25-03-2012
El AIPAC invade Washington
Los serviciales verdugos de Israel
James Petras y Robin Eastman Abaya
Rebelión
Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez
Introducción: Una semana de humillación nacional
Desde el 4 hasta el 9 de marzo de 2012, 13.000 militantes
israelíes convencidos de que la política exterior israelí es lo primero tomaron
el «Washington político» (1) e impusieron el programa político de un gobierno
extranjero (Israel) ante el clamoroso aplauso y aprecio de los legisladores y
ejecutivos estadounidenses vasallos y cautivos que abarrotaban los salones y
estrados humillandose ante los gestos imperiosos de sus amos israelíes, que
estaban de visita. (2).El encuentro anual del Comité de Asuntos Públicos
Israelo-Estadounidenses ( sic ) (AIPAC, American Israel Public Affairs
Committee) es la exhibición pública más vergonzosa del poder judío-sionista
moldeando la política exterior estadounidense. El propósito exclusivo del AIPAC
es garantizar el poder político y militar incontestable de Israel sobre una
extensa zona que abarca desde el norte de África hasta el Golfo Pérsico. Ante
el AIPAC desfilaron más de tres cuartas partes de los congresistas
estadounidenses, además del presidente Obama y el vicepresidente Biden y totod
alto cargo del gabinete que guardara algún tipo de relación con la política
exterior estadounidense (incluidos Clinton, la Secretaria de Estado, y Panetta,
el Secretario de Defensa). Todos repitieron en voz alta como loros el calendario
político y las prioridades militares que el AIPAC había impuesto a Estados
Unidos. (3)
El AIPAC: Una plataforma de lanzamiento para los dirigentes
israelíes
La reunión del AIPAC es, a todas luces, no una reunión de
«otro grupo de presión cualquiera»: (4) es la plataforma de lanzamiento
utilizada por los máximos dirigentes políticos y militares de Israel para
arrastrar a Estados Unidos a otra guerra de primera magnitud en Oriente
Próximo: en esta ocasión, contra Irán. (5) Simon Peres, el presidente de
Israel, inauguró la conferencia estableciendo el tono militar y el marco
político para el presidente Obama, que intervino a continuación haciéndose eco
con sumisión del lenguaje y el contenido del líder israelí. (6) Al día
siguiente, el primer ministro israelí, Netanyahu, habló y marcó con
contundencia la línea a seguir para librar la guerra de Estados Unidos contra
Irán, (7) mientras millares de judíos estadounidenses destacados y respetables,
que piensan que Israel es lo primero, daban docenas de saltitos sobre el
terreno apoyando con fanatismo una guerra estadounidense; una guerra en la que
pocos de sus hijos, parientes o amigos, si es que alguno, perderían la vida o
alguna extremidad. (8) Fue el mismo Bibi Netanyahu quien en una ocasión opinó
que el ataque del 11 de septiembre contra Estados Unidos beneficiaba a Israel
porque vinculaba más estrechamente a Estados Unidos con los intereses
israelíes.
Desdela guerra de 1812, que fue testigo de la ocupación
británica y el incendio de Washington, la capital estadounidense jamás ha sido
tan abiertamente humillada por una potencia extranjera. A diferencia de la
corona británica, que entonces negoció un acuerdo de paz que permitía a los
norteamericanos recuperar su soberanía y su capital, los dirigentes israelíes y
su furibunda «quinta columna» exigen un acuerdo militar en el que Israel dicte
las condiciones bajo las que Estados Unidos declare la guerra a Irán.
Los dirigentes israelíes no se han asegurado la sumisión de
Estados Unidos por superioridad militar, económica o política de Israel. Tienen
una economía raquítica, una ínfima parte del armamento nuclear que tiene
Estados Unidos y menos aliados e, incluso, menos aprobación pública en la
comunidad internacional. Pero sí tienen al menos medio millón de militantes
sionistas fanáticos e incondicionales en Estados Unidos, entre los cuales hay
miles de millonarios y multimillonarios leales que financian la campaña de
ambos partidos, el demócrata y el republicano. (9) El AIPAC es la vanguardia de
las tropas de choque de Israel en Estados Unidos. Los miembros del grupo de
presión del AIPAC, muy disciplinado y muy bien organizado, invaden las oficinas
de todos y cada uno de los congresistas armados con un guión legislativo
meticulosamente elaborado por y para el Estado de Israel. (10) Han obtenido el
compromiso pleno de la mayoría de los miembros del Congreso con el programa de
Israel, en el que ondean al mismo tiempo los signos del dólar y las estrellas
(de David). Como la historia ha demostrado sobradamente, el personal del
Congreso o los legisladores que se atrevan a vacilar o a pedir tiempo para
reflexionar, descubren enseguida que son víctimas de las amenazas y el acoso
político del AIPAC, que suele garantizar la aquiescencia. Negarse a claudicar
ante el AIPAC supone el fin de una carrera política en Washington.
El programa israelí (y, por consiguiente, el del AIPAC)
consiste en desarrollar una guerra no provocada contra la soberana República
Islámica de Irán, ya sea iniciada por Estados Unidos o en el marco de un ataque
sorpresa israelí respaldado por Estados Unidos (11). Irán está hoy día en el
punto de mira porque los demás oponentes a la colonización de Palestina por
parte de Israel han sido destruidos en anteriores guerras estadounidenses
respaldadas por los sionistas: las de Iraq, Afganistán y Libia, así como la
actual guerra por poderes contra el régimen de Assad en Siria. (12)
Hoy día, los dirigentes israelíes insisten en que a Irán se
le debería negar con violencia lo que más de otras 120 naciones practican en
libertad: el enriquecimiento legal de uranio con fines médicos, comerciales y
científicos. La propaganda israelí anterior, amplificada por los 52 presidentes
de organizaciones judío-estadounidenses de primer orden, afirmaba en falso que
Irán poseía armas nucleares o... estaba en vías de fabricarlas y, por
consiguiente, planteaba una amenaza «vital» para los israelíes. Hasta la mera
«capacidad» para enriquecer uranio con fines médicos (en un grado muchas veces
inferior al necesario para un arma) se presenta como una amenaza de primer
orden para el Estado judío. Mientras tanto, los 27 organismos de inteligencia
estadounidenses (en sus «descubrimientos» anuales), y hasta la Agencia
Internacional para la Energía Atómica, muy influida por Estados Unidos, no han
encontrado ninguna prueba de que haya un programa de armamento nuclear en
marcha... de ahí la necesidad de expresiones estrambóticas como «amenaza
vital».
