El futuro de los Foros Sociales en debate
Con el primer Foro Social Mundial (Porto Alegre, enero de 2001) se abría la esperanza de un mundo más justo: un nuevo espacio de coordinación planetaria de las resistencias y de elaboración de políticas alternativas. Desde entonces los Foros se han multiplicado, pero ¿cómo traducir estas aspiraciones en actos?
Ya sean continentales, nacionales o temáticos, los foros sociales son puntos de encuentro y de intercambio para quienes, según los términos de la Carta de Principios de Porto Alegre 1, "se oponen al neoliberalismo, a la dominación del mundo por el capital y a toda forma de imperialismo, y que se dedican a construir una sociedad planetaria centrada en el ser humano". Un cuarto de siglo después de la elaboración del Consenso de Washington y quince años después de la caída del Muro de Berlín, la creciente convergencia de las resistencias se expresa en la protesta contra los grandes centros de decisión planetarios: Organización Mundial del Comercio (OMC), Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), G-8, Consejos Europeos, Cumbres de las Américas, Davos. Seattle sirvió, en diciembre de 1999, como modelo. Luego, a partir de Porto Alegre 2, en enero de 2001, vinieron los Foros Sociales Mundiales, espacio de reunión y coordinación de esas resistencias a escala intercontinental.
Pero esta configuración tenía algunos antecedentes: sólo mencionaremos al People's Power 21 (Poder Popular para el siglo XXI), que reúne a movimientos y organizaciones no gubernamentales de Asia; el Encuentro "intergaláctico" de los Zapatistas en Chiapas, en 1996, y "el otro Davos", que tuvo lugar en Zurich en enero de 1999, al mismo tiempo que el "verdadero".
La fase neoliberal del capitalismo, a la cual la Carta de Porto Alegre hace referencia, nació de la crisis de los años 1970, con el agotamiento de los tres pilares de la economía mundial, que eran el modelo keynesiano de colaboración entre capital, trabajo y Estado; el socialismo llamado "real", y el modelo de Bandung -o de desarrollo nacional- de los países del Tercer Mundo. Esta nueva fase se caracteriza por el refuerzo a escala planetaria de lo que Karl Marx llamaba la sumisión del trabajo al capital, en el propio seno del proceso de producción. Pero como la gran mayoría de la población mundial no es asalariada, la generalización de esta sumisión a todos los grupos sociales -pequeños campesinos, mujeres, sectores urbanos informales, pueblos autóctonos, clases medias, etc.- se efectúa por medios diferentes al salario. Por ejemplo, por los mecanismos financieros -pago de la deuda y utilización de los paraísos fiscales- y jurídicos (normas impuestas por el FMI, el BM, la OMC) que refuerzan la lógica financiera como criterio exclusivo de desarrollo.
Todos los grupos sociales subalternos están hoy duramente afectados en su vida cotidiana por la mercantilización de la educación y la salud, por la privatización del agua y los servicios públicos, por la reducción de la inversión en infraestructura y por la caída de los precios agrícolas. En resumen, por el dominio universal del mercado y las finanzas y por la concentración de las decisiones económicas en manos de las transnacionales. Punta de lanza del sistema global, Estados Unidos también garantiza su seguridad, al controlar militarmente los recursos naturales mundiales. Así se precipitan rupturas ecológicas cuyas dramáticas dimensiones no afectan solamente a las clases más pobres -que han vivido siempre en un universo de desolación-, sino al conjunto de la población. Es la razón por la cual, para sectores cada vez más numerosos, el carácter destructor del capitalismo se impone hoy por sobre su aspecto creador de bienes y de servicios, por otra parte distribuidos de manera cada vez más desigual. Por eso suscita la multiplicación de las resistencias, ante las cuales aparece como el adversario común.
Un nuevo sujeto histórico
Como consecuencia, los Foros Sociales muestran una diversidad que constituye también su riqueza: geográfica (todos los continentes), sectorial (campesinos, pueblos indígenas, obreros, mujeres, ecologistas, intelectuales), organizacional (movimientos sociales, ONG), ideológica (partidarios de la humanización del capitalismo o de su superación). También se caracterizan por su gestión no jerarquizada. Un Foro constituye un espacio de acogida y de servicios, un lugar de encuentro y de intercambios, pero no una entidad que puede tomar decisiones colectivas. Con miles de movimientos y organizaciones del mundo entero y decenas de miles de participantes, tal eventualidad conduciría inevitablemente a su explosión, a la vez por razones prácticas (el tiempo necesario para ponerse de acuerdo sobre las prioridades) y por motivos ideológicos, dada la diversidad de opciones sobre el largo plazo 3.
