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19 y 20 de diciembre de 2001.-



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martes, 17 de agosto de 2010

ECONOMIA : CICLOS ECONOMICOS

CICLOS KONDRATIEFF


Podemos sostener la hipótesis de que desde la revolución industrial se vienen produciendo ondas largas de crecimiento e integración mundial, de aproximadamente 55 años de duración, conocidas como “ciclos Kondratieff”, compuestos por una onda larga ascendente y otra descendente, ambas de unos 25 a 28 años de duración.

Las ondas largas “descendentes” en rigor son ondas largas de estancamiento del crecimiento per cápita, es decir que incluso el crecimiento económico continúa durante las mismas, pero lo hace en la misma tasa en la que crece la población. El hecho de que hayan sido percibidas como ondas “descendentes” surge del notorio contraste entre su estancamiento relativo y el crecimiento absoluto y per cápita de las ondas largas ascendentes, que nace de una significativa existencia de excedentes económicos.

Durante las llamadas ondas “descendentes” se producen muchas rebeliones sociales, movidas por la crisis que genera el estancamiento del crecimiento per cápita. Pero el famoso “cuanto peor, mejor” se demuestra completamente erróneo. Sucede que todos los intentos revolucionarios fracasan cuando los excedentes económicos se reducen sistemática y estructuralmente durante más de 25 años, lo que hace que los pueblos que se rebelan tengan cada vez menos fuerzas y más estado de necesidad.

En cambio, en los inicios de cada onda larga ascendente, cuando hay grandes y nuevos excedentes por una revolución tecnológica, se producen todo tipo de conflictos políticos y sociales en función del reparto de los nuevos excedentes. En estas fases se producen las guerras de expansión imperialista, las guerras interimperialistas por la hegemonía mundial y las guerras de liberación nacional y social.

Todos los conflictos están signados por la disputa en torno a la distribución de los excedentes ampliados por las nuevas tecnologías, que siempre abarcan algunas industrias básicas específicas, alguna industria de bienes de consumo masivo característica de cada ciclo y una revolución en los medios de comunicación y transportes.

En cada ciclo de larga duración, que contiene en su transcurso los ciclos cortos y medios de la economía capitalista, el mundo definido por el mercado mundial debe redefinirse. Son redibujados los mapas políticos de las naciones y redefinidas las instituciones políticas mundiales, así como el sistema monetario mundial.

Lo sorprendente, pero lógico, es que las revoluciones triunfantes pertenecen a estos períodos largos de expansión y no a la profundización de la crisis.

En este proceso de excedentes crecientes, los pueblos tienen cada vez más fuerza para rebelarse y pelear una nueva justicia social, a la vez que las potencias tienden a realinearse para el enfrentamiento por la hegemonía del necesario nuevo orden internacional.

Desde 1968-70 hasta aproximadamente 1995-96 hemos vivido la onda larga descendente del ciclo automotor-petróleo, iniciado entre 1940 y 1945. Puede sostenerse la hipótesis de que aproximadamente en 1995 se ha iniciado la onda larga ascendente de un nuevo ciclo, al que podemos denominar “telemático”. La telemática es la integración de las telecomunicaciones con la informática. Desde esta perspectiva, este nuevo ciclo está basado en la integración de la industria de la navegación espacial con los satélites de comunicaciones, la telefonía de fibra óptica y las computadoras personales. He aquí las nuevas industrias básicas, las nuevas fuentes de energía (combustibles sólidos para los cohetes espaciales y energía solar) y las nuevas industrias de consumo masivo estratégicas.

Lo que genera las actuales tensiones en todo el mundo es el reordenamiento estructural en función de la distribución de los nuevos excedentes.

Estamos así en pleno proceso de reorganización del sistema mundial (lo que se ha dado en llamar globalización), lo cual implica que se habrá de redefinir la hegemonía monetaria, tecnológica y geopolítica en el mundo. Y también estamos en pleno proceso de rebelión social en función de la distribución de los nuevos excedentes, los que serán crecientes durante un largo plazo, fortaleciendo cada vez más la capacidad de lucha de quienes se rebelan; por lo ya dicho, estas rebeliones sociales tienen muchísimas más posibilidades de éxito político que las producidas durante la década del ’70, en plena onda larga “descendente”. Un fuerte abrazo, compañeros.

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