropa y me dieron una de menor calidad, me tiraron vendada. Escuchamos cómo torturaban a este joven cordobés. El muchacho falleció, vi materia fecal y sangre en el piso. Llamaron entonces a Chomicky para que trajera agua y limpiara, de paso nos tiraron agua a nosotros. Era invierno, hacía frío, estaba embarazada yo y mi cuñada también".
En todo ese tiempo "presenciamos cómo llegaban de los operativos gente, niños, que gritaban, aullaban, las madres desesperadas y nosotros esperábamos que nos toque". "Pasó entonces mi ex esposo -agregó Stella- y presenciamos su tortura, nunca habíamos visto semejante cosa. Los efectos luego son una persona que se arrastra sin poder contenerse durante buen tiempo, lo picanearon, lo torturaron. Mi cuñada y yo fuimos llevadas después de dos días a un entrepiso. Ahí estuvimos hasta que salimos".
Al ser preguntada por el fiscal Stara sobre los miembros del grupo represivo, sindicó que el Cura Marcote, Lofiego, Chomicki "estaban tiempo completo". "Creo que eran el elenco estable" y que la sorprendió Chomicky porque "estaba muy alegre, tomaba la tortura como patear un guijarro por la calle, nos pateaba, era un joven muy malvado".
En otro tramo de su relato, uno los más conmovedores, abordó el abuso sexual: "El tema de las violaciones sólo se puede decir ahora, ahora que la sociedad entiende. Antes decían `y ustedes eran estudiantes, estaban con la iglesia, querían ayudar a los pobres'. Y estábamos con culpa y mucha vergüenza. Nos costó mucho tiempo reconstruirnos, lo hemos hecho, seguimos apostando a lo mismo, a una vida mejor, que ninguna mujer la violen. Queremos justicia, aunque pasen 100 años".
El último testimonio fue el de Adriana Koatz. Era estudiante de ingeniería química y militaba en la juventud universitaria peronista al ser detenida el 21 de octubre de 1976 y llevada al Servicio de Informaciones. "A partir de ahí viene una seguidilla de golpes, torturas, vejaciones". Allí vio a la desaparecida Ana María Gutiérrez, quien era su prima, y a la vez hermana de la actual diputada Alicia Gutiérrez. La testigo mencionó a varios de los miembros de la patota: el Cura Marcote, Kuriaki, Tu Sam que era Carlos Brunato, Guzmán Alfaro y que compartió cautiverio en el sótano con Ester Fernández, Graciela Villarreal, Ana María Ferrari, Olga Cabrera Hansen, entre otras. Luego fue remitida a la cárcel de Devoto donde su padre le dio la noticia de que su hermana Graciela Koatz había sido asesinada junto a su novio Labrador.
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Miércoles, 8 de diciembre de 2010
"¿Dónde está mi hermana?"
Por José Maggi
Mirta, en memoria de su hermana, María Juana Castellini.Mirta Castellini, sobreviviente del Servicio de Informaciones, declaró ayer en la causa Díaz Bessone, en un emotivo testimonio que completó con un pedido: "Vine porque quiero aportar los nombres de los compañeros que vi, para que las familias puedan tener una orientación, un cierre a un capítulo como quisiera tenerlo yo con mi hermana y con mi cuñado (desaparecidos). Quiero decirle especialmente a Chomicky que dice que fue reducido al servilismo, que ésta ha sido su oportunidad para decirnos donde están los compañeros, pero no lo hace, dice que está arrepentido pero no lo demuestra. El eligió hace 33 años y sigue estando del mismo lado. No sé con que cara todos ellos miran a sus hijos, a sus familias. O sí sé, porque yo tenía de compañera de trabajo a la hermana de Gustavo Bueno (un miembro de la inteligencia militar exiliado en Brasil) y un día, cuando se enteró de mi historia, vino y me pidió perdón". Al retirarse de la sala, sacó la foto de su hermana y se la mostró a Chomicky. "Ella es mi hermana, decime dónde está", lo espetó. Chomicky sonrió y dijo "no la conozco".
Castellini fue secuestrada el 23 de marzo de 1977 en un operativo del que participaron Mario Marcote, José Scortechini, Ricardo Chomicky, José Lofiego y otros tantos que no pudo identificar. "Me llevaron al SI, me sacaron la ropa, a los empujones, me acostaron en una camilla, me ataron de manos y pies y comenzaron la sesión de torturas. Tengo marcas en la pierna derecha, de las sogas que se me iban incrustando cuando pegaba saltos por la corriente", describió Mirta.
En esa situación escuchó la voz de una mujer "que después supe era Nilda Folch (la Polaca, que era novia de Chomicky y está prófuga en esta causa), que me tiraba agua y preguntaba si seguía tirándome".
Según relató la sobreviviente, en el SI estuvo en la rotonda. "Después en la Favela, con Gloria Fernández (Manola), que sigue desaparecida. Era el 5 o el 6 de abril, era un lugar chiquito, un entrepiso, donde se escuchaban los pasos del Pollo Baravalle que iba y venía. Me piden que me saque el pañuelo y se lo dé a Gloria. Como a las dos horas, vuelven con palas, muy excitados, y el Cura me devuelve el pañuelo y dice que Gloria estaba en la alcaidía". La habían asesinado.
Según recordó Mirta, "la voz del Cura, que era finita, la tengo muy presente. Era alto, delgado, con una camisa siempre abierta, el cabello partido para un costado. También escuchábamos a Carlitos Gómez, que según me dijo Gloria le decía que la iba a matar porque ella era de su barrio y lo había marcado. Se escuchaba al Cady, a Nilda Folch, a Graciela Porta que dormía con su bebé" recordó Castellini.
