VIVA CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER NOBEL de la PAZ 2013 ¡¡¡

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Córdoba, Argentina



19 y 20 de diciembre de 2001.-



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lunes, 27 de agosto de 2012

HABLA BETTIOL de RIO IV


LOS EX PRESOS POLÍTICOS PIDEN QUE CAMBRÍA SE RECTIFIQUE

SIGUE LA POLEMICA POR LA PUBLICACION DE UNA NOTA QUE NIEGA

LA NOCHE DE LOS LÁPICES Y JUSTIFICA LA REPRESIÓN A LOS ESTUDIANTES.

"El 16 de septiembre se ha instituido como el Día del Estudiante Secundario. Esto se debe a la memoria y reconocimiento a unos "dulces y tiernos muchachos de la secundario" que años atrás luchaban para bajar el precio del boleto estudiantil con tan mala suerte que ese hecho "tan justo" los llevó a la muerte en los años 70 o bien en plena dictadura militar".

"Lo que parece raro es que chicos asesinados en esa época pudieran dar una entrevista en el año 1998 al conocido diario de corte marxista Página 12 después que ya estaban muertos (¿resucitaron?)…"

Estos dos párrafos irónicos, maliciosos, de tono burlón aparecieron en una nota firmada por la profesora Graciela Martínez Taborda, cuya existencia todavía no se ha logrado determinar, sobre La Noche de los Lápices, en la publicación Educando, coordinada por el director del Colegio Nacional José Cambría.

La provocadora nota cuestiona la verdad histórica de un hecho que ha sido debidamente probado, el secuestro, la tortura y la desaparición de parte de un grupo de estudiantes secundarios en La Plata, y simboliza la metodología de exterminio implementada por la última dictadura militar.

Otro Punto dialogó cuatro miembros de Asociación de Ex Presos Políticos de Córdoba, filial Río Cuarto, quienes vivieron en carne propia lo que la publicación pone en tela de juicio, por un lado, y justifica por el otro.

Carlos Bettiol, estuvo preso cuatro años y fue vecino de celda de Pablo Díaz, uno de los jóvenes protagonistas de La Noche de los Lápices; Rosana Mugetti estuvo presa en Córdoba y fue detenida, precisamente, cuando era estudiante secundaria; Héctor Ortíz, estuvo preso cinco años y tiene dos familiares desaparecidos y Graciela Galanzini quien estuvo seis años en prisión fue detenida cuando tenía un bebé de meses.

Todos fueron testigos y sobrevivientes del horror. Ellos mejor que nadie pueden responder al artículo cuestionado.

-¿Qué sentimiento le surgió cuando leyó la nota que pone en duda y justifica la represión?

Carlos Bettiol.- Tuve sentimientos encontrados. Primero indignación y después tristeza, porque es una publicación que llega a las escuelas primarias y secundarias. Esto llama a confundir y a tergiversar lo que realmente pasó. De indignación porque yo conviví con Pablo Díaz en la cárcel de La Plata. El había estado secuestrado en el Pozo de Arana, en El Vesubio, en varios centros clandestinos de Buenos Aires en manos de la policía de la provincia y del ejército y yo había estado secuestrado en manos de la Fuerza Aérea en la zona Oeste de Buenos Aires y nos conocimos en la cárcel de la Plata donde éramos vecinos de celda. Puedo dar detalles de su historia.

-¿Así que si usted lo conoció puede dar fe de su historia?

Carlos Bettiol.- A él lo secuestran como al resto de los chicos del grupo de La Noche de los Lápices a eso de las cuatro de la mañana. Lo sacan en piyama, le dejan poner unos zapatos del padre y se lo llevan en el baúl de un auto con los ojos vendados. Da con el resto del grupo en alguno de estos centros clandestinos, son torturados por varios días, los trasladan a otros centros, los tienen en condiciones infrahumanas, sin comida ni agua y él logra salvarse por relaciones que tenía su familia con altos jefes militares. Llegó a La Plata en condiciones muy malas. Cuando yo lo conocí en el 77 él había sido secuestrado en el '76, llevaba un año de detenido y ya estaba algo recompuesto. Con mucho apoyo de los compañeros.

-Le contó el episodio de por qué los detienen, por su lucha por el boleto estudiantil, por su militancia?