Al alto mando de Israel se le ha ocurrido ahora un nuevo
pretexto muy endeble para la guerra. El potencial de Irán para adquirir
«capacidad de desarrollar armamento nuclear» (mediante su personal científico y
técnico avanzado y sus centros de investigación) puede constituir un motivo
suficiente para la guerra. (13) En otras palabras: Israel ha ordenado a sus
13.000 militantes del AIPAC que exijan a todos y cada uno de los congresistas
estadounidenses que voten a favor de la declaración de guerra sobre la base del
actual programa de enriquecimiento de uranio de Irán vinculado a usos médicos y
de su sofisticado potencial científico e intelectual. Mientras tanto, el Mosad
ha lanzado un programa no tan secreto de asesinatos terroristas de científicos
iraníes: en sus hogares, despachos y universidades; sin ni una sola protesta de
la prensa estadounidense «sionizada».
Los serviciales verdugos de Israel
El criterio más reciente de Netanyahu para la guerra (la
capacidad iraní) cuenta con el apoyo ciego de las principales organizaciones
judías en Estados Unidos (14). Los sionistas estadounidenses son los
serviciales verdugos que están promoviendo un ataque militar agresivo y no
provocado contra la patria (y los hogares) de 75 millones de iraníes. Dejémoslo
claro: algunas declaraciones de los principales líderes religiosos judíos
estadounidenses dejan ver impulsos genocidas manifiestos. El vicepresidente
ejecutivo del Consejo de Rabinos Ortodoxos de Estados Unidos (Orthodox
Rabbinical Council of America), Rabbi Herring, sugirió que Israel debería
considerar «la utilización de armamento nuclear táctico en zonas que no estén
muy pobladas o en el desierto [...] para demostrar a los iraníes que sus vidas
penden de un hilo, que Israel no actuará sin hacer ruido». (15) El rabino no
especificó si en su definición de «no muy poblados» se incluyen los núcleos de
población de un cuarto de millón de habitantes o menos y, por tanto, si son
objetivos apropiados para esta exhibición didáctica de devastación
termonuclear, «simplemente para demostrar a los iraníes....». Recordemos que
entre los fundamentalistas sionistas «no pocos dirigentes de organizaciones
[...] querrían utilizar armamento nuclear táctico ahora mismo». (16)
Cuando Netanyahu dio la orden a los delegados del AIPAC de
invadir el Congreso estadounidense y arrancar un compromiso de guerra sobre la
base de la «capacidad» de Irán (para enriquecer uranio), no hubo debate ni
disenso entre las «tropas de choque»; solo aprobación unánime y ciega de los
ciudadanos estadounidenses judíos hacia su amo extranjero. Estos
estadounidenses judíos respetables avanzaron hombro con hombro en bloques,
derechos hasta los miembros del Congreso que aparecían en sus listas, con
razonamientos enlatados en una mano y legislación ya redactada de autoría
israelí encubierta en la otra. Presumen de haber convocado a una mayoría
sustancial de representantes electos estadounidenses... ¡a favor de la guerra!
Si el poder de Israel en Estados Unidos se basa en el
control férreo que ejerce el AIPAC sobre el Congreso estadounidense, el grupo
de presión, por su parte, se basa en el poder de la constelación de poder
sionista general infiltrado en cargos políticos y administrativos estratégicos,
estructuras de partidos políticos y en el propio proceso electoral. Esto, a su
vez, se basa en la influencia de los medios de comunicación sionistas vinculada
al poder económico y financiero. El proceso democrático y representativo ha
quedado absolutamente aplastado bajo este gigante corto de miras favorable a
declarar una guerra en nombre de Israel.
Los ejecutivos y congresistas colaboradores del AIPAC
Aunque se ha hablado mucho de los ejercicios de influencia
del AIPAC sobre el Congreso y el ejecutivo estadounidenses a través de los
«grupos de presión», mejor denominadas «tácticas de intimidación y presión»,
gran parte de su éxito se basa en la matriz general de poder sionista que opera
en el seno del gobierno, la sociedad civil y la economía. Cuando los agentes de
presión del AIPAC se dirigen a los miembros del Congreso llevando en la mano
las prioridades de política exterior dictadas por Israel, coordinan y
encuentran una plataforma importante en los más de cuarenta legisladores
electos sionistas que, por casualidad, ocupan cargos estratégicos, como los
presidentes de comités del Congreso que se ocupan de asuntos de política
exterior, en especial de políticas relacionadas con Oriente Próximo. Dicho de
otro modo, la conquista del Congreso estadounidense por parte del AIPAC se
lleva a cabo «por invitación». La relación es «recíproca». El AIPAC y los 52
presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses y diversos
recaudadores de fondos movilizan dinero y activistas para contribuir a elegir a
sionistas fiables para los cargos. Una vez en sus puestos, colaboran
abiertamente redactando legislación favorable a Israel y garantizando que las «mayorías»
voten «del modo correcto». (17)
Mark Cubowitz, director ejecutivo de la «Fundación para la
Defensa de las Democracias» contribuyó a redactar la última propuesta de ley de
sanciones (contra Irán)... ( The Financial Times , 6 de marzo de 2012, p. 9).