El gran avance que se debe reconocer a los seis FSM realizados hasta hoy (4 en Porto Alegre, uno en Bombay y el último, en 2006, organizado de modo "policéntrico" en Bamako, Caracas y Karachi) es haber anclado en la conciencia colectiva el hecho de que el neoliberalismo no es eterno y que hay alternativas para oponerle, que tienen que ver con la utopía o con medidas a corto y mediano plazo. Los foros también han contribuido a la constitución o al refuerzo de redes internacionales de lucha para promover esas alternativas en diversos ámbitos: deuda externa de los países en desarrollo; impuestos globales; paraísos fiscales; Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS); agua; Organismos Genéticamente Modificados (OGM); soberanía y seguridad alimentarias en torno a Vía Campesina (coordinación mundial de los movimientos campesinos), etc. La propia existencia de los foros se ha convertido en un hecho político y se ha creado una nueva esperanza a nivel mundial.
Después de esta etapa de crecimiento de su importancia y de consolidación, los foros deben ahora afrontar nuevos desafíos, entre los cuales el más importante es pasar de la elaboración de una conciencia colectiva a la construcción de actores colectivos, con el fin de lograr la constitución de un nuevo sujeto histórico. Sujeto que incluya, ciertamente, a la clase obrera, como en los siglos XIX y XX, pero, junto a ella, también a un abanico mucho más amplio de actores y movimientos sociales. Para favorecer esta evolución cada año se reúne una Asamblea de Movimientos Sociales que produce documentos, cronogramas y propuestas de acción.
De esta asamblea surgió, en enero de 2003, el proyecto de una manifestación mundial contra la guerra que se preparaba contra Irak y que, el 18 de marzo siguiente, reunió en más de 600 ciudades del mundo a cerca de 15 millones de personas. Entre las propuestas de acción para los próximos meses, que surgieron de la Asamblea realizada durante el FSM de Caracas, en enero de 2006, podemos mencionar el apoyo a los movimientos rusos que organizan la protesta contra la cumbre del G-8 en San Petersburgo (julio de 2006) y una jornada internacional de acción contra el Banco Mundial y el FMI ante sus sedes en el mundo entero (septiembre de 2006).
El segundo desafío se refiere a la viabilidad de los propios Foros, a su base material de funcionamiento y a su organización interna. Si se toma en cuenta la cantidad de participantes, en constante aumento, y su renovación generacional, hoy puede decirse que no hay un riesgo de agotamiento. Pero son reales los problemas de intendencia, el tiempo y los recursos invertidos, así como las dificultades de organización. A lo que se agrega la dificultad de hacer participar a las categorías populares y el peligro de concentrarse en los grupos permanentes de organizaciones que disponen de recursos suficientes.
El tercer desafío está referido a las estrategias a adoptar ante instituciones y gobiernos cuyas políticas son denunciadas por los Foros, pero que practican hábilmente la subversión semántica cuando utilizan, en un sentido totalmente diferente y al servicio de los grupos sociales dominantes, los mismos conceptos de "sociedad civil", "democracia participativa", "lucha contra la pobreza", etc.; gobiernos que también tratan de "cooptar" a las organizaciones y militantes activos que logran detectar (con el financiamiento de actividades o de proyectos, invitaciones a Davos, participación en iniciativas de los organismos financieros internacionales). Al mismo tiempo que algunos de esos gobiernos criminalizan a los movimientos sociales y a las ONG progresistas, endurecen los procedimientos judiciales con el pretexto de la lucha antiterrorista, encarcelan y hacen asesinar a los dirigentes populares.
La perennidad de los Foros 4 es, entonces, indisociable de la construcción de actores colectivos comprometidos aquí y ahora, tanto a nivel nacional y continental (especialmente europeo) como internacional, en la acción para determinar políticas que esbocen los primeros rasgos de "otro mundo es posible". A este objetivo quiso contribuir el Llamado de Bamako 5. Su contenido es el fruto del trabajo de una red de organizaciones, de movimientos sociales y de centros de apoyo a su servicio, reunidos en la víspera de la sesión del FSM descentralizado de 2006 en Mali, en conmemoración del 50º aniversario de la Conferencia de Bandung. El Llamado completa el Manifiesto de Porto Alegre 6, que fue el primer intento, en enero de 2005, de hacer coherentes los logros de los foros mediante la formulación de una docena de "racimos" de medidas estructurantes. El debate sobre el futuro y los logros de los Foros Sociales, iniciado durante el Foro Social Europeo de París/Saint-Denis en 2003, se vuelve ahora una cuestión central. En primer lugar, pero no exclusivamente, en su propio seno.
1. www.forumsocialmundial.org.br
2. Bernard Cassen, Tout a commencé à Porto Alegre, Mille et une nuits, París, 2003.
3. Carlos Gabetta, "Avances y dilemas del Foro Social Mundial", Informe-Dipló 20-2-06, y Bernard Cassen, "Lo que debemos a los Foros Sociales", Informe-Dipló, 1-3-06.
4. El próximo FSM tendrá lugar en Nairobi (Kenia) en enero de 2007.
5. El Llamado de Bamako está disponible en varios idiomas en los sitios del Foro del Tercer Mundo y del Foro Mundial Alternativo: forumtiersmonde.net; www.forumdesalternatives.org.
6. El texto del Manifiesto de Porto Alegre fue publicado en Lula y Chávez en el Foro de Porto Alegre. Discusiones y resoluciones, ediciones Le Monde diplomatique, Buenos Aires, marzo de 2005.
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