Carlos Bettiol.- Claro. Tenían relación. En realidad a ellos los secuestran porque fueron militantes políticos como los fuimos todos los que tuvimos en esta circunstancia, con más o menos compromiso pero todos con alguna participación política. Una de sus luchas en el '75 había sido por el boleto estudiantil gratuito. Esto fue la excusa. Como fue en general la represión indiscriminada a jóvenes, trabajadores y hasta religiosos que tenían algún grado de compromiso político y social. La cuestión era sembrar el terror en la sociedad para que no hubiese resistencia a la implementación al plan económico que llevó adelante Alfredo Martínez de Hoz. Esto ya está claro. El informe del Nunca Más pone énfasis en esto. Había que imponer un terror paralizante y acallar toda posible resistencia al plan económico que se estaba llevando adelante.

Héctor Ortíz.- Nos enteramos por noticias traídas de Córdoba sobre esta publicación que estaba circulando y que luego nos enteramos que no tendría mucha difusión, solamente en escuelas a nivel docente y directivos. Pero una persona que recién ingresaba a la docencia la leyó y como era una nota tan dolorosa para todos se comunica con gente del Ministerio de Educación  y así llega a nosotros.

-Cuando escucha que se pone en duda esta parte de la historia qué siente como ex preso?

Héctor Ortíz.- No sólo como ex preso sino como familiar de dos personas desaparecidas en Mar del Plata, fue un golpe muy grande. Pero ya estamos curados de espanto con estas cosas. Parece que quiere sumar más confusión en la sociedad donde hay gente que no tiene los medios suficientes para conocer.

-Desde hace varios años en algunos colegios de Río Cuarto la película se proyecta y se debate. Parecía que ya no se ponía en duda la verdad histórica del hecho.

Rosana Mugetti.- Una persona que es profesor de historia y que se autodenomina historiador no puede desconocer los hechos ya probados por el informe de la Conadep y en los organismos internacionales. Desde una institución pública del Estado no puede desconocer esas cosas. Y si él tiene otra posición ideológica no puede usar los medios de comunicación educativos para imponerlos.

Graciela Galanzini.- Uno puede respetar su posición ideológica. Nosotros sabemos cuál es su posición, pero no puede usar la institución que dirige, el ex Colegio Nacional, para darla a conocer. Pero además no puede justificar la represión como lo hace en esa nota. Que no la firma él, sino una señora que hasta ahora no hemos logrado saber si existe o no. En un párrafo de la nota dice que no eran jóvenes inocentes que se los llevaron porque sí sino que eran jóvenes militantes. Claro que eran militantes de distintas organizaciones políticas. En ese entonces la militancia era muy grande, y era muy raro decir que no se militaba, sobre todo en una ciudad como La Plata con un alto nivel de participación. Aquí en Río Cuarto, los que íbamos a la Universidad como en mi caso, nos mirábamos raro sino militábamos. Había una situación de efervescencia política a nivel mundial, había un gran compromiso de los jóvenes, de los trabajadores, de los empresarios, con distintas orientaciones políticas. Los chicos eran militantes, pero eso no justifica que hayan sido desaparecidos. Porque ni siquiera fueron presos. Fueron desaparecidos y torturados, y de todos sólo sobrevivieron cuatro. En la nota también se habla de que no eran desaparecidos sino que estaban viviendo en Europa. Cuando los dejaron en libertad, por las razones que hayan sido, estos cuatro que quedaron libres dejaron de ser desaparecidos y nunca más aparecieron en una nómina de desaparecidos.

Rosana.- Pero además, cuando dejaban a alguno vivo, también tenían una intencionalidad. No pensemos que si dejaron libre a alguno era porque tenían menos compromiso, que porque hablaban, que porque entregaban. Todo tenía una intencionalidad. Si los dejaban vivos era para que contarán. Todo cumplía una función y estaba muy bien pensado. No actuaban al azar o por ingenuidad. El plan era completo.

-Alguna vez ustedes se enteraron de alguien que haya figurado en una lista de desaparecidos y que en realidad estaba viviendo en otro país.

Graciela.-No. Yo fui detenida en el 76 y salí en libertad en el 82 y todavía estaba la dictadura militar. No se hablaba de listas ni de desaparecidos.

-¿A usted la detuvieron aquí en Río Cuarto? ¿Sabe quién?

-Sí, me detuvieron acá. A mi me detuvo la policía provincial y la policía federal. En ese entonces en la provincial esta Aspitia y en la Federal Díaz y Tronchín que eran los encargados de investigaciones y detenciones. Yo no supe de ningún caso de una persona que haya estado como desaparecida y en realidad hubiese tenido la posibilidad de irse a otro lado. Los casos que sí hubo es de muchos compañeros que pudieron irse en la masividad de la represión, que estuvieron dos o tres meses sin comunicarse con su familia hasta tanto estuvieran mas seguros.

