17 de junio de 2012
OPINION
Una frustración más
Por Washington Uranga
Los violentos hechos ocurridos en
Curuguaty (Paraguay) con un alto número de muertos en su gran mayoría
campesinos, cifra que se seguía incrementando ayer por el hallazgo de nuevos
cadáveres, cuando Fernando Lugo se encuentra atravesando la etapa final de su
mandato, deja en evidencia una frustración más ante una gestión que llegó para
renovar los aires en el país vecino. No existe una única razón para llegar a
este punto. Lugo arribó al gobierno como resultado de una alianza electoral
(Alianza Patriótica para el Cambio, con el Partido Radical Liberal Auténtico
como socio principal) que antes que en propuestas de gestión fundó su victoria
en la figura entonces carismática del ex obispo, cuyo liderazgo se gestó en la
lucha contra la dictadura de Stroessner, primero, y en la oposición al Partido
Colorado, después. Pero a poco de andar quedó en evidencia que Lugo no contaba
con fuerzas políticas propias para garantizar las promesas de cambio que había
hecho –por su cuenta y riesgo– durante la campaña electoral que lo llevó hasta
la presidencia. Lugo se convirtió rápidamente en un rehén político de sus
propios aliados y en blanco fácil para la oposición.
La falta de experiencia en la gestión
también obró en contra de lo inicialmente imaginado. A ello debió sumarse la
ausencia de equipos de gobierno preparados para construir en una línea que
debía ser radicalmente distinta de la que habían marcado sus antecesores. Lugo
recurrió, por lo menos en primera instancia, a su gente de confianza. Sumó
entre sus colaboradores inmediatos a personas cuya principal virtud había sido
la honestidad y que habían acompañado a Lugo en distintas etapas de su vida,
muchos de ellos durante su estadía como obispo de la Iglesia Católica. Pero
estos nuevos gestores carentes de experiencia en la labor del Estado
sucumbieron rápidamente ante una administración estatal atravesada por la
burocracia, la ineficacia y la corrupción donde el hoy opositor Partido
Colorado sigue teniendo instalada gran parte de gente y con capacidad de operar
por distintas vías. Agotados los primeros nombres, Lugo recurrió a figuras de
la vieja política que profundizaron las contradicciones de su gestión.
El tema de tenencia de la tierra
–cuya solución fue una de las promesas de campaña de Lugo– nunca pudo ser
encaminado por la actual administración. Los campesinos –muchas de cuyas
organizaciones respaldaron el frente que llevó al ex obispo a la presidencia–
se fueron apartando rápidamente del gobierno y acusando a Lugo de favorecer a
los terratenientes, gran parte de los cuales son brasileños que compraron
tierras, legal e ilegalmente, en el Paraguay. En medio de los conflictos por
las tomas de tierra desde la oposición se ha venido alimentando como un
fantasma el crecimiento de una supuesta fuerza guerrillera denominada EPP
(Ejército Popular del Paraguay) y a la que se insiste en emparentar con las
FARC colombianas. Aunque se produjeron detenciones y enfrentamientos con
fuerzas de seguridad paraguayas, nada indica que efectivamente tal movimiento
exista como fuerza política y que esto no sea otra construcción de los
terratenientes para operar en su propio beneficio.
Una manifestación más de que Lugo
nunca logró quebrar la resistencia de los colorados es la designación del nuevo
ministro del Interior tras la crisis de Curuguaty. Se trata de Rubén Candia, un
miembro del Partido Colorado, ex fiscal de Estado y que también ocupó funciones
ministeriales durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos (2003-2008). Según
lo señalan algunos analistas paraguayos, Lugo recurre a una figura del Partido
Colorado en un intento de parar la ofensiva planteada en el Congreso en busca de
su juicio político. Sin embargo es poco probable que esa arremetida política
vaya más allá de lo ya hecho (la constitución de una comisión investigadora de
los hechos que deberá expedirse en sesenta días). El motivo principal es que
Lugo no tiene posibilidades de ser reelecto, no cuenta actualmente con el
respaldo que lo llevó a la presidencia y tampoco tiene una figura política
relevante a la cual dejarle el legado. En ese escenario el Partido Colorado
surge como el más probable triunfador en las elecciones de abril del año
próximo, con el terrateniente Horacio Cartes como candidato a presidente.
© 2000-2012
www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre
GNU/Linux.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIA POR SU COMENTARIO...
Atentamente:
El coordinador.
Cordoba
Argentina