La «Fundación» es más célebre por haber sido promotora incondicional y ciega
del programa de Israel. Dubowitz es uno de los muchos «legisladores» no
elegidos que redactan y promueven leyes a instancias de Israel. La legislación
para imponer sanciones a Irán, obra de Dubowitz, está concebida para
insensibilizar y matar de hambre a 75 millones de ciudadanos iraníes con el fin
de someterlos al posterior objetivo de Israel de alcanzar una supremacía
incontestada en Oriente Próximo.
Las actividades del AIPAC no se circunscriben al Congreso de
Estados Unidos o al proceso electoral. Desde el gobierno de Reagan hasta el de
Obama, el AIPAC ha suministrado sionistas comprometidos para puestos clave en
el Tesoro, el Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional y el
círculo más estrecho de asesores del presidente sobre asuntos de Oriente
Próximo. (18) La presión del AIPAC garantiza el nombramiento de sionistas en
las ramificaciones del gobierno y ha desembocado en la creación de puestos
administrativos especiales concebidos específicamente para promover el programa
de Israel. Un buen ejemplo del éxito del AIPAC es el puesto de Subsecretario
del Tesoro para asuntos de Terrorismo e Inteligencia. El cargo fue ocupado por
primera vez por Stuart Levey, un sionista fanático cuyo único propósito era
diseñar e instaurar sanciones estadounidenses (y posteriormente europeas)
contra Irán. Quien le sustituyó en el cargo, David Cohen, un clon procedente
también del AIPAC, es el autor de la legislación que impulsa sanciones de
castigo contra Siria. (19)
Dennis Ross, conocido popularmente como «el abogado de
Israel» y antiguo dirigente del AIPAC, fue nombrado asesor de los presidentes
Clinton, Bush y Obama y fue el arquitecto del apoyo estadounidense al bloqueo
de Israel para matar de hambre a Gaza, así como del bombardeo criminal de 1999
y la invasión asesina de Líbano en 2006. Ha suministrado «cobertura» a la
construcción masiva por parte de Netanyahu de asentamientos exclusivos para
judíos en territorios ocupados palestinos y de su cínico ardid de las
«negociaciones de paz». (20)
Jeffrey Feltman, el actual testaferro del AIPAC en el
Departamento de Estado, es la principal autoridad responsable de los asuntos de
Oriente Próximo, en especial en Líbano, Siria e Irán. (21) El círculo más
estrecho de asesores del propio Obama está dominado por partidarios
incondicionales de Israel, entre quienes se encuentran David Axelrod como
principal confidente y antiguo Jefe del Gabinete Presidencial, o Rahm Emanuel,
con doble nacionalidad estadounidense e israelí y actual alcalde de Chicago.
(22) Lo que sorprende es el ciclo continuo de liderazgo y actividad en
organizaciones sionistas (el frente israelí), el ingreso en puestos de gobierno
poderosos, el regreso a uno u otro grupos de estudio y reflexión pro-israelíes,
«organizaciones ciudadanas», cargos electorales o prácticas privadas
lucrativas.... todas en apoyo de los intereses de Tel Aviv.
El AIPAC y las 52 organizaciones de base
El poder del AIPAC en Washington depende del activismo de
centenares de miles de sionistas estadounidenses afiliados a organizaciones
bajo el mando de los 52 presidentes de las Principales Organizaciones Judías
Estadounidenses (MAJO, Major American Jewish Organizations). Aunque existe un
considerable solapamiento de miembros, los dirigentes de MAJO sirven
abiertamente como correa de transmisión de Israel: difundiendo orientaciones
políticas desde Tel Aviv hacia sus miembros, entre los que hay médicos,
dentistas y agentes de bolsa de Nueva York, Miami, Kansas City, Los Ángeles o
San Francisco y en todos los puntos cardinales del país. Cuando el AIPAC tiene
«problemas» para conseguir la firma de un representante electo para alguna ley
de sanciones contra cualquier país que sea blanco de Israel en ese momento, el
legislador reticente se convierte en un objetivo prioritario de los notables
sionistas y «recaudadores» locales, que le hacen una «visita» para convencerlo,
si es posible, o amenazarlo con represalias, si es necesario. Si un legislador
sigue negándose a ceñirse a las orientaciones de Israel, o considera que
prestar servicio a una potencia extranjera es perjudicial para Estados Unidos,
enseguida descubrirá que el AIPAC ha recaudado millones de dólares para
financiar una campaña de difamación que conduzca a su derrota electoral. (23)
Junto con estos activistas «de base» de clase media y alta
se encuentran los numerosos mega-millonarios y multimillonarios sionistas muy
politizados, como Adelson, Saban y varias decenas más, que no ocultan ser
fanáticos convencidos de que la política exterior israelí es lo primero y donan
millones a congresistas dispuestos a subordinar los intereses estadounidenses a
la lucha de Israel por alcanzar la supremacía en Oriente Próximo. (24)
Además de esta corrupción legal del proceso político, está
el asunto del espionaje ilegal y el matonismo por parte de AIPAC, evidenciado
recientemente mediante la demanda en curso interpuesta por uno de los dos
autiguos altos cargos de AIPAC, Steven Rosen, sorprendido espiando para Israel
(entregando documentos clasificados sobre la política exterior estadounidense
hacia Irán). Rosen, que fue absuelto en un «juicio» enormemente manipulado,
sostiene que el AIPAC animaba habitualmente a sus cargos a obtener documentos
oficiales estadounidenses confidenciales para Israel. (25)
Y luego están los sionistas destacados que van por libre,
que se enzarzan en actividades de matonismo político, violencia física y
chantaje contra los críticos de Israel depravadas y con mucha publicidad. (26)
Los difamadores más sobresalientes, como Abraham Foxman, de la Liga
Anti-Difamación ( sic ), el profesor de derecho de Harvard Alan Dershowitz,
Daniel Pipes o David Horowitz, manipulan legiones de matones acaudalados y
respetables para presionar en las escuelas universitarias y universidades y a
sus empleados para que censuren y despidan a los críticos con Israel. Estas
organizaciones sionistas superan con mucho el alcance y la eficacia de las
listas negras de una generación anterior de cazadores de brujas, como el
senador Joseph MacCarthy, que comparados con estos no eran más que aficionados.
