14-03-2012
Neonazis europeos se vuelcan al terrorismo
Pavol Stracansky
IPS
Pocos días después de un ataque con bomba contra un hotel de
la capital de República Checa, al parecer de carácter racista, expertos y
activistas alertaron sobre las campañas "terroristas" de
organizaciones neonazis, que reciben una mayor influencia de los movimientos de
extrema derecha de otros países.
Organizaciones extremistas de países como Alemania, Italia y
Rusia ofrecen a los movimientos checos inspiración operativa, organizacional e
ideológica, y brindan apoyo en expresiones de violencia racial y estrategias
para reunir apoyo público.
"Es un hecho constatado que los partidos checos y
alemanes de ultraderecha tienen acuerdos de cooperación", dijo a IPS la
conocida activista Gwendolyn Albert.
"Los checos ahora parecen seguir la táctica alemana de
contar con una presencia relativamente importante, tener partidos políticos
registrados y organizar manifestaciones en las que participan quienes están
comprometidos ideológicamente con la violencia racista con la intención de
perpetrar algún acto violento", añadió.
"El impacto de los vínculos ultranacionalistas y
fascistas rusos también se puede ver cuando los manifestantes de ultraderecha
resultan tener una organización paramilitar que se enfrenta a la policía",
indicó Albert, quien trabaja para la organización de educación y derechos
humanos Romea Roma, vinculada al pueblo romaní o gitano.
El alerta fue emitida a principios de este mes, cuando el
Ministerio del Interior divulgó un informe sobre la extrema derecha en este
país, que señala que es probable el aumento de ataques racistas en los próximos
años, en parte por la influencia de organizaciones de extrema derecha
extranjeras, que usan la violencia y el terrorismo, en especial las de Rusia.
Los grupos neonazis rusos estuvieron involucrados en
campañas terroristas, como ataques y asesinatos de jueces que habían
sentenciado a fanáticos y activistas de extrema derecha.
Algunos testigos expertos en juicios similares en República
Checa señalaron que debieron hacer frente a amenazas e intimidaciones. De
hecho, a principios de marzo tuvo que posponerse uno contra un sospechoso de
perpetrar un ataque racista, a causa de una amenaza de bomba.
Organizaciones neonazis alemanas también tienen antecedentes
de terrorismo. Hace poco, se descubrió que una célula alemana llamada
Socialista Nacionalista Clandestina fue responsable del asesinato de nueve
inmigrantes y un policía en los últimos seis años, así como de robos a bancos y
atentados con bomba.
Además, exneonazis alemanes declararon que hay una fuerte
cooperación entre grupos de extrema derecha alemanes y checos, y que los campos
de entrenamiento de tiro para neonazis de toda Europa pertenecen a
organizaciones alemanes y están en territorio checo.
El autor del informe del Ministerio del Interior, Miroslav
Mares, señaló que las pandillas de neonazis tenían cada vez más armas.
Consiguen armamento infiltrándose en la policía y en
servicios de seguridad privados, lo que les permite tener licencia de porte de
armas y, en algunos casos, recibir entrenamiento en situaciones de combate.
Un ejemplo de lo lejos que han llegado esos grupos en
materia de armarse, fue cuando los medios informaron que en una manifestación
de grupos de extrema derecha, se halló a participantes con explosivos que solo
están a disposición del ejército.
El temor a un aumento de la violencia racista se dio en el
marco de problemas raciales ocurridos en zonas socialmente desfavorecidas del
país.
El año pasado hubo protestas masivas y episodios violentos
en el distrito de Sluknov, en el norte de República Checa, tras una ola de
ataques y crímenes que la población local atribuyó a la población gitana.
Algunos analistas atribuyeron el aumento de la tensión a las
crecientes dificultades económicas.
Observadores sobre racismo en Europa detectaron un aumento
de sentimientos negativo contra los inmigrantes y las minorías desde el
comienzo de la crisis financiera en 2008. El informe del Ministerio del Interior
mencionó el empeoramiento de la situación económica y el aumento de la excusión
social, como otros factores del pronosticado aumento de los ataques racistas.
Pero el sociólogo Mares señaló que el terreno fértil para la
violencia contra las minorías fue creado por algunas figuras políticas
destacadas.
"Vemos un aumento del racismo ‘común’. En las zonas
socialmente conflictivas se ve la participación de la población local en
manifestaciones contra los romanies, y los neonazis son el ‘motor’ de las
actividades y prejuicios contra ellos", declaró en la prensa local.
"Ahora se escuchan declaraciones racistas de dirigentes
políticos que no son de partidos extremistas. Algunos partidos tradicionales
utilizan una retórica contra los roma que podría ser un marco para más
actividades violentas de los neonazis", añadió.
La extrema derecha trata de capitalizar el sentimiento anti-
minoría. En la última década, la mayor parte de ese sector de República Checa
hizo un esfuerzo por distanciar su imagen de los "skinhead" (cabezas
rapadas) y convertirse en una alternativa política viable.
El Partido Justicia Social de los Trabajadores es la
expresión política de la extrema derecha y se basa específicamente en
prejuicios contra la población roma.
Los expertos señalan que los extremistas adoptan tácticas
para conseguir seguidores mediante la promoción de su rechazo no solo a los
romaníes, sino a los inmigrantes en general, así como a otros asuntos
controvertidos como el matrimonio del mismo sexo.
Organizaciones internacionales contra el racismo señalaron
que la situación solo mejorará si los dirigentes políticos pregonan con el
ejemplo y se aprueban normas para fortalecer las herramientas legales para
disuadir el racismo.
Georgina Siklossy, oficial de prensa de la Red Europea
contra el Racismo, con sede en Bruselas, dijo a IPS: "Los políticos tienen
la principal y más importante responsabilidad de no utilizar discursos de odio,
que puedan incitar ataques racistas y contribuir a un sentimiento contra los
sectores minoritarios".
"Las autoridades checas también pueden utilizar medidas
concretas para combatir a los grupos de extrema derecha, como por ejemplo,
asegurar leyes que criminalicen el racismo", añadió.
Los programas de prevención en escuelas son esenciales si se
quiere cambiar la situación, observó Mares.
Pero la comunidad gitana o romaní, también conocida como
zíngara, es pesimista.
Hubo una serie de ataques incendiarios en los últimos años
contra esa comunidad. Uno de ellos dejó en 2009 a una niña de dos años
discapacitada de por vida. Y en los últimos seis meses hubo 23 atentados
racistas contra los romaníes que dejaron tres personas muertas.
Emil Vorac, director de una organización no gubernamental
roma que trabaja en la ciudad de As, donde a principios de marzo hubo un ataque
con bomba contra un hotel donde vivían miembros de esa comunidad, declaró que
ese tipo de acciones eran previsibles.
"No me sorprendió porque parece que el racismo y la
xenofobia aumentan aquí y la situación empeora. Esa es mi experiencia de
trabajar en varias comisiones y comités en esta región. Sus miembros actúan
como xenófobos en muchos casos", añadió.
Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100318
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