VIVA CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER NOBEL de la PAZ 2013 ¡¡¡

En este sitio encontras noticias, opiniones y material de consulta sin censura.



Te permitirá estar bien informado y podras sacar tus propias conclusiones , sobre lo que pasa en Argentina y los paises de America.



Nuestra linea editorial es la defensa estratégica de los Derechos Humanos, la Democracia popular y la Justicia Social.



Buscamos que durante este siglo XXI, concretemos la Revolución Cultural que soñaron nuestros compañer@s y familiares desaparecidos y asesinados , por todas la dictaduras y tiranias a los largo de America.



Nos mueve, la Memoria, la Verdad, la Justicia y la Reparacion Integral para con las victimas de la Doctrina de la Seguridad Nacional y los pueblos de America.



Córdoba, Argentina



19 y 20 de diciembre de 2001.-



Powered By Blogger

miércoles, 13 de abril de 2011

LIBIA ASALTADA...

¡¡¡ POR la REELECCION de CRISTINA FERNANDEZ KIRCHNER 2011 ¡¡



LIBIA ASALTADA.

12-04-2011





La intervención europea en Libia suena como un resurgimiento de la mentalidad colonial del Siglo XIX

Una misión para "civilizar" el Oriente, ¿de nuevo?





Hayrettin Yücesoy

Al Jazeera





Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens









Como anunció recientemente el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, Gran Bretaña, Alemania, Francia y EE.UU. han comenzado conversaciones para apoyar la transición de Libia de una dictadura violenta y para ayudar a crear las condiciones para que el pueblo de Libia pueda escoger su propio futuro.

Parece que después de haber sido cogidas por sorpresa por las revoluciones tunecina y egipcia, las potencias norteamericanas y europeas decidieron pasar a tomar la iniciativa.



El razonamiento tras la intervención militar en Libia me recuerda una declaración de la Conferencia de Berlín de 1885, en la cual las potencias coloniales de la época acordaron:



“comprometerse a vigilar la preservación de las tribus nativas, y a cuidar la mejora de las condiciones de su bienestar moral y material… instruyendo a los nativos y haciéndoles entender las bendiciones de la civilización”.



Cuando se trata de políticas en Medio Oriente: ¡Parece que no ha habido gran cambio!



En un momento de frustración, me sentí tentado de volver a leer – “Oh, el Este es Este, y el Oeste es Oeste; y nunca se encontrarán” de Kipling en busca de solaz y para explicar por qué las potencias norteamericanas y europeas lanzaron tan apasionada y apresuradamente operaciones militares.



Pero el occidentalismo, que es “Kipling vuelto a leer”, es una generalización tan falsa como su hermana “Este es Este” y una burda tergiversación de la parte del mundo llamada convencionalmente Occidente.



De modo que la causa a la raíz del problema no es “Occidente”, sino más bien una maquinaria particular política-económica-militar, un imperio, que busca soberanía más que legitimidad en todo el globo por todos los medios a pesar de la voluntad de sus pueblos, quienes son casi tan vulnerables y víctimas de sus políticas como cualquier otro pueblo del mundo.



Problemas de legitimidad



Al ver como se desarrollan las políticas norteamericanas y europeas de numerosas formas en la región con la intervención espontánea, auto-invitada y mal recibida en Libia, tengo algunas preguntas sobre la moralidad política.



¿Qué es lo que hace que la intervención militar sea deseable, agradable y familiar para los protagonistas norteamericanos y europeos a pesar de su naturaleza obscena, perdidamente pragmática y egoísta, condescendiente e irrespetuosa?



¿Por qué se arrogan los gobiernos la prerrogativa de poder lanzar ataques militares a pesar de que su acción carece de apoyo popular legítimo en el interior y de demandas obvias del pueblo libio?



¿Hay algo en la historia reciente que pudiera esclarecer un poco el modo de pensar de los responsables políticos en los pasillos del poder de las potencias norteamericanas y europeas?



Conocemos la respuesta inmediata. Voy a excluir justificaciones humanitarias y altruistas. Simplemente no son lógicas.



Las potencias norteamericanas y europeas tienen ciertos intereses nacionales mundanos, concretos, y pragmáticos en la región. Consideran que la región es simplemente demasiado importante para abandonarla.



Esto es aparente en la forma cómo la gente que tiene el poder en la OTAN se esfuerza por asegurarse una parte honorable en la remoción de Gadafi, encastrarse en Libia para la eventual distribución de contratos, fijar un precedente para una posible intervención en Siria e Irán, diseñar y canalizar las olas de cambio en Medio Oriente, e inyectar Europa a la política mundial con un golpetazo.