Las payasadas recientes de Andrew Adler, director de The Atlanta Jewish Times y
creyente también en que Israel es lo primero, formuló una petición al Mosad
israelí de que asesinara al presidente Obama, (27) hecho que desembocó sin más
en su dimisión como director después de varias semanas de ataques de nervios
(pero sin ninguna investigación federal ni acusación de ningún tipo).
Lo que llama la atención en este aspecto es que mientras que
los sionistas más respetables se desvinculan de los espías y los asesinos
verbales del AIPAC, el poder de los israelíes partidarios de que la política
exterior de Israel se imponga a cualquier otra cosa garantiza que estos gansos
y matones raras veces sean acusados por sus delitos y jamás hayan ido a la
cárcel. (28)
El impacto generalizado de la influencia y el matonismo
sionista queda patente en la timorata auto-censura de la mayoría de los
estadounidenses, que en privado manifiestan miedo y aversión ante los
estadounidenses sionistas pendencieros, estridentes y abusivos que promueven
una agenda extranjera. (29)
Israel, el sionismo y los medios de comunicación
Los medios de comunicación son un recurso político
fundamental, que la constelación de poder pro-israelí aprovecha al máximo. Ni
una sola editorial, televisión, película o emisora de radio importante esta
dispuesta a suministrar una descripción equilibrada del conflicto
israelo-palestino. (30) No se informa del despojamiento por parte de Israel de
la vivienda de millares de familias árabes y los ataques terroristas diarios de
los militares y colonos sionistas contra los palestinos que protestan contra la
confiscación de tierras. (31) Nunca se mencionan los centenares de armas nucleares
del arsenal de Israel, mientras que las afirmaciones histéricas del Estado de
Israel de que Iran representa una amenaza vital no nuclear se repiten y se
magnifican ad nauseam . Los dirigentes de los 52 se saben a su Goebbels: una
mentira repetida el número de veces suficiente se convierte en una verdad
aceptada.
El sionismo y la capacidad de influencia
Lo fundamental para comprender la garra de la constelación
de poder sionista sobre el gobierno estadounidense es cómo influye en el poder.
Por ejemplo, una diminuta minoría afirma falsamente hablar por todos los judíos
estadounidenses, que representan aproximadamente al 3 por ciento de la
población de Estados Unidos. Sin embargo, basándose en esta afirmación,
movilizan y recaudan fondos para elegir a los sionistas comprometidos que
ocupan en torno al 10 por ciento de los sillones del Congreso y el Senado estadounidenses.
Estos representantes, a su vez, gozan del apoyo de un diminuto cuadro de
sionistas super ricos, cuya promoción les permite obtener el control de comités
fundamentales que se ocupan de la política y la seguridad en Oriente Próximo.
La seguridad nacional se ha visto profundamente influida por
el programa sionista-israelí: el ex Fiscal General de Estados Unidos, Michael
Mukasey, y el Zar de la Seguridad Nacional, Michael Chertoff, han sido dos de
los altos cargos más destacados a la hora de orientar la seguridad nacional
estadounidense para que se centre en los críticos de Israel y en encerrar a
ciudadanos musulmanes en redes estrambóticas de tramas terroristas falsas,
mientras que en el interior del país la verdadera seguridad se ha resentido y
los derechos civiles han quedado hechos jirones. El exceso de representación de
los sionistas en el Tribunal Supremo estadounidense (3 de los 9 miembros) y la
meticulosa selección reciente de jueces, como el juez Sotomayor, subrayan la
profundidad del proceso en la medida en que se va extendiendo a la judicatura.
(32)
La Constelación de Poder Sionista controla las políticas de
Oriente Próximo tanto del Partido Demócrata como del Republicano, y de sus
candidatos presidenciales, a través de sus bases de poder en el Congreso y en
el partido político. El presidente estadounidense, a su vez, recibe presiones
para garantizar el nombramiento de puestos políticos claves para los sionistas
en el Departamento de Estado, del Tesoro y en el Pentágono. Su influencia en la
clase dirigente de la política exterior permite que los cargos sionistas
presionen a los aliados y a los clientes en Naciones Unidas y en la Unión
Europea para que apoyen determinadas medidas, como el boicot y el castigo de
Israel al gobierno electo de Hamas en Gaza y las guerras de Iraq, Afganistán y
Libia.
Influencia es la forma en que Israel, un Estado
infinitamente pequeño e insignificante con menos del 1 por ciento del PIB
mundial, las exportaciones y las cuotas de mercado y que ocupa el 0,001 por
ciento del territorio mundial, puede ejercer un papel tan desproporcionado en
la remodelación de las fuerzas en Oriente Próximo. A través de sus influyentes
sionistas estadounidenses, Israel ha manipulado a Estados Unidos para sumirlo
en un lodazal de guerras en Oriente Próximo que cuestan a los consumidores de
petróleo del mundo incontables miles de millones de dólares e impulsan a la
economía mundial hacia la recesión.
El «impuesto del petróleo» de Israel: Las amenazas de guerra
y el precio de la gasolina
Durante los tres primeros meses de 2012, el precio del
petróleo aumentó un 15 por ciento (más del 30 por ciento desde el verano de
2011) debido en buena medida al discurso y la amenaza de guerra de Israel de
lanzar una ofensiva contra Irán. Netanyahu, primer ministro israelí, el
presidente Peres y el Ministro de Asuntos Exteriores Lieberman han reclamado
reiteradamente a Estados Unidos que bombardee Irán porque, de lo contrario,
advierten que Israel emprendería su propia ofensiva bélica contra la población
iraní y arrastraría a Estados Unidos a otra guerra.