Rosana.- Es que justamente los que pudieron salir son los que se ocuparon de denunciar en el extranjero lo que estaba pasando en La Argentina. Gracias a eso hubo cuatro o cinco años más de represión pero se logró dar a conocer lo que pasaba a nivel internacional. Volvemos a decir, no sabemos cuáles eran los argumentos para dejar salir de los campos de concentración a alguna gente, pero había todo un mensaje. Muchas veces ellos nos dijeron “nosotros somos dueños de la vida y de la muerte de ustedes”. Se sentían dioses. E incluso ahora, que se hace el juicio en Córdoba, ellos dijeron que su error fue haber dejado gente viva. Porque los ex presos somos los que estamos dando testimonio.

Graciela.- De los campos de concentración salió muy poca gente. Son contadísimos los casos.

Hugo Ortíz.- Tenemos el testimonio de compañeros que han salido vivos de las cárceles, que cuentan el terror que sentían cuando escuchaban el nombre de alguno para traslado porque sabían lo que significaba. Dentro de las cárceles estaban más seguros que en la calle.

-¿Ustedes pensaban que esta idea que aparece en la revista ya se había terminado? O ¿creen que todavía persiste en la sociedad el concepto de que algo habrá hecho y que debieron ser reprimidos?

 

Graciela.- Yo creo que quien tiene una posición ideológica de derecha totalitaria  tomada,  sigue pensando que los que fueron desaparecidos y los que fuimos detenidos éramos terroristas o subversivos. Sí creo que queríamos cambiar un orden social desde donde estuviéramos militando. Pero había mucha gente militando en la resistencia contra la dictadura.

Rosana.- Había muchos religiosos del movimiento tercer mundista, los centros de estudiantes que no tenían una militancia extrema, la gente que trabajaba en sindicatos, que no estaba relacionada con organizaciones armadas.

-Cuando ustedes militaban eran adolescentes ¿alguna vez tuvieron conciencia del peligro que los acechaba?

Rosana.- Uno era conciente de que corría riesgos, especialmente si militaban en una organización clandestina. Pero en la Argentina jamás había habido la figura del desaparecido, de última te podían pegar un tiro o te ponían preso, pero nunca en Latinoamérica pasó semejante cosa de, por ejemplo, robar a las criaturas. En Argentina se robaron 500 chicos.

Carlos Bettiol.- Tampoco se dio en otros lugares el saqueo que se daba aquí. Nosotros hemos estado con personas que directamente eran detenidos para apoderarse de sus bienes. Se han quedado con campos y empresas.

Rosana.- Y también estaba el ratonerío que hacía la policía. Tenía una compañera a la que le habían entrado al departamento y le habían robado los sanitarios.

-Y ahora aparece esta publicación cuestionando todo lo ocurrido.

¿No creen que en todo estos años no se había logrado construir la realidad de lo sucedido?

Carlos Bettiol.- Por eso llama la atención que aparezcan estas notas. Todavía cuesta creer que hoy, con todo lo que se ha vivido, con todo lo que ha salido a luz a través de los juicios que se llevaron a cabo, todavía se aparezcan estas voces burlándose jocosamente de lo que pasó.

Rosana.- Además, por la reacción que han tenido desde la UEPC y desde el SADOP uno se da cuenta de que desde la educación es escándaloso lo que ha pasado. No sólo porque está faltando a la verdad histórica sino por el mensaje que se le está dando a los chicos. ¿Qué quiere decir? Que si vos como sociedad reclamas algo son un inadaptado social y no sabés lo que te puede llegar a pasar. Es preferible que los chicos militen y hagan trabajo barrial a que esten perdidos en la droga. Lo grave es la mentira y la justificación de la represión.

Graciela.- La justificación de la figura de la desaparición y la tortura por el hecho de haber sido militantes.

-¿Qué van hacer?

Graciela.- Desde el Ministerio ya se está encarando algún tipo de sumario o de investigación. Quiero suponer que el Ministerio va a tomar cartas reales en el asunto. Aquí no se pide la cabeza de nadie pero sí que se rectifique públicamente en sus dichos. No pedimos su transformación ideológica pero sí que no use un cargo para falsear una realidad que lamentablemente nos tocó vivir.

Rosana.- Y como país. Porque nosotros somos ex presos, pero también fue una hecatombe para el país.

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