14-03-2012
Solicitud de firmas de adhesión
Campaña de terror y mentiras contra Chávez
Atilio A. Boron
Rebelión
En los últimos tiempos la campaña de desprestigio en contra
del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo
Chávez Frías, adquirió en la Argentina una virulencia inusitada. Es de sobras
conocido que el proceso político en curso en ese hermano país nunca fue del
agrado del centro imperial y sus clases y grupos sociales aliados. Y que para
atacar al Presidente Chávez Frías y los logros de la Revolución Bolivariana,
que dieron vuelta una página en la historia de Venezuela, no ha habido
escrúpulo moral que no haya sido pisoteado, ni mentiras o calumnias dejadas de
proferir u ofensas que no haya sido lanzada. Se reitera la misma política de
satanización y de aquello que los especialistas estadounidenses llaman
“character assasination” (el asesinato mediático del personaje, prerrequisito
de su liquidación política e, inclusive, en ciertos casos, física, como lo
prueban los casos de Saddam Hussein y Muamar El Kadaffi), ensayado
repetidamente en la historia latinoamericana. La padecieron los gobiernos
democráticos de Guatemala (Jacobo Arbenz), Chile (Salvador Allende), la
revolución boliviana de 1952, el peronismo en la segunda mitad de la década del
cuarenta, la Revolución cubana en la figura del Fidel Castro, Maurice Bishop en
Grenada, Juan Bosch en República Dominicana y, más recientemente Evo Morales en
Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega y más generalmente el
Sandinismo en Nicaragua, “Mel” Zelaya en Honduras y, sobre todo, Hugo Chávez en
Venezuela. Campañas de desprestigio y de terror, enderezadas a confundir y
amedrantar a la población, a intimidarla pronosticando toda clase de horrores y
padecimientos, fundadas en el ocultamiento de algunos hechos, la grosera
tergiversación de otros y en una flagrante violación de las más elementales
normas de la ética periodística.
Hasta el 8 de Marzo del corriente año el nombre de Hugo
Chávez Frías aparece mencionado 11.702 veces en el diario La Nación, y 5674
veces en Clarín. En la abrumadora, por no decir la totalidad, de los casos, esas
menciones son para criticarlo con saña cuando no para injuriarlo
desvergonzadamente. Chávez es, para estos periódicos, una figura que merece más
atención que en su momento tuvo Lula, o el propio Bill Clinton. Sólo George W.
Bush, especialmente luego de las atrocidades del 11-S, mereció un poco más de
atención que Chávez. ¿Cuál es la razón de tan desorbitada concentración en la
figura del líder bolivariano? Desfigurar su imagen, debilitar su gobierno,
reconcentrar las fuerzas de sus enemigos.
Vehículo preferencial de esta campaña son los grandes medios
de comunicación, gráficos, radiales o televisivos. Medios que, como es de
público conocimiento, se han desembarazado de la pesada labor de informar con
veracidad para asumir sin ambages un papel netamente político y económico: la
defensa de los grupos dominantes –de sus privilegios, prerrogativas y ventajas
materiales- y de los intereses globales del imperio, al cual sirven sin tapujo
alguno y de manera coordinada y permanente. Tal como lo aseguran los estrategas
del Pentágono, “hoy la guerra antisubversiva se libra en los medios.” Basta con
leer los editoriales de los medios hegemónicos en América Latina, o con
analizar las noticias de las que dan cuenta y la forma en que las presentan en
el caso de Venezuela para comprobar el carácter sistemático y perfectamente
orquestado de esta “guerra antisubversiva” contra un gobierno legítimo, que
sólo un espíritu muy ingenuo podría atribuir al azar.
Con ocasión de las elecciones primarias para elegir al
candidato de la oposición unificada que se opondrá al Presidente Chávez Frías
en la próxima contienda electoral los periódicos se desvivieron en alabanzas a
la figura de Henrique Capriles Radonski. En este caso, el periodismo cedió su
lugar a la más desvergonzada propaganda elevando a ese personaje a las alturas
de un probo estadista, respetuoso de las tradiciones republicanas y los valores
democráticos. No sólo se mintió al presentar de este modo a un personaje de
escasas luces y más que débiles credenciales republicanas y democráticas sino,
más grave aún, se escamotearon ante la opinión pública algunos siniestros
antecedentes del líder opositor. Por ejemplo, su frenético apoyo al golpe de
estado del 11 de Abril del 2002 y su protagónica participación en el asalto a
la embajada de Cuba en Venezuela, encabezando una turbamulta dispuesta a
linchar a los que allí estuvieran refugiados y que sólo por milagro no se
concretó. La “esperanza democrática” tan ensalzada por La Nación y Clarín
perpetró un delito que ni siquiera dos sátrapas tan conspicuos como Jorge R.
Videla y Augusto Pinochet se atrevieron cometer, pero nada de esto disuadió a
Capriles Radonski. Pero de esto nada se dice. Quien viola las reglas de la
democracia es Chávez; sus opositores son bellas e impolutas almas democráticas.
La misión asignada a los medios es perpetuar las mentiras y los engaños, y
ocultar cuidadosamente cualquier información positiva sobre la gestión del
presidente Chávez confiando de este modo en frustrar su amplia victoria en las
elecciones presidenciales del próximo 7 de Octubre.
---
Firmas: CECILIO MANUEL SALGUERO
Toda la correspondencia relativa a la adhesión a esta
solicitada debe ser DIRIGIDA EXCLUSIVAMENTE A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN:
Confiamos en poder conseguir una buena cantidad de firmas en
los próximos días. Se ruega consignar su nombre, nacionalidad y profesión, de
este modo:
Nombre Apellidos , salvadoreño, economista
¡Muchas gracias!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para
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El coordinador.
Cordoba
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