Casi todos los analistas políticos y los expertos en
cuestiones de petróleo coinciden en que los picos de los precios del petróleo
son consecuencia de la semilla de guerra que siembra Israel, pues los
principales especuladores internacionales del petróleo apuestan a que un ataque
israelí contra Irán provocará una interrupción importante en la producción y
transporte de crudo en Oriente Próximo y provocará escasez mundial. (33)
Los 52 presidentes de la MAJO se han sumado a la histeria de
guerra haciéndose eco y adornando las afirmaciones de Israel de la amenaza
nuclear iraní (o de la «creciente capacidad» de amenazar a Israel en el
futuro). (34)
Solo durante los tres primeros meses del año, el incremento
del precio de la gasolina (o, mejor dicho, el impuesto de guerra con que Israel
grava a los consumidores y conductores) cuesta casi 20 centavos más por litro
o, lo que es lo mismo, cuesta 9 dólares más llenar un depósito de unos 60
litros. Esto constituye el tributo que la constelación de poder sionista ha
impuesto a los consumidores estadounidenses con su ímpetu por que haya otra
guerra en nombre de Israel. Ningún político estadounidense se atrevería a
analizar esta cuestión, y menos aún a hablar y decir a las clases sionistas
charlatanas y a sus «adorados líderes» que dejen de ser los proxenetas de la
guerra si no quieren correr el riesgo de interrumpir la entrega a Israel de
3.000 millones de dólares anuales de parte de los contribuyentes estadounidenses.
Economistas destacados han afirmado que la escalada de los
precios del petróleo (causada por la belicosidad de Israel) frena el
crecimiento y empuja a Estados Unidos de nuevo a la recesión... con un coste de
muchos millones más de puestos de trabajo. (35) Si añadimos las pérdidas que
sufre el consumidor como consecuencia del elevado precio del petróleo a las
sufridas por la producción económica mundial, los meros tambores de guerra de
Netanyahu, Lieberman, Peres y el AIPAC costarán a la economía mundial
centenares de miles de millones en el transcurso del año.
Cualquier mención al impuesto del petróleo que Israel impone
al presupuesto de las familias estadounidenses suscitará acusaciones
escandalizadas de antisemitismo por parte de sionistas respetables, así como
desagradables amenazas por parte de sus cómplices y matones. Cuando Obama
ejecutó su infame acto de sumisión para complacer a los delegados del AIPAC y a
sus invitados israelíes, en mitad de las aclamaciones por la reafirmación que hizo
de la lealtad incondicional de Estados Unidos al Estado de Israel, también
pidió calladamente a Israel que bajara el tono de los gritos de guerra al menos
hasta después de las elecciones de noviembre debido a las consecuencias que
tiene sobre el precio de la gasolina del votante estadounidense. (36)
El elevado precio del petróleo esta lesionando las
posibilidades de reelección de Obama. El electorado estadounidense quizá no
entienda el coste real de la sumisión de Obama a Israel, y tal vez no tenga conocimiento
del impuesto que Israel impone al petróleo, pero está haciendo a su presidente
putativo responsable del dolor que sienten ante el surtidor. Solo hay una cosa
que Obama quiere más que el apoyo sionista, y son los votos de un electorado
estadounidense exprimido económicamente, que se vuelve contra él en masa a
medida que aumenta el precio de la gasolina.
Conclusión
La semana del 4 al 11 de marzo de 2012 pasará a la historia
como una semana de humillación nacional; un momento en que legiones de sionistas
estadounidenses fanáticos conquistaron Washington; en que la totalidad del
gobierno, encabezado por el presidente Obama, se postró ante las autoridades de
un Estado extranjero... en el corazón de Washington D.C. Cuando el presidente y
el primer ministro de Israel mandaron a sus legionarios en el extranjero a que
marcharan sobre el Congreso estadounidenses e introdujeran sus endebles
pretextos de guerra contra Irán en las mismísimas narices de unos legisladores
serviles, el simplista y estúpido mensaje fue: Bombardead Irán porque pronto
puede tener... «capacidad» nuclear. Si se les pregunta qué es capacidad, citan
a sus adorados líderes de Tel Aviv, entre los que se encuentran el Ministro de
Asuntos Exteriores Avi Lieberman, semi-analfabeto (y antiguo gorila de club
nocturno), el corrupto Bibi Netanyahu y el callado y diabólico Simon Peres,
según los cuales los iraníes pueden «enriquecer uranio»... una capacidad que
tienen desde hace mucho otros 125 países.
Es con una arrogancia suprema como los seguidores del AIPAC
y los 52 presidentes penetran en el gobierno estadounidense con el fin de
servir a un gobierno extranjero. Ninguno se molesta en ocultar su afiliación
pasada, presente o futura con el Estado de Israel. Están respaldados por
académicos sionistas prestigiosos, cuyas tendenciosas justificaciones de la
guerra ya han enviado a miles de soldados estadounidenses a una muerte
prematura o a las salas de los hospitales y clínicas de veteranos del ejército de
todo el país. Nos han vendido la argumentación de que sirviendo a los intereses
del Estado de Israel servimos a Estados Unidos. De esto solo se deduce que
quebrantar la ley y actuar como agente clandestino en nombre de una potencia
extranjera, transferir documentos oficiales altamente secretos a agentes del
Mosad de la embajada israelí y amenazar a los estadounidenses que critican o se
oponen a Israel son actos de patriotismo. (37) El analista de la marina
Jonathan Pollard, el maestro de espías estadounidenses encarcelado por la causa
de Israel, es aclamado de forma generalizada en Israel como coronel honorífico
del ejército y héroe; los dirigentes de las principales organizaciones
sionistas están volviendo a presionar a Obama para que ponga en libertad a este
traidor.