Sólo puede ayudar que el lenguaje de la política internacional valúa los intereses de la nación-Estado como divisa del espacio internacional en el que domina en última instancia la fuerza bruta y/o el equilibrio del poder. Pero dejo los detalles de este tema a analistas más capaces que yo,



“La carga del hombre blanco”



Hay una corriente oculta más sutil pero omnipresente –y por lo tanto peligrosa–, una actitud y manera de pensar visible en la intervención de la coalición en Libia: la mentalidad de los participantes en la Conferencia de Berlín.



Me refiero específicamente al discurso de la mission civilisatrice, que considero profundamente arraigado en la cultura del arte de gobernar europeo desde el Siglo XIX.



Este discurso ha ayudado a justificar políticas coloniales, y también a aliviar la disonancia moral y cognitiva causada por la brutalidad de la empresa colonial.



Articulada abiertamente o implicada, la mission civilisatrice siempre ha sido útil como una modalidad para escribir la historia y dar nueva forma a la identidad, cultura, y la estructura socio-económica y política de los colonizados de tal manera que se hace comprensible y útil para el colonizador.



Lo que se intenta ahora mismo en Libia (y se ha intentado en Iraq y Afganistán) es un procedimiento colonial similar.



Mediante la modalidad de la tutela, las potencias norteamericanas y europeas anuncian que protegerán al pueblo libio contra el dictador (señalo, pero no voy a discutir, el doble rasero que existe cuando se trata de otros dictadores) y establecerán un gobierno amigo que no plantee un riesgo para sus intereses en la región.



Por lo tanto, la intervención militar en Libia marca un retorno al discurso de la mentalidad “medio diablo, medio niño”, que infantiliza a los colonizados: los árabes no se pueden representar a sí mismo, tienen que ser representados; no pueden resolver sus problemas, las naciones civilizadas tienen que hacerlo por ellos.



Con este cuidado paternal, patrocinio, y por lo tanto coerción y castigo cuando es necesario, apuntan a educar a árabes (y musulmanes) paso a paso para que puedan superar el lastre de su cultura (en singular) y de su subdesarrollo.



Actualizando el discurso del intervencionismo



Como Roland Paris analiza la relación entre la creación de la paz internacional y la mission civilisatrice, la revolución por diseño también parece representar una versión actualizada de la mission civilisatrice, o la noción de la era colonial de que los Estados ‘avanzados’ de Europa tenían una responsabilidad moral de ‘civilizar’ a las sociedades indígenas que estaban colonizando.



Hay que enfrentar ese tipo de mentalidad. Promete una perspectiva insalubre en las relaciones estadounidense y europea con Medio Oriente precisamente porque es simplemente ofensiva, egoísta y arrogante.



A corto plazo, ha privado a los revolucionarios de su autoridad moral, debilitado la credibilidad de su causa, y alentado al dictador a recurrir a narrativas nacionales, tribales, y xenófobas para unir el apoyo a su persona.



A largo plazo, abre la puerta a nuevas formas de colonialismo y dependencia y propaga un falso sentido de inocencia, incluso orgullo, entre los ciudadanos de las potencias norteamericanas y europeas al tergiversar la intervención y su resultado.



Por ello, existen varias interpretaciones posibles de la intervención. Uno puede verla de manera altruista como que se propone genuinamente ayudar a los revolucionarios. Puede ser interpretada también pragmáticamente en el sentido de que la intervención apunta a proteger los intereses vitales de las potencias norteamericanas y europeas en Libia y en la región.



Aunque ambas interpretaciones son plausibles, aluden y se hacen eco de otra antigua narrativa.



Por lo tanto tiendo a interpretar la intervención en forma diagonal. No se puede entender la intervención militar y el discurso que se forma alrededor de ella fuera de su historia correspondiente, que es la misión colonial civilizadora – la carga del Hombre Blanco.



No veo otra lectura alternativa viable de la intervención militar que tenga una consciencia analítica de este contexto.



Sean humanitarias o pragmáticas, las políticas en Libia y en la región van a conformarse dentro del discurso de la mission civilisatrice hasta, y a menos, que los responsables políticos presenten un caso plausible de que han analizado, encarado, y dejado atrás este legado colonial.



Al ver al lobo disfrazado de cordero, casi se olvida la buena mentalidad de cruzada, que a pesar de su fastidioso salvajismo, tuvo bastante valor y honestidad caballeresca para llamar enemigo a su enemigo.



El doctor Hayrettin Yücesoy es profesor asociado de historia en la Universidad Saint Louis y autor de Messianic Beliefs and Imperial Politics in Medieval Islam (Columbia: South Carolina University Press, 2009) y Tatawwur al-Fikr al-Siyasi inda Ahl al-Sunna (Amman: Dar al-Bashir, 1993).







Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/03/20113319222581597.html#



rEV

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIA POR SU COMENTARIO...
Atentamente:
El coordinador.
Cordoba
Argentina