Entre los represores también recordó a "la Pirincha Peralta, el Sargento Vergara, Managua Vallejos, Costeleta, Archi Scortecchini, que siempre andaba a los saltos con las armas en la mano y nos daba la impresión que estaba drogado. Lo tengo muy presente porque el me sacó y me llevó a tribunales y después porque junto con Marcote me van a visitar a la cárcel de Devoto". Hizo descripciones muy precisas de cada integrante de la patota.
"Tengo claros algunas voces, algunos rasgos. Tal es así que estando en libertad, un día, por avenida Pellegrini, escucho una voz. Lo identifico, era Managua: era grandote, muy bruto, tenía 3 hijos. Sé que Darío era flaco, petiso, morocho, de buen trato aparentemente. El Sargento era grandote, usaba peluquín, muy desagradale. Portillo era chiquito. El Ciego, que tenía conocimientos de medicina, tenía un ensañamiento muy especial con las zonas genitales y los pezones. Era gordito, de lentes gruesos".
Pero el primero en declarar por la mañana fue Benito Espinoza, quien fue secuestrado el 19 de marzo de 1977 junto a su mujer Francisca Van Bove, sus pequeñas hijas y una conocida de la familia que se alojaba en el domicilio, Gloria Fernández.
Espinoza terminó su relato diciendo "Por qué pasaron tantos años? Por que demoraron tanto la justicia? Nosotros recibimos palizas, fuimos torturados y asesinados y ellos estaban de lo más bien afuera. Yo quiero que se haga justicia, sobre todo por las mujeres, se han ensañado con las mujeres, las han torturado, las han deshonrado".
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ROSARIO: POLÉMICA POR EX DETENIDO COLABORADOR CON LA DICTADURA
Polémica en el juicio a un ex detenido que pasó a colaborar con la dictadura
El juicio por violaciones a los derechos humanos en Rosario ha desatado un fuerte debate entre querellantes, sobrevivientes y organismos de derechos humanos por el trato que debe recibir uno de los imputados.
Ricardo Miguel Chomicky, un ex militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), fue detenido durante la dictadura militar pero estando en cautiverio pasó a colaborar con la patota del gobierno de facto de Rosario.
Chomicky es uno de los seis imputados que tiene la causa en la que se investigan los crímenes cometidos en el Servicio de Informaciones, un centro clandestino de detención que funcionó en la Jefatura de Policía de Rosario. Se le imputan 19 casos de privación ilegal de la libertad mediante el uso de violencia y amenazas, cinco casos de aplicación de tormentos físicos y psíquicos a detenidos y como integrante de una asociación ilícita.
Sin embargo, el caso ha generado una importante discusión entre querellantes, sobrevivientes y organismos de derechos humanos. Aunque muchos testimonios lo involucran directamente como partícipe de sesiones de torturas a sus ex compañeros, la Fiscalía, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la agrupación Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (Hijos) han decidido no querellarlo bajo un polémico criterio de no juzgar a las víctimas, a partir de un documento elaborado por la Unidad Fiscal Nacional en el año 2008.
RECLAMO. Más de sesenta sobrevivientes que pasaron por el Servicio de Informaciones de la Policía de Rosario, en su carácter de testigos y querellantes en el juicio, han solicitado que sean juzgados todos los involucrados en la causa, incluidos los civiles, tal es el caso de Chomicky, su esposa Nilda Folch y otras tres personas.
Los ex detenidos políticos elevaron una carta abierta en la que cuestionan el cambio de actitud de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, respecto de la postura que tuvo al momento de hacer la requisitoria de elevación a juicio, en la que acusó a Chomicky, junto con los ex militares Ramón Genaro Díaz Bessone, José Rubén Lofiego, Mario Alfredo Marcote, Ramón Rito Vergara y José Carlos Scortecchini por detenciones ilegales, tormentos, homicidios y asociación ilícita.
“No es la primera vez que escuchamos argumentos similares, lo grave es que esta vez, bajo argumentos técnicos, pretenden desconocer nuestra identidad política y el derecho que nos cabe a exigir que los tribunales argentinos determinen, a partir de nuestros testimonios, si cabe o no sanción legal a las conductas que denuncian nuestros compañeros”, plantearon en una nota que lleva más de sesenta firmas de querellantes que ratifican su condición de militantes, rechazan cualquier apelativo que los tilde víctimas o héroes y plantean fuertes críticas a los criterios de la Unidad Fiscal Nacional.
“No estamos pidiendo tribunales revolucionarios, como expresan los que hoy tienen todas las garantías legales que les da el sistema jurídico argentino, beneficios éstos que les otorga la democracia que sistemáticamente despreciaron y avasallaron, y que nos fuera negado a nosotros, los afectados directos”, acotaron los querellantes en otro tramo de la carta abierta.
Por último, ratifican su reclamo para que sean los jueces quienes determinen las responsabilidades que les quepan a cada uno de los acusados y establezcan, “con la carga de la pena, la diferencia entre los imputados”.
El juicio se inició el 21 de julio del año pasado y por la feria judicial, las audiencias se suspendieron hasta el 7 de febrero. Sin embargo, cinco de los seis imputados permanecen en libertad –Díaz Bessone está detenido por otras causas–. Ante ello, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe solicitó al tribunal que disponga medidas restrictivas tendientes a garantizar la seguridad y los derechos de los testigos y querellantes.
En el caso de Chomicky estuvo detenido en el pabellón de represores en la unidad penitenciaria de Marcos Paz, pero hace algunos meses fue puesto en libertad por una decisión de la Cámara Nacional de Casación Penal. En tanto, su esposa Nilda Virginia Folch, también acusada, es la única prófuga que tiene la causa.
Fuente:ElDiario.com (6/1/2010)
Publicado por Colectivo Ex P. Pol. Sobrev. Rosario en 11:22 0
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