La actuación documentada de los principales sionistas que
han ocupado cargos públicos en Estados Unidos durante las dos últimas décadas
ha sido una catástrofe absoluta. Los que se han proclamado mejores y más
brillantes han llevado al país a las peores catástrofes económicas y militares
de la última centuria. Fue Alan Greenspan, cuando era jefe de la Reserva
Federal, quien desreguló el sector financiero y optimizó las condiciones para
las mega-estafas y el frenesí especulativo que hizo caer a la totalidad del
sistema financiero. Fue su sustituto, Ben Bernacke, quien promovió que billones
de dólares de los contribuyentes estadounidenses en fondos de rescate
financiero salvaran a sus compinches de Wall Street y los volvieran a poner en
circulación, en los últimos dos años, para que repitieran su orgía
especulativa... y quien permitió a compatriotas tan tribales como Schwartzman
que obtuviera 213 millones de dólares de beneficios en el año 2011. (38)
Fueron Fred Kagan, Paul Wolfowitz, Doug Feith, Llibby Abrams
y Ross, así como sus menos visibles lugartenientes, quienes empujaron a Estados
Unidos a librar guerras en nombre de Israel en Afganistán e Iraq, mientras al
mismo tiempo no dejaban de augurar confiadamente «victorias rápidas y de bajo
coste» (incluso espectaculares). Jamás semejante cohorte de mediocridades
salidas de las universidades de la Ivy League ha generado colectivamente tantas
políticas catastróficas en un periodo histórico tan breve sin que en modo
alguno se les parara, se les metiera en vereda o se les hiciera responsables o
culpables por su actuación. Es evidente que estas catástrofes políticas no
fueron consecuencia de un intelecto defectuoso o falto de una educación de
élite. Su aparente ignorancia de las realidades históricas, políticas,
económicas y militares era consecuencia de sus atroces lealtades sionistas con
el Estado de Israel, cuyos verdaderos intereses suscribían. Esta falta de
responsabilidad garantiza que el proceso continuará hasta que Estados Unidos,
como república, sea destruida por las masas de ciudadanos engañados.
Para justificar una guerra contra los adversarios regionales
de Israel, estos mediocres ciegos han distorsionado la realidad del
nacionalismo árabe. Fue con una arrogancia y un racismo tribales supremos como
consiguieron que los árabes jamás ofrecieran una resistencia prolongada a sus
gigantes imperiales. Creían precisamente lo que su ideología/religión tribal
les decía: ellos eran un pueblo elegido (al margen de estudios genéticos).
Ellos eran los inversores o especuladores con mayor éxito financiero. Ellos
asistían a las universidades más prestigiosas e impartían clase en ellas. Si,
de vez en cuando, un filántropo sionista destacado como Bernard Madoff cometía
un delito (y de hecho fue a la cárcel) fue porque, como sus compañeros tribales
Milken, Boesky y Pollard... no sacó un billete de ida a Israel en el momento
oportuno.
Cuando un país como Estados Unidos está en declive, no es
por la rivalidad exterior. El descenso de la competitividad no es más que un
síntoma. Es por podredumbre interna. El declive se produce cuando una nación es
traicionada por dirigentes cobardes que se arrastran y se humillan ante una
minoría de mediocres matones entregados a un Estado extranjero sin escrúpulos
ni integridad moral.
El último libro de James Petras es The Arab Revolt and the
Imperialist Counterattacks (Atlanta: Clarity Press, 2011), 2ª edición..
_____________________________
Notas
(1) Para ver todos los detalles de las actividades diarias y
la información acrítica ofrecida por los principales medios de comunicación,
véase The Daily Alert , portavoz oficial de los 52 presidentes de las
principales organizaciones judío-estadounidenses, en especial entre los días 4
y 6 de marzo de 2012.
(2) Véanse los vídeos deñ AIPAC y la lista de oradores en
http://www.aipac.org , 2 de marzo de 2012 e informes posteriores.
(3) Nota de prensa de la Casa Blanca sobre la declaración de
Obama de que la relación de subordinación de Estados Unidos a Israel es
«sagrada», 4 de marzo de 2012.
(4) Es una alusión a Noam Chomsky, cuyo irrisorio esfuerzo
por minimizar la influencia de la constelación de poder sionista es rechazada
de forma generalizada y refutada una vez más por la observación más superficial
de los hechos, promesas y genuflexiones de todos los máximos legisladores
estadounidenses de la reunión con el AIPAC.
(5) Las declaraciones públicas de Netanyahu y su discurso
ante el AIPAC quedaron debidamente grabados, amplificados y apoyados por The
New York Times , The Wall Street Journal y, en especial, The Washington Post (6
de marzo de 2012). Netanyahu apeló explícitamente a que Estados Unidos ataque
militarmente a Irán en nombre de Israel aduciendo la «capacidad» de Teherán de
fabricar armas nucleares. Según Netanyahu, «no podemos permitirnos esperar
mucho más...». Oficina del Primer Ministro, 5 de marzo de 2012.
(6) The New York Times , 5 de marzo de 2012.
(7) Oficina de los Primeros Ministros, tal como aparece
citado en The Daily Alert , 6 de marzo de 2012.
(8) Vídeos informativos diarios del AIPAC, 6 de marzo de
2012.
(9) Por ejemplo, solo uno de los numerosos multimillonarios,
el zar de los casinos Sheldon Adelson, ya ha aportado «decenas de millones de
dólares» para influir en las actuales elecciones presidenciales. Haaretz , 29
de febrero de 2012. Otro multimillonario israelí que también es de los que
piensan que los intereses de Israel deben prevalecer sobre cualquier cosa, Haim
Saban, adquirió la principal plataforma de televisión en lengua española en
Estados Unidos, UNIVISION, y a continuación se dedicó a promocionar propaganda
sensacionalista israelí sobre una «conquista» irano-islámica de América Latina.
