A Menéndez le quieren leer los cargos ‘arriba’
El ex jefe del Tercer Cuerpo, seis veces condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, permanecía anoche “estable” en un sanatario de la capital tucumana.
El represor Luciano Benjamín Menéndez sufrió ayer un infarto agudo de miocardio en Tucumán y permanece internado en el Sanitario Modelo de la ciudad Capital, aunque según informó un vocero del centro asistencial, «permanece estable y controlado».
El ex jefe del III Cuerpo del Ejército, de 83 años, ingresó en las primeras horas de ayer a la unidad coronaria del sanatorio ubicado en San Miguel de Tucumán, donde fue sometido a una serie de estudios y tratamientos, aunque no se brindaron detalles.
El jefe de guardia del centro asistencial, Luis Oporto, le informó a Télam que Menéndez ingresó «con un cuadro de dolor de pecho y los estudios determinaron que sufrió un infarto agudo de miocardio». «El cuadro era severo y puso en riesgo la vida del paciente», agregó el médico, quien aclaró que actualmente se encuentra «controlado y estable».
Menéndez cumple prisión domiciliaria en Tucumán, y desde aquí sigue por teleconferencia el juicio que se realiza en Salta por el secuestro y desaparición del ex gobernador constitucional de esa provincia, Miguel Ragone.
En la causa, además de Menéndez, están imputados Carlos Mulhall, ex jefe de la Guarnición salteña del Ejército, y Miguel Gentile, ex jefe de la Policía de Salta, entre otros.
Además del secuestro y desaparición de Ragone, en la causa se investiga el homicidio del comerciante Santiago Arredes y las lesiones sufridas por Margarita Martínez de Leal, durante el hecho que se produjo el 11 de marzo de 1976 cuando Ragone salía de su casa. Menéndez, quien fue condenado a prisión perpetua en varios juicios a los que fue sometido acusado de cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, cumple actualmente arresto domiciliario.
Camino a la séptima
Luciano Benjamín Menéndez ya tiene seis condenas a prisión perpetua en su haber y el juicio que transita en este momento en Salta podría convertirse en la séptima. De esas sentencias, tres corresponden a la Justicia Federal de Córdoba, la última de las cuales lo encontró sentado en el banquillo de los acusados junto al dictador Jorge Rafael Videla, el año pasado, en el marco de la causa por la matanza de treinta presos políticos de la Unidad Penitenciaria 1 de barrio San Martín. Las otras tres condenas fueron resueltas por la Justicia tucumana, siempre en el marco de los juicios contra las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura militar.
En Córdoba, la Justicia dispuso en los tres fallos condenatorios que Cachorro cumpla sus penas en la cárcel común de Bouwer, donde estuvo más de un año después de la perpetua que obtuvo en julio de 2008 (causa Brandalisis). Luego, el ex jefe del Tercer Cuerpo logró volver a su casa de barrio Bajo Palermo de Córdoba, argumentando edad y problemas de salud, por lo que la Justicia le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. Sin embargo, meses atrás, una junta médica del Hospital de Clínicas examinó al represor por sus recurrentes problemas respiratorios e indicó que está en condiciones de volver a la cárcel de Bouwer, donde lo esperan otros represores militares y policías.
El ex jefe del III Cuerpo del Ejército, de 83 años, ingresó en las primeras horas de ayer a la unidad coronaria del sanatorio ubicado en San Miguel de Tucumán, donde fue sometido a una serie de estudios y tratamientos, aunque no se brindaron detalles.
El jefe de guardia del centro asistencial, Luis Oporto, le informó a Télam que Menéndez ingresó «con un cuadro de dolor de pecho y los estudios determinaron que sufrió un infarto agudo de miocardio». «El cuadro era severo y puso en riesgo la vida del paciente», agregó el médico, quien aclaró que actualmente se encuentra «controlado y estable».
Menéndez cumple prisión domiciliaria en Tucumán, y desde aquí sigue por teleconferencia el juicio que se realiza en Salta por el secuestro y desaparición del ex gobernador constitucional de esa provincia, Miguel Ragone.
En la causa, además de Menéndez, están imputados Carlos Mulhall, ex jefe de la Guarnición salteña del Ejército, y Miguel Gentile, ex jefe de la Policía de Salta, entre otros.
Además del secuestro y desaparición de Ragone, en la causa se investiga el homicidio del comerciante Santiago Arredes y las lesiones sufridas por Margarita Martínez de Leal, durante el hecho que se produjo el 11 de marzo de 1976 cuando Ragone salía de su casa. Menéndez, quien fue condenado a prisión perpetua en varios juicios a los que fue sometido acusado de cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, cumple actualmente arresto domiciliario.
Camino a la séptima
Luciano Benjamín Menéndez ya tiene seis condenas a prisión perpetua en su haber y el juicio que transita en este momento en Salta podría convertirse en la séptima. De esas sentencias, tres corresponden a la Justicia Federal de Córdoba, la última de las cuales lo encontró sentado en el banquillo de los acusados junto al dictador Jorge Rafael Videla, el año pasado, en el marco de la causa por la matanza de treinta presos políticos de la Unidad Penitenciaria 1 de barrio San Martín. Las otras tres condenas fueron resueltas por la Justicia tucumana, siempre en el marco de los juicios contra las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura militar.
En Córdoba, la Justicia dispuso en los tres fallos condenatorios que Cachorro cumpla sus penas en la cárcel común de Bouwer, donde estuvo más de un año después de la perpetua que obtuvo en julio de 2008 (causa Brandalisis). Luego, el ex jefe del Tercer Cuerpo logró volver a su casa de barrio Bajo Palermo de Córdoba, argumentando edad y problemas de salud, por lo que la Justicia le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. Sin embargo, meses atrás, una junta médica del Hospital de Clínicas examinó al represor por sus recurrentes problemas respiratorios e indicó que está en condiciones de volver a la cárcel de Bouwer, donde lo esperan otros represores militares y policías.
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