(10) Notas de prensa del AIPAC, del 7 al 10 de marzo de
2012.
(11) Una investigación de The Daily Alert realizada entre el
4 y el 9 de marzo revela que no hay un solo artículo que analice la alternativa
de un acuerdo diplomático con Irán, mientras que más de una docena de artículos
contienen llamamientos a la guerra.
(12) Para documentación y detalles sobre el decisivo papel
de los legisladores sionistas en la declaración de la guerra estadounidense
contra Iraq, véase mi obra The Power of Israel in the United States (Atlanta:
Clarity Press, 2006).
(13) The New York Times , 1 de marzo de 2012.
(14) Los 52 presidentes de las organizaciones judías más
importantes suscribieron repetidamente el pretexto de guerra de Netanyahu.
Véase The Daily Alert , 6 de marzo de 2012.
(15) Citado en http://Mondoweiss.net , 2 de marzo de 2012 .
(16) Ibíd.
(17) Entre los agentes sionistas fundamentales del Congreso
se encuentran los representantes Berman, Cantor, Harman, Lieberman,
Ros-Lehtinen y Levin, así como sus adláteres cristianos McConnel y Pelosi,
entre otros que aparecieron en el festival de guerra del AIPAC. Folleto
promocional del AIPAC, 2 de marzo de 2012.
(18) Véase The Power of Israel in the United States (op.
cit.)
(19) Véase «On Bended Knees: Zionist Power in American
Politics», en James Petras, War Crimes in Gaza and the Zionist Fifth Column
(Clarity, Atlanta 2010).
(20) The Power of Israel in the United States , op. cit.
(21) Aunque Ross ha dimitido formalmente, todavía es un
asesor clave de Obama sobre asuntos de Oriente Próximo. Véase Haaretz , 27 de
enero de 2012.
(22) Uno de los agentes sionistas fundamentales es Jeffrey
Feltman, ayudante del Secretario de Estado para Asuntos de Oriente Próximo.
Desempeñó un papel fundamental en el apoyo del bombardeo de Israel del Líbano
en 2006 durante su mandato como embajador, calificando a Hizbulá de
«organización terrorista». Dictó la política de Fouad Siniora, el gobernante
cliente de Estados Unidos. Feltman prestó servicio en Israel en dos ocasiones.
Estuvo destinado en Gaza, donde colaboró con el ejército israelí ocupante. Trabajó
con el embajador estadounidense ultrasionista Martin Indyk respaldando la
posición de Israel en el falso «Proceso de Paz» desde 2000 hasta 2001. Otros
sionistas en puestos clave son Jack Lew, actual Jefe del Gabinete del
presidente Obama; David Plouffe, asesor; Dan Shapiro, embajador en Israel;
Steven Simon, Jefe de la Oficina de Oriente Próximo y África del Norte en el
Consejo de Seguridad Nacional; y Eric Lynn, asesor político sobre Oriente
Próximo. La Biblioteca Virtual Judía es una División de la Iniciativa
Estadounidense-Israelí 2012.
(23) Entre los sionistas destacados que prestaron servicio
en cargos estratégicos del ámbito de la política exterior del gobierno de Obama
se encuentran Rahm Emanuel, Jefe del Gabinete del Presidente; David Axelrod,
Asesor; James Steinberg, Subsecretario de Estado; y Richard Holbrooke, Enviado
Especial a Pakistán y Afganistán (fallecido).
(24) Varios estudios calculan que los judíos constituyen
aproximadamente el 25 por ciento de los 400 estadounidenses más ricos de la
lista Forbes; más de la mitad son colaboradores de Israel o de organizaciones o
causas sionistas. J. J. Goldberg, en su libro sobre el poder judío, calcula que
el 45 por ciento de la recaudación de los demócratas proviene de judíos
pro-israelíes. ( Jewish Power: Inside the Jewish Establishment . Reading,
Addison-Wesley, 1996.)
(25) Steve Rosen, un alto cargo directivo de AIPAC, junto
con su colega Keith Weissman, reconoció entregar documentos confidenciales a la
embajada israelí. Rosen posteriormente demandó al AIPAC por despedirle a él y a
Weissman y por negarse a pagar sus gastos legales; afirmó que el grupo de
presión solía aprobar las recepciones y entregas ilegales que hacían sus
empleados de información secreta del gobierno estadounidense citando numerosos
documentos de AIPAC para respaldar sus argumentos. The Jewish Daily Forward ,
15 de diciembre de 2010.
(26) El propietario y director de The Atlanta Jewish Times ,
Andrew Adler, instó a Netanyahu a pedir a los servicios secretos de espionaje
israelí, el Mosad, que asesinara al presidente Obama, Haaretz , 21 de enero de
2012. El rabino Michael Lerner, un sionista moderado crítico de Israel, ha sido
objeto de cuatro ataques en su domicilio en los últimos dos años, mientras los
sionistas fanáticos le acusaban de ser «un judío que se desprecia a sí mismo».
Las principales organizaciones sionistas se distancian de la violencia física
al tiempo que califican a los adversarios y críticos de Israel con la etiqueta
difamatoria de «antisemitas», lo que ha generado precisamente el clima político
que anima a los más desequilibrados entre su público a incurrir en actividades
violentas. Los principales ideólogos sionistas han sido extremadamente activos
induciendo a escuelas universitarias y universidades a despedir a los críticos
de Israel, como sucedió con la imposibilidad de que la DePaul University
renovara el contrato de académicos con muchas publicaciones como Norman
Finklestein. Los profesores Walt y Mearsheimer, autores de una obra erudita
sobre el lobby israelí, fueron objeto de ataques violentos por parte de
dirigentes sionistas estadounidenses, entre los que se encuentran A. Foxman, de
la Liga Anti-Difamación ( sic ), además de recibir una crítica superficial por
parte del sionista de izquierdas Noam Chomsky. Estas peroratas racistas de
ultrasionistas como David Horowitz o Pamela Geller contribuyeron a hacer
reventar en Noruega al asesino de masas islamófobo y sionófilo Anders Breivik.
(27) Véase el editorial del día 20 de enero de 2012 de The
Atlantic Jewish .
(28) El director de The Atlantic Jewish Times que pidió el
asesinato de Obama no fue acusado de ningún delito federal contra la seguridad.
El coronel Ben-Ami kadish, espía sionista confeso que robó planes secretos de
armamento nuclear estadounidense para Israel, no pasó ni un solo día en la
cárcel, aunque pagó una multa de 50.000 dólares por entregar decenas de
documentos a Israel. Véase Grant Smith Foreign Agents, Institute for Research
Middle East Policy (IRMEP), Washington, 2008. Sobre el espionaje del AIPAC,
véase IRMEP, 6 de febrero de 2012.
(29) No se puede ignorar que el ambiente enrarecido de las
revistas de investigación científica de alto nivel ha sido politizado; más
indignante es la censura de un estudio de inmunología genética (realizado por
un equipo de científicos de renombre internacional) que demuestra la estrecha
relación genética, cuando no la identificación, entre los judíos y palestinos
de Oriente Próximo. Se aconsejó a las bibliotecas universitarias de todo el
mundo que «arrancaran» (con los ojos cerrados) el ofensivo estudio de las
páginas de la revista, Human Immunology , para que semejante información no
socavara la raison d'être racista de un Estado exclusivamente judío. (Véase
Journal axes gene research on Jews and Palestinians, Robin McKie,
Guardian-Sunday Observer [Londres], 25 de noviembre de 2001, y Human Immunology
62 [9]: 889-900).
(30) Una reseña de reportajes y editoriales nuevos de The
New York Times , The Washington Post y The Wall Street Journal , publicada por
The Daily Alert durante el congreso del AIPAC, revela una estrecha sintonía
entre la posición militarista extrema del gobierno israelí y los dirigentes del
AIPAC. Véase Steve Lendman, «New Times Promoting War on Iran», 3 de marzo de
2012.
(31) Durante el mes de febrero de 2012, el ejército israelí
y los colonos judíos paramilitares armados realizaron 145 ataques contra
palestinos, matando e hiriendo a docenas de ellos, demoliendo casas,
apropiándose de millares de hectáreas de terreno y desarraigando a infinidad de
familias. The Wall and Settlements Information Center, Autoridad Palestina, 1
de marzo de 2012. Ni The New York Times , ni The Wall Street Journal , ni The
Washington Post informaron de estos delitos israelíes contra civiles palestinos.
(32) Entre los clientes actuales de Chertoff se encuentran
los fabricantes de los «escáneres corporales» intrusos y detestados en todo el
país que se emplean en los aeropuertos estadounidenses. También desempeñó un
papel clave en la liberación y repatriación de una docena de agentes israelíes
del Mosad detenidos en Nueva York y Nueva Jersey en las 24 horas posteriores al
ataque terrorista del 11 de septiembre. Tres de los nueve jueces, Ginsberg,
Breyer y Kagan, son sionistas que no están dispuestos a cuestionar la
usurpación del poder de declarar la guerra del gobierno y la promoción de la
tortura y la rendición. Los otros están asociados a la Iglesia Católica. Desde
el nombramiento en 1990 (por parte de George Bush, padre) de un especialista
constitucional muy respetado, David Souter, ni un solo juez de afiliación
protestante (que, por número de practicantes, es la religión mayoritaria en
Estados Unidos) ha sido nombrado para el Tribunal Supremo debido a su «falta de
fiabilidad» (expresión en clave para referirse a que defienden los derechos
civiles y la Constitución). El reciente nombramiento de la juez Elena Kagan,
cuya deslucida trayectoria académica no impidió al ultrasionista Laurence
Summers que la nombrara Decana de la Escuela de Derecho de Harvard, resalta los
mediocres criterios utilizados en la alta judicatura. El nombramiento más
reciente de Sonya Sotomayor para sustituir al brillante (y desde el punto de
vista sionista, «poco fiable») J. P. Stevens fue promovido con contundencia por
el Tribunal Supremo aduciendo sus estrechos lazos con Israel, que comenzaron
con el primero de sus (muchos) viajes «de liderazgo» a Israel (véase The Jewish
Chronicle - Life story Israel trips tie Sotomayor to Jews, Ron Kampeas - 26 de
mayo de 2009).
(33) The Financial Times , 6 de marzo de 2012, p. 9.
(34) Howard Kohr, director ejecutivo de AIPAC, durante el
beligerante y virulento discurso que pronunció en la reunión, superó incluso el
llamamiento explícito que hizo Netanyahu en favor de un ataque militar inmediato
contra Irán. Véase el informe diario del AIPAC, 16 de marzo de 2012.
(35) La mayoría de los expertos coincide en que el
incremento del precio del petróleo ha obstaculizado la «recuperación económica»
y en que, si sigue aumentando, sumirá de nuevo al mundo en una recesión
profunda.
(36) En el discurso de Obama ante la reunión del AIPAC
resaltaba la petición a los dirigentes israelíes de que bajaran el tono de su
retórica militar, vinculando con claridad el precio del petróleo con el
discurso belicista israelí.
(37) Véase
Grant Smith, «AIPAC Directors Use of Classified Missile Data, Harmed National
Security - US State Department», The Business Wire , 6 de febrero de 2012.
(38) The Financial Times , 1 de marzo de 2012, p. 17.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
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